Trophy Wife | Editando |

Capítulo 13: Christian.

CHRISTIAN

Después de que Idara se marchara, me dejé caer sobre la cama con la mirada perdida en el techo.

¿En qué momento mi vida se volvió tan complicada? Con lo sencillo que era olvidar la deuda y seguir adelante con tu vida, Christian. Pero no, tu ego no te permite perder nunca.

Puedo tolerar a Christopher y a Steve, diciéndome que está mal lo que hago. Con Idara todo es cuestión de tiempo para que Fallon esté viviendo en mi casa. Esa mujer no es alguien que se sienta a esperar que yo haga las cosas. No, si lo tiene que hacer ella misma, lo va a hacer sin importarle si estoy de acuerdo o no. Es posible que esa sea una de las razones por las que una relación de pareja no funcionaría entre nosotros.

—Fue todo un caos —dice Steve, sacándome de mis pensamientos y se sentó a mi lado. Hace un par de horas salió por el smoking para la boda de su hermana, y quedó de ir al aeropuerto por Christopher—. Es increíble la cantidad de vuelos que están llegando.

—Vale más que Christopher tomó un vuelo cuatro horas después de que nosotros despegamos. —Lo que según él, lo hizo sentir indignado porque no lo esperamos para viajar con nosotros. En mi defensa, no tenía idea de que tuviera intención de venir a Los Ángeles.

—Ahora que lo mencionas... Dijo que va a llevar la universidad de modo virtual.

—Da igual cómo decida hacerlo, solo me interesa que lo haga.

—¿Tengo que agradecerle a Idara que te haya hecho entrar en razón con Fallon? —inquirió—. Por tu cara, parece que te fue mal con ella.

—Piensa que debo sacar a Fallon de su casa.

—Estoy de acuerdo con eso.

—Ustedes piensan que es así de fácil, ¿verdad? —me incorporé en la cama—. Porque para mí no lo es. No puedo solo llegar y decirle "Empaca tus cosas porque te vienes conmigo" —dije al ponerme de pie—. ¿Qué clase de persona soy si le arrebato su vida?

—No tienes que pensar que le arrebatas su vida, Christian.

—¿Entonces qué debería de pensar?

—Que la estás sacando del infierno en el que vive con Miranda.

Sí, puede que tenga razón, pero ¿y si ella no lo ve así? Miranda podrá ser mala madre, pero ante los ojos de Fallon, estoy seguro de que es todo lo contrario. ¿Cómo luchar contra eso?

Ella está en su zona de confort. Aunque la situación no es mucho de mi agrado, está en un lugar donde se siente segura. No quiero ser el malo del cuento al alejarla de su madre. Porque no hace falta ser adivino para saber que eso es lo que va a pasar.

—¿Y después qué? —Solo están pensando en el hecho de que la pobre Fallon vive un infierno con su madre, pero nadie piensa en el nuevo infierno que podría vivir a mi lado—. ¿Salimos tomados de la mano y publicamos fotos de nuestro feliz matrimonio?

—Vete al diablo con tus ironías.

—¿Están hablando de mi tema favorito? —cuestionó llegando a la habitación con un bowl de palomitas—. Mi querida cuñada que sigo sin conocer.

—Cambiemos de tema —apreté el puente de mi nariz, sintiéndome irritado—. No es algo de lo que me guste hablar.

—A todos nos queda claro que tu matrimonio no es un tema del que te guste hablar.

—No pareciera —expreso, mirando mal a ambos—, porque de ser así, no lo estarían mencionando a cada maldito segundo.

—¿Cuándo piensas decirle a tus padres que ya tienes una señora Blackwood?

—Tengo la misma duda —dijo, como si tratara de echarle más leña al fuego—. No olvides que se acerca la fiesta de mamá. Y lo más seguro es que el señor Blackwood tenga más de una candidata para ser tu esposa.

No hace falta que lo mencione. En cada evento importante que organizan, él siempre tiene un nuevo prospecto para ser mi esposa. Estoy cansado de decirle que no estoy interesado en salir con ninguna de las hijas de sus socios.

—Pagaría por ver su cara cuando le digas que ya estás casado.

—A menos que estés considerando la bigamia —mi hermano me miró aterrado—. Eso ya sería superar el nivel de tus estupideces.

—Lo sabrá en el momento en que yo quiera que lo sepa.

—Y según tú, tienes todo bajo control, ¿cierto? Como siempre —su móvil empezó a sonar y lo sacó del bolsillo de su pantalón—. Es un número que no tengo registrado. ¿Crees que sea Fallon? —inquirió, mirando la pantalla de su móvil.

—Puede ser.

—Como no es conmigo que está interesada en hablar... —se burla bloqueando el móvil y guardándolo nuevamente—. ¿Estás listo para esto?

—¿De qué me perdí? —preguntó confundido.

—Tu hermano le compró un móvil a tu cuñada para que estuviera en contacto con él.

—Vaya... Eso ya es un avance —habló sorprendido.

El sonido de mi teléfono móvil se hizo presente, y sus miradas se posaron en mí con una sonrisa de oreja a oreja. Idiotas.

¿Estoy listo para esto? Confío en que así sea. Suspiré pesadamente, aceptando la llamada.

FALLON

Con un hilo de esperanza, abrí la lista de contactos, esperando encontrar su nombre. Pero la búsqueda fue en vano. Los dos números aparecen en la lista como "Contacto 1" y "Contacto 2". Sigue queriendo mantenerse en el anonimato. ¿Cómo espera que adivine cuál es el suyo?

Sintiendo mis manos temblorosas, marqué el primer número y nadie respondió. No me sorprendería que ese fuera el suyo. Resignada, pero con una pizca de esperanza, decidí probar con el otro contacto, y al segundo tono aceptaron la llamada.

Llamada telefónica

-¿Hola? -durante unos segundos, un silencio sepulcral se adueñó de la llamada. Después de un rato, pude escuchar que soltó una bocanada de aire.

-Si no estás listo para hablar conmigo, lo puedo entender.

-Que carácter -dijo de manera divertida-. Y piensan que yo soy el del mal humor. Si te soy honesto, pensé que no ibas a llamar.



#322 en Otros

En el texto hay: matrimonio, drama, engaños.

Editado: 17.11.2024

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