Tropiezo Con El Amor

Capitulo 11. Luna de miel.

Adriana

Capitulo 11.

No es que me sorprenda porque si lo imagine, pero cuando el auto se detuvo frente a un jet privado color negro que al lado tenia otro jet en color blanco si me descoloque bastante. Llegamos después de varias horas de vuelo, vamos camino a una casa que Sebas me dijo que tiene aquí, debo admitir que tiene buen gusto con los viajes, me trajo a Roma, Italia, me dijo que la siguiente parada será Madrid y luego París.

—Debes estar cansada—comenta Sebas bostezando al parecer es otro el que está cansado.

—Un poco, pero al parecer tu lo estas más.

—Te ves linda cuando sonríes—me dice y hace que este torpe corazón se acelere.

—Gracias tu también te ves lindo cuando sonríes—repito, Adriana es en serio ¿te ves lindo cuando sonríes?, sé más creativa por favor.

él sólo sonríe y ríe un poco, de repente hace algo que no esperé, me tomó de la mano y la entrelaza con la suya, en otra circunstancia hubiera sido incómodo, pero en realidad me gusta se siente bien sentirse atraído por alguien, y que esa persona te diga cumplidos.

—Llegamos señor—avisa el chófer de sebas.

—Gracias Félix—le agradece bajándose y ayudándome a lo mismo.

Estamos en frente de una hermosa casa, una mansión mejor dicho, con una gran entrada y un bello jardín, tiene un sendero de rocas y una piscina, la fachada es de piedras y resalta por las luces tanto de la caja como del jardín.

—Bienvenidos—nos recibe una señora de unos 50 años más o menos.

—Gracias Nana, te extrañe, gracias por venir—responde sebas dándole un abrazo.

—Pasen hijo, deben venir cansados por el viaje vamos—responde ella haciéndonos pasar, Felix entra y Sebas le pide que suba las maletas al segundo piso.

—Mucho gusto yo soy Adriana—me presento ofreciéndole mi mano.

—Mucho gusto señorita, yo soy Beatriz—me da un abrazo.

—Un gusto también Beatriz, pero no me digas señorita por favor, dime Adriana o adri—le pido y ella asiente , por otro lado Sebas tiene cara de confusión, de seguro pensó que yo era algo engreída y iba a preferir que me dijeran señorita o señora, eso sólo a pocos les permito decirme, ejemplo cuando tenía 16 el servicio que trabajaba en mi casa me decían señorita y no me molestaba por nada, pero en este caso es diferente ella es la nana de Sebas y a parte ella no trabaja para mi, no veo justo que me trate con formalidades.

¿Pensaría que se casó con una estirada?

—Vayan a descansar, los dejo—se despide Beatriz dejándonos en la puerta de nuestra habitación.

—Bueno si prefieres puedo dormir en la otra habitación para que no te sientas incómoda—duda.

—En realidad no es necesario, tenemos que acostumbrarnos y no me molesta de verdad—digo sinceramente no me quiero quedar sola en una habitación que no conozco.

—Me sorprendes—suelta el mango de su maleta ya que lo deje quedarse.

—¿Por?—pregunto algo confundida y me siento en el sofá de la habitación junto a él.

—Eres más madura de lo que pensé, otra en nuestra situación hubiera hecho un berrinche y me hubiera echado de aquí en la primera oportunidad.

—Entiendo, no te preocupes, no soy de esas, la situación, es peculiar, pero ya nos acostumbraremos—digo levantándome del sofá, cuando siento unas manos en mi cintura que me hacen voltear, y me encuentro con esos hermosos ojos como el mar, estoy a punto de decir algo, cuando siento sus labios, tardó en responder, al final lo hago lo que primero es un beso suave al pasar del tiempo se vuelve intenso, nos movemos del sofá a la cama y siento nervios al verlo buscar el cierre del vestido ya que él está encima mío en la cama.

—Espera—lo detengo recuperando mi respiración.

—Tranquila se que vamos muy rápido, puedo esperar a que estés lista y tu quieras claro—se levanta y sonríe para que me calme, ¿por qué será que es tan dulce y comprensivo?, él me mira tiernamente intentando decirme que no hay problema y que me relaje.

—¿Te parece si nos cambiamos para dormir?—sugiero evitando sonrojarme más de lo que debo estar.

—Si, yo voy al baño, tú tomate tú tiempo—se aleja entrando al baño, y yo corro literalmente a una de las maletas saco un pijama de una blusa y shorts de seda blanca, muy lindo la verdad me cambio rápido antes de que salga, ya cambiada guardo el vestido, tacones y accesorios en el espacio libre que me quedo en la maleta, me siento en la peinadora a desmaquillarme y peinarme el cabello, un rato después el sale ya cambiado y con el cabello húmedo.

Ya lista de todo no le hablo ni nada, no pienso ser histérica con la repartición de espacio, así que voy a dormir como lo hago en las pijamadas, dejando espacio necesario, pero tampoco me voy a caer de la cama por no rozar con el igual me tengo que acostumbrar. Algún día se me hará normal.

De una me acuesto, acomodo las almohadas, me cubro con el gran cubrecama de seda y apago la lámpara de mi lado—Buenas noches—me mira y habla—Sueña lindo—asiento es la oscuridad porque a penas mi cabeza toco la almohada todo el cansancio me llego.

Narra Sebastián.

Y ahí estaba ella tan cerca de mi, todavía no puedo creer lo que pasó hace rato, de verdad me estoy enamorando de ella, no me puedo sentir mejor por lo de hace rato ahora se que también le gusto y se que no está lista y no la presionare, llegaremos más lejos cuando ella así lo decida, del resto me mantendré sin nada de nada hasta que ese momento llegué , no planeó serle infiel como la mayoría hacen es estos casos, no me quiero arrepentir de nada y tampoco quiero que ella sufra por eso. Seria una idiota si lo hiciera, aparte que citando las palabras de Alex, “solo tienes ojos para ella”.

También estoy cansado, me sorprendió que le dijera a mi nana que la llamará por su nombre, pensé que preferiría las formalidades, cada vez me sorprende más y cada vez la quiero más también, es muy madura pensé que haría escándalo por el espacio en la cama y todo lo contrario ella está completamente aplastada en el medio, me da mucha risa verla así a veces hay que tener sentido del humor, me acuesto a su lado aún no está completamente dormida así que se acomoda por la posición es la que está, me acerco a ella y la abrazo por la espalda ya debe estar dormida, se siente tan bien sentir su perfume, se siente lindo la verdad y eso me relaja para dormir como un bebé está noche, a ella no le molesta, de repente se voltea y se acuesta sobre mi pecho y yo solo sonrió y la abrazo para dormir se ve tan tierna.



#3224 en Novela romántica
#1073 en Otros
#370 en Humor

En el texto hay: amorodio, romance, drama

Editado: 15.08.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.