Tthor se sentía extremadamente cansado. Le dolían las piernas y los brazos. Y no recordaba absolutamente nada de lo que había ocurrido esa noche. Sí estaba claro para él que había tenido otro de sus episodios de sonambulismo.
- Cada vez parece que voy más lejos y hago más cosas.
- Me preocupa que sea así.- le confesó Noel cuando pasaban por la sombra que proyectaba el árbol de Creta, bajo la luz de la luna.
Tthor arrastraba el carro, tratando de recordar algún detalle pero por más esfuerzo que hacía, lo último que se le venía a la cabeza era haberse acostado en su habitación de Warghost.
- Tienes puesta la misma ropa que ayer.- le dijo Noel- Ni siquiera te cambiaste- Tendremos que buscar una manera de que no salgas por ahí durante la noche. Es peligroso, podrías tropezarte con alguna baldander.
Tthor sonrió. ¿Cuántos ya le habían prevenido de lo mismo? Ya empezaba a sentir curiosidad por esas estatuas vivientes.
-…O peor que una baldander, puedes encontrarte con Spike Shannut y ahí sí que tendrás un problema grave.- dijo Noel, mientras abría un paquete de choco-telarañas.
Le ofreció a Tthor pero éste las rechazó. Noel mordió un pedazo grande y, masticándolo, continuó expresando su miedo:
- La Guardia Civil no es algo para tomárselo a la ligera. Son unos muchachos malcriados, irrespetuosos y molestos pero pueden hacerte la vida miserable si te toman de punto.
- ¿Quién es ése Spike…?
- Shannut… Es el hijo del Alcalde de Meaghdose. El padre parece ser bastante competente en su trabajo; es rígido pero justo. En cambio, su hijo…- Noel puso cara de haber mordido algo podrido- es francamente repugnante.
Sonaba bastante convincente pero cuando Tthor la miró, notó que se había puesto colorada como un tomate. Estuvo a punto de comentarlo pero, a tiempo, cambió el tema de conversación:
- ¿Cómo sigue tu tío?
El Tío de Noel, el zapatero oficial de Warghost, había estado padeciendo una gripe que no le dejaba trabajar al ciento por ciento. Cada día que pasaba, parecía empeorar. Le subía la fiebre por las noches, estornudaba todo el día y se quejaba de fuertes dolores en las piernas.
- Bastante mal…- respondió la jovencita- Pero la curandera que lo atiende ha dicho que es normal. Esa clase de gripe cumple un ciclo lunar y se va. Las mezclas que le ha dado lo ayudan y los dolores están atenuados pero aún no se ha podido levantar de la cama y se pone cada día más nervioso.
- ¿Y eso por qué?
- Porque no puede trabajar. Había tomado, un día antes de enfermarse, un encargo extra de zapatos. En esta época es cuando más trabajo tiene. Vivimos de eso. Yo lo ayudo pero no doy abasto y hay arreglos que no sé hacerlos. ¿Qué vamos a hacer si mi tío pierde los encargos?- la voz de Noel se quebró y unas lágrimas gruesas mojaron su cara redonda.
Tthor le palmeó el hombro un para de veces, con algo de torpeza. No sabía qué hacer para consolarla.
- No tengo idea de cómo arreglar zapatos pero cuenta conmigo para lo que necesites. De alguna forma, vamos a ayudar a tu tío. El señor L´Vois es muy bueno y se merece salir bien parado de todo esto, ya lo verás.
Noel se sonó la nariz con un pañuelo blanco que había sacado de su bolsillo.
- Si quieres, puedes explicarme qué hacer y yo te ayudo con los arreglos.- se ofreció Tthor al verla un poquito más animada.
- Gracias, Tthor, pero aún así, no daremos abasto. Sólo que tengamos la suerte de que aparezca algún duende de los zapatos.- bromeó Noel, secándose el rostro.
Tthor la miró de reojo. Ya había oído esas historias antes, en los cuentos infantiles que la señora Nogg solía contarle en las tardes de té en su casa, años atrás. Y sabía que eran sólo cuentos. Pero se le estaba ocurriendo una idea que, si la discutía con Lee- Won, creía que podía llegar a funcionar.
Se quedaron los dos sentados, en un banco de piedra, a un costado del camino. Y Tthor esperó , paciente, hasta que Noel se hubo calmado. Recién permitió que se fuera cuando su semblante había recuperado su expresión alegre de siempre. Insistió en que volviera con su tío, que él llegaría sano y salvo a Warghost.
- ¡Lee- Won!- llamó Tthor, entrando a la cocina.
Las mujeres que estaban allí, sin dejar de trajinar, le informaron de muy mal grado, como siempre que hablaban con él, que no le habían visto, aún. Tthor salió a toda carrera por una puerta lateral y, antes de llegar a una escalera caracol, se topó con Lee- Won quien también venía corriendo.
- ¡Tthor!
- ¡Lee- Won! Tengo que hablar contigo.
- Está bien…pero yo primero. ¡Tenemos un problema!
Lee- Won, prácticamente, arrastró a Tthor hasta el rellano del tercer piso.
- El temblor ha hecho que el agua de los niveles inferiores subiera e inundara el ala este.
- ¿El temblor?- Tthor estaba bastante confundido.
Notó que todo el pasillo estaba inundado de agua oscura y fétida. Tthor arrugó la nariz por el olor que subía del suelo.
- El temblor de anoche. ¿No lo has sentido? ¡Qué raro! Fue bastante fuerte. He ido a tu habitación, esta mañana y no te he encontrado. Ya te habías levantado…
Tthor no dijo nada.
- Lo que pasa es que hay varios dormitorios en esta ala que quedaron inundados. Pero lo peor sucedió aquí…- contó Lee- Won, parándose frente a la puerta del ático.
Tthor abrió la puerta con bastante curiosidad. Reprimió una exclamación de sorpresa por lo que vio: todo el ático estaba con más de quince centímetros de agua podrida; y el aire era bastante irrespirable, mucho más cargado que el del pasillo. Pero antes de que pudiera observar algún otro detalle, un grito desesperado les llegó desde un rincón.
- ¡Asmodeus!- exclamaron los dos jovencitos.
El demonio estaba agazapado, en cuclillas, con los brazos alrededor de su cuerpo y con la cabeza escondida entre las piernas. Temblaba violentamente. Y se balanceaba hacia delante y hacia atrás a un ritmo bastante preocupante. Tthor nunca lo había visto así.