Hacía poco tiempo que Trunks del Futuro alternativo había destruido a los androides, en ese momento su prioridad era la reconstrucción del mundo, pero la paz duró poco, pronto apareció un ser terrible que mataba sin piedad ni conciencia a los humanos.
El semi sayayin se le enfrentó, pero no tenía la fuerza necesaria para poder aniquilarlo, la primera vez que lucharon quedó mal herido, las siguientes fueron casi lo mismo.
— Madre, no sé qué hacer, soy muy fuerte, destruí a los androides, pero él lo es más.
— Deberás ir al pasado, busca a tu padre y a Goku para que vengan y acaban con ese ser oscuro.
Pero mientras estaban juntando la energía necesaria para el viaje al pasado, un hombrecito llegado del espacio exterior apareció en el planeta, un ser bajo de ropas algo extrañas, llamado Hoi, en sus manos tenía una cajita de música, escondió su nave en el desierto y se encaminó al pueblo más cercano.
Esa noche la parte de abajo de un monstruoso ser destruyó un pueblo en el lado oriente del planeta Tierra.
— Hijo, algo apareció... parece una locura, los pocos sobrevivientes dicen que fueron parte de abajo de un cuerpo, y las piernas las que arrasaron el lugar.
— ¿Unas piernas? — preguntó incrédulo el medio sayayin.
— Sí, era la mitad inferior de un ser gigantesco.
— ¿Seguro que no fue ese ser oscuro? — el joven no podía creer lo que escuchaba.
— No, incluso una de quienes luchó con esa cosa, Mai, tomó una foto y me la envió, pero no se me ocurre que pueda ser esto.
Era una imagen borrosa, pero si parecían unas piernas, unida a la parte de abajo de un cuerpo, pero sin la parte superior, eso se perdía en una extraña niebla.
Unos días después, cerca de donde una ciudad había sido arrasada por el guerrero de ropa oscura, apareció una cajita de música pequeña, con una nota para él que decía:
"A pesar de poder destruir a todos los humanos del planeta, nunca lograrás hacer funcionar esta caja".
El ser oscuro se hacía llamar Black, miró el objeto y lo tomó, al principio pareció asombrado del escrito, luego con rabia, lanzó su ki, destruyó el entorno, pero el objeto no sufrió ningún daño.
— ¡Qué tontería! No debo perder mi tiempo en estas cosas.
A pesar de lo que dijo y que se fue, el ser maligno quedó pensativo, a los días volvió y encontró el objeto de nuevo, sobre las ruinas, como desafiándolo, Black ahora trató de mover la llave, pero no aflojó ni un milímetro.
— Debe estar oxidado, que perdida de tiempo — pero su orgullo le mandaba demostrar su poder — ¿A qué le temes? — se dijo a sí mismo, furioso — estos humanos no pueden hacerme nada.
Usó todo su poder, y por fin la llave empezó a dar vuelta, para luego destruirse, una melancólica melodía empezó a sonar. Estaba tan pendiente de la caja que no vio que por atrás empezó a formarse en la neblina un cuerpo, o mejor dicho, la mitad inferior de un cuerpo gigantesco, que lo primero que hizo fue pisarlo.
En el suelo el ser de pelo negro con forma de palmera, y uniforme gris abrió los ojos furioso, empezó a combatir con el ser, alejándose del lugar, por eso no vio a un joven con ocarina que apareció de la caja de música, que miró asombrado a todos lados.
— ¿Dónde estoy? — se tomó la cabeza — ¿Cuánto tiempo estuve...? — miró al suelo donde estaban las partes que fueron la caja de música — no puede ser, esta rota...
Escuchó a lo lejos una tonada muy conocida, sonrió feliz.
— Hermano...
Caminó lo más rápido que pudo entre los escombros, por fin vio la parte de abajo de un ser monstruoso, luchando con un hombre volador, de traje oscuro, cuando la melodía se volvió más fuerte, el medio gigante desapareció en una neblina.
— Que extraño, nunca me había pasado esto — Black miró para todos lados — mejor me voy y sigo con mi misión, estos humanos parecen insectos, matas uno y aparecen dos de debajo de las piedras.
Al rato, frente a Tapion que seguía buscando a su hermanito apareció un hombre pequeño.
— Hola héroe legendario.
— ¿Eres uno de los hechiceros? — ¿Qué pasó con Minoshia? pensó angustiado.
— Soy Hoi — exigió — dame a Hildegarn.
— ¿En dónde estamos?
— No tiene importancia, ahora quiero que me des a mi esclavo.
— ¿Dónde tienes a mi hermano? Recién vi la parte del monstruo que estaba en él.
— Hildegarn está ahora en mi cuerpo.
— Eso quiere decir — sus ojos del joven del mohicano se llenaron de lágrimas, pero no lloró — no lo haré, no te lo daré, sino este planeta se destruirá.
— ¿Y qué te importa? No es el tuyo.
— No te lo daré — trató de usar su espada contra el pequeño hombre, pero éste saltó como liebre y se puso fuera de su alcance.
— En algún momento te dormirás, no podrás estar atento todo el día, entonces será mi momento ja ja ja
El joven de mohicano buscó donde esconderse al escuchar ruidos de batalla cerca, necesitaba saber dónde estaba, qué ocurría allí, y sobre todo en qué situación estaba su hermanito, aunque no lo quería pensar, seguramente fue asesinado, recordó la sonrisa de confianza del pequeño cuando ambos fueron encerrados en las cajas de música.
— Confió en ti Tapion, eres mi héroe.
— El héroe eres tú, te quiero Minoshia.
Unos días después, cerca de donde estaba Trunks, Mai, y un grupo de humanos. que estaban escondidos, apareció la parte de arriba de un monstruo tipo insectoide, que derrumbó varios edificios que todavía quedaban de pie.
El semi sayayin salió a proteger a los sobrevivientes, apoyado por los que lo acompañaban, pero antes que pudiera hacer nada, una melodiosa música empezó a sonar, y el ser desesperado desapareció en una niebla.
Cuando estaba desapareciendo el humo, Trunsk vio a un joven con un corte de pelo tipo mohicano que desapareció a lo lejos, con una extraña en sus manos. Iba a seguirlo, pero debió ir a ayudar a varios humanos que quedaron atrapados entre unos escombros.