Adriana
Capitulo 3.
Desde temprano mamá me despertó para qué me arreglara, dijo que hoy tenía que estar impecable, ya que ya había salido la noticia de mi boda en sociedad, se evitaron la revista para que no indagaramos más de la cuenta y tenía que lucir como la futura esposa de no sé quién, capaz me arrepienta. Hoy me puse una blusa blanca de encaje muy bonito, unos jeans azules y zapatos de tacón color beige, mi cabello en una coleta alta y un maquillaje sencillo.
—¡Hija vámonos!—exclamó mamá desde la cocina, baje las escaleras y salí.
—Ok ma, ¡voy!—grité para salir y entrar a la camioneta con ella.
Cómo la conozco sé a dónde me va a llevar.
Es mi madre que puedo decir.
Me trajo a una tienda de novias, me comentó que debería ser lo primero en escoger, ya que es lo más importante, más tarde escogeremos lo demás, también que hoy en la noche tengo que ir a una cena con mis futuros suegros, eso me pone nerviosa, no los quiero ver todavía eso solo aumentara mi miedo, pero bueno hoy me toca vestirme para impresionar, por eso me escogieron al final.
—¿Hay un estilo en particular de vestido que te guste?—preguntó la encargada de la tienda sacándome de mis pensamientos.
—Si, me gustaría un vestido estilo princesa en la falda, hombros bajos arriba con perlas y encaje—explico dándole detalles, ese es mi estilo, muy femenino y algo extravagante, pero elegante, siempre quise que mi vestido fuera como lo describí, así que ese es el estilo que quiero para la ceremonia, mamá me dijo que tengo que escoger otro para la recepción, lo sé, “cosas de ricos”, he ido a bodas donde la novia se cambia hasta 5 veces, esto no es nada comparando.
Y considerando que se supone que uno se casa una sola vez en la vida que no se aplicaría aquí, Pero igualmente no está demás que lo que escoja sea de mi agrado.
La chica me trae un vestido tal cual lo describí hermoso, blanco con apliques de perlas y brillos arriba, escote bajo a los hombros, falda princesa de encaje, elegí como tocado una corona pequeña de cristales, un velo hermoso de encaje y bordados, parecería un look nupcial de en sueño, no podía parar de sonreír cuando lo veía, me encantó.
—Te ves hermosa toda una princesa—expresó contenta mamá cuando me vio con todo puesto.
—Gracias mami, me encanta—me miro en el espejo, se ve increíble—Le queda como un guante, perfecto para su boda—comenta la encargada, ¿sabe quien soy?
No niña, ¿pero para qué va a ser el vestido?, cierto.
—La mejor parte brindemos—llamó nuestra atención Cris con una botella de champaña, fruncí el ceño ella nos dijo que no iba a venir cuando mamá le preguntó.
—Me alegra que hayas venido—se acerca abrazarme, mama igual y brindamos.
—Me cambio y nos vamos—fui al vestidor.
Mamá me dijo, si últimamente es lo único que escucho, que iba a ver cosas de la decoración con mi suegra para la boda y que podía ir si quería.
Yo no quise ir, prefiero conocerlos está noche, así me preparo para lo que viene, como tal nuestro matrimonio es por conveniencia eso es más que claro, pero no hay tiempo establecido como tal, excepto por lo de tres años en caso de inconvenientes, la idea es que nos llevemos bien, y si surge el amor nos quedaremos juntos si no duraremos lo necesario para después divorciarnos, por mi parte no quiero ningún divorcio a menos que sea necesario, he leído miles de novelas de amor en mi vida no quiero ser la típica chica que pasa del odio al amor, luego se separan y vuelven después que te acostumbras a una persona es duro dejarla ir, no quiero pasar por eso otra vez, no me malentiendan amo las historias del odio al amor, nada es perfecto siempre hay tropiezos en el camino a la felicidad, cada historia tiene su significado y las cosas pasan por algo, puede que solo sea obra del destino a veces no podemos interponer en lo que va a pasar, mas no voy a aceptar que me trate mal y luego espere que lo perdone a la primera, si fuera así hubiera perdonado al infiel.
Después de cambiarme pasaron recogiendo a mamá y me dejó la llave del auto para poder irme, Cristina se fue en su auto.
Fui a la heladería, es sábado y hacía calor, un helado era lo mejor para no morir.
—Hola buenas tardes, me podrías dar un helado de chocolate con chispas por favor—hice mi pedido al chico que atiende el mostrador de la heladería.
—Claro ya lo traigo, un momento—se fue a servirlo.
La campana de la tienda sonó y yo voltee para encontrarme con esos ojos azules que recuerdo bien, el chico que chocó conmigo en la cafetería entrando a la heladería con esa sonrisa que lo caracteriza, se ve tan lindo con; una franela blanca y unos shorts azules, zapatos deportivos y lentes de sol sobre su cabeza, guau me quedo con la boca casi abierta internamente, se ve demasiado sexy, digo a mi misma Adri cálmate pareces una loca calma, el chico me da el helado y voy a sentarme en una mesa, espero que no me haya visto.
Esto es tan raro, Nicole siempre ha querido que le pase esto, según ella el chico de la farmacia no tiene redes sociales, nunca lo encontró
El chico pide un helado en el mostrador y yo para disimular saco mi teléfono, sí ya sé todos lo hacemos cuando estamos nerviosos, pero no tenía de otra, estaba sola, cuando toca toca y pues no sirvió de nada cuando veo al chico acercándose a mi mesa, mi corazón late acelerado.
Cálmate ya.
—Hola, ¿me recuerdas?, nos conocimos en la universidad—saluda, claro que te recuerdo tu rostro no paró de merodear por mi mente, esos ojos, concéntrate tienes que responder me digo a mi misma una y otra vez.
—Hola, claro que te recuerdo, ¿cómo estás?—saco conversación, era la mejor manera de aliviar la situación y hacerla menos incómoda.
—Muy bien, gracias por preguntar, ¿me puedo sentar?—preguntó y yo asentí con la cabeza ahora esos hermosos ojos estaban demasiado cerca.
Editado: 15.08.2025