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Luego de que Boneka se retirara de la fiesta, Linav decidió que ya era hora de irse también. Estaba contenta de ver que su mejor amiga se estaba recuperando, pero al verla marcharse a su habitación supo que la manera en la que todos estaban actuando ante su presencia era totalmente déspota. Es por ello que le pidió a Damián salir de allí.
—Estoy seguro que Boneka está muy bien, es su primera aparición en público, hay que tenerle paciencia —Animó Damián colocando una mano en su rodilla como apoyo.
Ella giró su vista hacia él, este manejaba como si nada malo estuviese sucediendo en el mundo, sin embargo, ella lo conocía, sus nudillos estaban tensos alrededor del volante y se mordía el labio inferior, lo cual podría ser un gesto despreocupado si no se tratara de Damián, en su caso eso era un tic nervioso.
—Sé que ella estará muy bien —respondió confundida—, no es Boneka lo que me puso así, es solo... es que las personas tan... ¡Ah!
Una molestia punzaba en su pecho, detestaba lo que había visto minutos atrás.
—¿Agobiantes?
—¡Si! —abrió sus manos exagerada— ¿Es que acaso no tienen un poco de decencia? ¡Por favor! Boneka está saliendo a la luz, sí, quizás es un poco sorprendente ver a alguien que te dijeron que estaba muerto, pero la miraban como esperando observar algún signo de lo que ese sujeto pudo haberle hecho, la miraban como esperando que actuara como una chica traumada o acusándola de todas esas muertes.
—Tranquila, mi amor, no dejes que te estresen, Boneka aprenderá a ignorarlos y dentro de un tiempo lo olvidarán.
Cuando sintió la mano de Damián en su cabello notó que se habían estacionado a una calle de la casa de ella.
—¡No me pidas que me calme! —Se quejó cruzándose de brazos— Ellos me estresan y tú —lo señaló—, tú me estresas también.
Damián se señaló a sí mismo sorprendido.
—¿Yo? ¿Qué hice ahora? –—habló más bien divertido y con una sonrisa.
—¡Oh, no! No me mires haciéndote el inocente —lo golpeó con su dedo índice—, tienes algo, estás allí actuando como si nada pero yo te conozco, sé que tienes algo y no me dices qué es, intentas ocultármelo y eso no me agrada, sabes que no me gusta y yo puedo notar que así es. ¿Qué tienes?
Damián miró hacia el frente y suspiró, definitivamente tenía algo. Repentinamente, él tomó el rostro de Linav y le dio un suave beso en los labios sorprendiéndola y tranquilizándola finalmente.
—¿Nunca podré ocultarte algo? —preguntó en un susurro muy cerca del rostro de Linav.
—Más te vale que no —sonrió Linav para comenzar a acariciar su rostro—. ¿Qué es lo que te sucede? ¿Qué te tiene preocupado?
Damián suspiró pesadamente y se sentó derecho en su asiento alejándose de Linav, pasó una mano por su cabello y finalmente apoyó un brazo en la puerta. En ese punto, Linav tenía ya el corazón acelerado como si hubiese corrido un maratón.
—¿Damián?
—Es solo que ver a Boneka salir así... —hizo una pausa negando con su cabeza—... Me ha dejado pensando en Seth y ella, pero luego me ha llevado a pensar en ti y en mí.
Linav se quedó en silencio un instante, aquello la había tomado por sorpresa.
—¿A qué te refieres?
—Verás, no es un secreto, al menos para nosotros, que Seth siente algo hacia Boneka, él sufrió mucho por ella y parece estar enamorado.
—¿Y eso que tiene de malo?
—No es que tenga algo de malo, es solo que, Boneka se ha recuperado de todo lo que sucedió pero aún así le falta mucho por superar y es lo que me preocupa —Damián volvió a pasar la mano por su cabello, luego apoyó la cabeza del volante.
Linav no pudo evitar sentirse a la defensiva.
—¿Crees que no lo hará? No pensé nunca que tendría que discutir contigo por eso —espetó—. Ella es fuerte, va a lograr dejar cada trauma en lo más profundo del océano y seguir adelante, solo debemos tenerle paciencia, no puede ser que solo estés pensando en Seth.
Damián negó con la cabeza repetidas veces mientras colocaba las manos sobre los hombros de ella.
—Calma, mi Lina, calma —le sonrió—. No estoy insinuando eso.
—¿Entonces qué es lo que insinúas?
—Lo que intento decir es que no debe de ser fácil para Seth ver a la chica que quiere sufriendo de esa forma, que no le deje acercarse, que quiera alejarlo de ella, no debe ser fácil por los momentos.
Linav asintió comprendiéndolo.
—Es cierto, pero si es verdadero entonces él soportará y esperará a que ella tome su decisión.
Damián bajó el rostro devolviéndose a su asiento.