FALLON
Después de divertirnos en los juegos, nos tomamos un respiro y fuimos a buscar un puesto para poder comer.
Estoy inmensamente agradecida con Ethan. No sabía cuánto necesitaba reír y disfrutar de la vida. En las últimas horas, no he pensado en nada más que no sea lo mucho que amo estar con él y lo bien que me hace.
Encontramos un pequeño puesto de comida rápida; lugar perfecto para saciar nuestro apetito. Mientras Ethan pedía nuestra orden, yo buscaba nuestra mesa.
Me hubiera encantado compartir este momento con Michelle, pero parece ser que para ella es mucho más importante pasar la noche con Scott. Solo espero que atienda su móvil si su madre la llama, porque si tan solo se le ocurre marcarme, estará muerta. Soy la peor persona en el mundo para cubrir a alguien.
—En un rato estará listo —informó, cuando se sentó frente a mí, dejando los refrescos sobre la mesa—. ¿Cómo te lo estás pasando?
—Muy bien —dije con una sonrisa—. En serio me hacía falta un poco de distracción.
—Me lo puedo imaginar. Y más cuando tienes que soportar a tu madre y a su novio.
—Richard empieza a actuar como si fuera mi padre —le cuento con fastidio—. ¿Puedes crearlo? Es como si quisiera adueñarse de todo lo que le pertenecía a mi papá.
—¿Qué es lo que más te molesta?
—Me molesta tener que verlo todos los días.
—¿Ya vive con ustedes? —hizo una mueca exagerada y no pude evitar reír.
—No lo sé. Se supone que solo estaría unos días.
—¿Te ha molestado o algo? —apretó su mandíbula. Si le digo que me hace sentir incómoda, es capaz de ir a golpearlo, al igual que Michelle lo haría.
—No.
Nuestro pedido llegó de la mano de un simpático camarero. Ethan, como de costumbre, pidió nachos, mientras que yo opté por unas deliciosas salchipapas.
Dejamos que la conversación fluyera de forma natural, saltando de un tema a otro, mientras disfrutábamos de la delicia que estaba frente a nosotros.
Todo iba de maravilla hasta que mencionó el viaje a Washington, agregando que algunos alumnos de su generación también van a ir. No me quiero emocionar. El viaje es en menos de tres semanas y no tengo ni idea de cómo voy a reunir el dinero que falta. Prefiero buscar otras alternativas antes de tocar el dinero del seguro, porque mi madre me mataría si lo hago. Claro, también diría que soy egoísta al usarlo y no querer firmar un cheque para su novio.
—¿Cómo vas con tu mamá?
—Creo que vamos de mal en peor.
—Quisiera que las cosas fueran diferentes para ti. Es por eso que te admiro mucho, ¿sabes?
—¿En serio? —Lo miré sin entender el motivo—. ¿Por qué? No hay nada especial en mí.
—No me gusta cuando te menosprecias, Fallon.
—Si mi propia madre no me quiere, ¿qué puedo esperar de los demás?
—Te admiro porque a pesar de todo lo que has pasado, no te dejas derrumbar.
—Me vas a hacer sentir que soy una persona fuerte.
—Porque lo eres.
De verdad quisiera verme a mí misma de la manera en que Ethan y Michelle lo hacen. No me considero una persona fuerte. De lo contrario, no habría llorado todas esas veces en las que mi madre me ha hecho sentir miserable. De ser una persona fuerte, la enfrentaría y no me quedaría callada por miedo a lo que diga o pueda hacerme.
Seguimos comiendo en silencio. No creo que haya algo más que decir al respecto.
Ethan propuso que diéramos una vuelta después de todo. Me sentí tentada, pero la idea de que Richard quiera pedirme explicaciones me hizo dudar. No estoy de humor para escucharlo con sus cosas como por qué llego tan tarde a casa y en moto con un chico al que no conoce.
—No quisiera tener problemas con Richard.
—¿Por qué tendrías que tener problemas con él?
—Se puso todo intenso cuando iba a salir.
—Empiezo a preguntarme si te está viendo como hija o como mujer.
—¡Ethan! Es repugnante el solo hecho de que lo pienses.
—Solo digo lo que pienso —se encogió de hombros—. Y por la manera en que te quejas de él...
—Suficiente —me puse de pie y él hizo lo mismo—. Vamos a dar esa dichosa vuelta.
CHRISTIAN
Anoche fue un éxito rotundo. La emoción de este nuevo logro me llena de orgullo. Estoy muy agradecido por todo el apoyo recibido y seguro de que esta noticia dará mucho de que hablar y generará gran expectación.
Fue una verdadera celebración de lujo y sofisticación. La decoración, inspirada en el viejo Hollywood, transportó a todos a una época dorada de glamour y elegancia. Mientras los sonidos de una banda de jazz llenaban el aire, los invitados disfrutaron de un exquisito banquete y probaron suerte en las mesas de juego. Un espectáculo de magia dejó a todos boquiabiertos, y la noche culminó con un brindis.
Al final de la noche, Steve me contó lo ocurrido con Fallon y Anker. Al parecer, es más astuta de lo que parece. Pero mientras él siga manteniendo la farsa, será mejor para todos. No quiero que empiece a hacer preguntas sobre por qué tiene un guardaespaldas.