Ese mismo fin de semana, el invierno pareció llegar con todo. Los caminos se llenaron de agua nieve. Y la luz del sol solo se empezó a mostrar sólo un par de horas al día.
Pero cuanto más lúgubres parecía volverse el clima en Warghost, mejor se empezaba a sentir Tthor con respecto a sus actividades allí. Sobre todo ahora que, por primera vez desde su llegada, estaba de acuerdo con el Profesor Evans en algo.
Pese a los incendiados reclamos de Darius y Rémona y el ceño fruncido de Ellysa, los Blumber le hicieron caso a la propuesta del profesor.
- En vista de que nada…extraordinario ha acontecido desde que él ha llegado a Warghost, creo firmemente que queda demostrado que Tthor Prayer no es el elegido por la paila para ser su…guardián. – el profesor Evans pronunciaba cada palabra suave pero firme.
Estaba serio pero Tthor creyó ver un asomo de placer en su semblante. Parecía que el niño había cumplido con sus expectativas: ser un completo inútil. Por eso, por un segundo, Tthor estuvo tentado de contar allí mismo, delante de todos, cada una de las “aventuras” que había vivido desde su llegada a Meaghdose: el viaje clandestino en el “Tormenta e Impulso”, la odisea con el “kraken”, su estadía peligrosa en las grutas, junto a Noel y el descubrimiento de la espada en los pisos sumergidos de la abadía. Por no mencionar los lobos fenrir y las baldanders.
Pero cuando sus ojos se encontraron con la fría mirada del profesor, no dijo una sola palabra y así fue que aceptaron todos la nueva propuesta: Tthor Prayer ya no era considerado candidato a ser guardián de la paila de Orffelios y, a partir de ese momento, sería “el ayudante de Darius”, pues debía ganarse su comida.
Más tarde, mientras Lee-Won lo ayudaba a Tthor a ordenar el cobertizo, expresó su indignación por el “injusto” profesor.
- ¿Pero cómo que no eres el guardián de la “piala”?
- Paila.- lo corrigió el muchacho, mientras sacudía unas bolsas viejas.
- Sí, eso, “piala”. ¿Y yo que dije? Yo había oído algunas cosas sobre ti antes de que llegaras. Y todo el mundo sabe sobre las profecías. La “piala” busca a su guardián y lo prepara para ser rey. Yo creo que tú eres el guardián…
- ¡También yo…!- exclamó una voz femenina suave pero determinada.
Por un instante, el corazón de Tthor se aceleró. Y el tiempo que tardó en incorporarse y girar hacia la entrada, bastó para convencerse de que la voz que había escuchado era la de su querida Wilgenyna. Pero una sonrisa dulce y unos ojos brillantes lo defraudaron. Era Noel que había llegado y sostenía un recipiente en sus manos.
- Yo le pedí que viniera…- se excusó Darius, cuando Tthor la miró de reojo- Ella sabe más que yo sobre la “piala”.
Darius, al igual que Lee- Won, siempre pronunciaban mal la palabra paila…
- ¡Paila!- exclamaron a dúo Tthor y Noel.
Y las carcajadas de los tres inundaron el viejo cobertizo, haciendo más amenas las tareas de la mañana.
Desde el primer día, Tthor se sintió bastante cómodo en su nuevo rol. Warghost era enorme y siempre había cosas nuevas por descubrir.
- ¿Por qué siempre hay hachas a las que les falta el mango?
- Se las come Axehandle Hound… - le dijo Darius.
- Yo nunca lo he visto pero dicen que tiene forma de hacha, por todos los mangos de hacha que se ha comido en su vida.- acotó Noel- Iré por unas bolsas más.
Tthor sonrió. Ya había aprendido que Warghost estaba plagado de raras historias y raros personajes.
- Me alegra que ya se hayan dado cuenta de que no soy el guardián. – le dijo Tthor a Darius, mientras separaban las hachas sin mango de las que sí las tenían.
Darius no contestó.
- No creerás que yo soy el guardián de la paila ¿no?
Darius siguió en silencio, mientras envolvía las hachas que habían apartado en un pedazo rectangular de cuero curtido y las ataba luego con una cuerdas semi-gastadas.
- ¿Por qué crees que soy el guardián?- insistió Tthor- No tengo ninguna habilidad, soy sonámbulo, me mareo y vomito hasta cuando camino demasiado rápido… Francamente, no creo calificar para algo tan importante. Y la paila, que es quien elige a su guardián, no me elegiría a mí porque …no sería capaz de mantenerla resguardada.
- Por eso mismo creo que eres el custodio. La paila debe ser resguardada de los enemigos y la mejor manera de hacerlo es esconderla en el lugar menos pensado, y con la persona…menos pensada. Alguien que no llame la atención y que no dependa de la magia para sobrevivir.
Tthor se quedó boquiabierto. Las palabras de su amigo tenían mucho sentido. Pero algo en su tono de voz lo había dejada perplejo. Las palabras habían sonado más graves de lo normal…y había pronunciado bien la palabra “paila”. Por un segundo a Tthor le pareció que los ojos de Darius resplandecieron con llamas doradas, pero al verlo con más detenimiento, vio que sólo eran negro intenso.
- Me podrías repetir lo que dijiste.- pidió Tthor, mirándolo a los ojos.
El pequeño hombre terminó de atar el último nudo y miró a Tthor con cara de sorpresa.
- Yo no he dicho nada.- respondió, cargándose al hombro el paquete de hachas.
- Sí, eso creí.- dijo Tthor en voz baja.
Siguió en silencio a Darius por un corredor y salieron al patio interno.
- ¿Sabes lo que es un “médium”?
- Sí, claro. Un médium de corma con leche…
Tthor sonrió. Pensó que sería mejor no decirle nada sobre lo que había pasado. Aún así, estaba decidido a reflexionar sobre el mensaje que “algo” o “alguien” acababa de darle. Y se prometió consultarlo en una próxima carta con Wilgenyna.
Después del almuerzo, Tthor buscó a Lee- Won en las caballerizas.
- ¿Qué haremos hoy?- quiso saber Tthor, dejando a un lado una bolsa vieja.
Lee- Won evitó mirarlo.
- Hoy…tengo mucho que hacer…encargos para mi madre.- contestó el jovencito.
- Ayer me dijiste lo mismo…Y antes de ayer…Y el día anterior a ése…