34- confesiones

- ¡Aquí estás!- exclamó visiblemente disgustado el Profesor Evans- Por lo menos, por una vez, te levantaste temprano. Te espero en el campo de tiro, en cinco minutos. 

Miró de reojo a Asmodeus y se fue, dando un portazo.

Tthor respiró profundo y con un hondo suspiro, dijo:

- Volvimos a la vida real…

Lee- Won lo miró sonriente. Tthor dio un paso hacia la puerta pero Lee- Won lo detuvo.

- ¡Búscame, más tarde! Tengo algo que mostrarte…

Tthor estuvo toda la mañana distraído, pensando en las cosas que había vivido la noche anterior junto a Lee- Won. Y mientras tensaba el arco, por enésima vez, ante la mirada glacial del Profesor Evans, se preguntó qué sería eso que Lee- won quería mostrarle.

 Cuando llegó el mediodía y Tthor lanzó, sin éxito, la última flecha, el Profesor Evans pareció darse por vencido y dijo, visiblemente alterado:

- ¡Hora del almuerzo! 

Tthor empezó a juntar las flechas regadas cerca suyo.

- ¡Y no quiero verte en toda la tarde! He tenido suficiente de tu torpeza por hoy.- bramó Evans, desapareciendo en las caballerizas.

Tthor estaba frustrado. Ordenó las flechas en el carcaj y guardó los arcos, apilándolos en un gran cofre de madera.

Lee- Won, agazapado en un árbol cercano, lo observaba en silencio, con una leve sonrisa en los labios y una mirada brillante y emocionada. Había estado gran parte de la mañana, al igual que Tthor, con su mente perdida y distraída. Revivía, constantemente, las palabras que Tthor le había dicho en el túnel.

-“…Si algo malo te pasara…, yo no podría soportarlo. Sin ti…a mí no me interesa ser Rey…”

Y tampoco podía evitar que el corazón se le acelerara cada vez que recordaba la cercanía del muchacho. Estaba visiblemente nervioso y se mordía el labio constantemente.

Cuando vio que Tthor ya había acabado de ordenar todo, corrió hasta él.

- ¡Tthor!- lo llamó Lee- Won, con una amplia sonrisa.

- ¡Hola!- le dijo Tthor, dando un suspiro, frustrado.

- ¿Qué pasa? ¿Algún problema?

Tthor lo miró, entrecerrando los ojos.

- No, ningún problema, salvo que no he logrado dar en el blanco ni una sola vez. Ni siquiera me aproximo con mis flechas a los árboles. El Profesor Evans ya no sabe qué hacer conmigo.

- Es por la luz del sol…No logras ver el blanco.- lo animó Lee- Won- Lo harás mejor en un día nublado.

- El problema no es solo el sol. El problema es el Profesor Evans…

Lee- Won lo miró con curiosidad. Tthor se le acercó y le dijo, casi en un susurro:

- Me pone nervioso. Me aterro cuando lo tengo cerca. Me paralizo…

Lee- Won no daba crédito a lo que su amigo le contaba.

- Tthor, enfrentas lobos fenrir y baldanders y vuelas con grifos…

- Ninguno de ellos me da miedo…- confesó Tthor, encogiéndose de hombros- Sí me ponen nervioso y siento que me sube la adrenalina al enfrentarme con ellos pero…con el Profesor Evans es distinto. Siento su odio y ese odio de alguna forma me paraliza. Y no logro reponerme a eso…

Lee- Won lo escuchaba con atención. Lo miró por unos instantes y luego caminó hacia el cofre, en silencio. Volvió a pararse cerca de Tthor con un arco y una flecha. Se lo entregó y le dijo:

- ¿Podemos intentarlo…sólo una vez…? 

Tthor lo miró fijamente y asintió. Tomó el arco, puso la flecha y lo tensó.

- Cierra los ojos…- le susurró Lee- Won parándose detrás de él.

Tthor cerró los ojos y respiró profundamente.

- Olvida el blanco…, olvida el arco y la flecha que sujetas, olvida que estás aquí. Sólo piensa en…la persona que más quieres en el mundo. Imagínala cerca de ti, imagina que esa persona está parada junto a ti. Está aquí contigo, acompañándote. Esa persona es lo único importante en tu vida. Está contigo y siempre lo estará…

Tthor respiraba con cadencia y su rostro pareció iluminarse. Sus labios sonreían tenuemente y su pecho se movía con tranquilidad.

- …Esa felicidad que sientes al saber que esa persona está aquí contigo será la que te guíe hasta el blanco…

Tthor abrió los ojos, levantó el arco a la altura de los ojos, lo tensó y disparó, sintiéndose fuerte y poderoso, pero al mismo tiempo libre y liviano, como si se hubiera sacado un peso de encima.

La flecha salió disparada a toda velocidad y dio justo en el blanco del árbol más alejado.

Tthor, en un segundo en el que el sol quedó tapado por las nubes, logró ver la flecha rígida, clavada justo en el centro de un círculo de pintura roja.

Miró a Lee- Won con el rostro radiante, arrojando el arco hacia un costado. Tomó a l muchacho con los dos brazos y lo alzó en el aire.

- ¿Lo viste?...¡¿Lo viste?!- decía Tthor, sin dejar de abrazarlo.

Lee- Won reía feliz.

- ¡Claro que lo vi!- exclamó.

Tthor lo soltó y clavó sus ojos en los de su amigo.

- ¡Gracias!- le susurró.

- De…na…nada.- Lee- Won apenas podía hablar.

- ¡Ey! ¡No me imites!- bromeó Tthor- El que tartamudea aquí soy yo.

- Si te doy un regalo…, - dijo Lee- Won, tratando de reponerse- ¿me darías otro abrazo como el de recién?

Tthor lo miró sorprendido.

- ¡Es cierto!- dijo- ¡Tenías algo que mostrarme!

Lee- Won lo miró con picardía. Se levantó la remera y dejó ver algo que llevaba sujeto a la cintura de sus pantalones. Tthor lo miraba con curiosidad. Amagó con quitárselo pero Lee- Won dio un paso hacia atrás y se volvió a bajar la remera.

- Primero…el abrazo…- bromeó.

Pero una voz melodiosa y alegre, les llegó desde el camino lateral:

- ¡Tthor! ¡Lee- Won!

- ¡Hola, Noel!- la saludaron los dos, mirándose de reojo.

- ¿Ya no estás enojada?- quiso saber Tthor.

- ¿Cuándo estuve enojada con ustedes?- contestó Noel, frunciendo el ceño.

Lee- Won se rió con disimulo.

- ¿Qué estaban haciendo? ¿Ya almorzaron?

- No y tampoco desayunamos…- dijo Tthor frotándose el estómago.

- ¿Por qué no desayunaron?- preguntó la jovencita- ¿Se levantaron tarde, dormilones?