Tu Alma, Mi Alma y el Secreto Prohibido

CAPÍTULO 7: ¡TE SIGO AMANDO, MI ALMA!

Son las 9, muy temprano aún… El frío denso se ha instalado en Malal-Hue, ¡es invierno! Mateo baja del tren y ve con nostalgia la moderna estación de tren inaugurada tan solo hace 10 años atrás y que aún conserva su frescura. Mateo miraba con dulzura, a un par de pajaritos dándose cariño en las ramas de un viejo árbol que está a la salida de la estación, mientras caminaba lentamente hacia la puerta. Su equipaje le pesaba, pero no tanto como la el dolor que llevaba desde que salió de la capital por dejar a su pequeño Sebitas. Pero tenía que recomenzar su vida lejos de ese lugar, tenía que reencontrarse con su Yo nuevamente y ver lo que realmente necesitaba hacer para sanar las heridas.

No muy lejos de la estación, un auto se detiene a su lado y escucha una voz que le grita desde adentro:

-¡Eh, Doctor… ¿Tantos títulos tiene y no ha podido comprarse un auto, que anda a pie?!

-¡Eh, tío Simón…Qué alegría volverle a ver! ¿Cómo está la familia? –Le respondió con una sonrisa Mateo al padre de Alma, su tío Simón.

-¡Bien, mijo… Inmejorable! Con una buena noticia me despertaron esta mañana, tempranito como a las 7! –Dijo el viejo.

-¡¿Ah… Sí?! ¡¿De qué se trata que está tan contento, tío?!

-¡Vah… Pero entra, sobrino, que en el camino a la casa de tu padre te cuento! –respondió Simón.

Son las 22:00 y ya la gente empezaba a llegar al salón. Había un aire muy romántico allí, hermosas calas adornaban las mesas del lugar y un letrero con letras que colgaba de la pared central decía: ¡QUE VIVA EL AMOR, FELIZ COMPROMISO!, daba a entender que la celebración era por y para el amor de una feliz pareja.

-¡Estás realmente hermosa, Alma!

-¡Muchas gracias, primo! –Le dijo Alma a Mateo.

-¡Tu novio es el que te hace ver fea! –Le dijo suspicazmente Mateo a su amor platónico.

-¡¿Qué dices, Mateo?…Valente es guapísimo! –asintió Alma.

-¡No lo sé, pero tu sonrisa no brilla cuando estás a su lado! –Replicó Valente.

-¡Bueno, eso es lo que tú ves porque estás dolido, Mateo!

-¡Te equivocas, primita… Sinceramente te ves fea a su lado! ¡No te merece! ¡A lo lejos se ve que ese tipo se las trae!

-¡El que se equivoca eres tú, primito!… Valente es un excelente hombre. Es muy cariñoso, leal, sin hijos ni mujeres ocultas, y, lo mejor, ¡me ama como yo a él! –Le replicó Alma sarcásticamente.

-¡Ah, le amas! –Afirmó Mateo con enojo evidente.

-¡Pues sí… Le amo! Y ya deja de contrariarme, porque me pones ner…

Mateo la interrumpe diciendo: -¡¿Nerviosa… Te pones nerviosa por lo que te digo o por mi presencia, mi Alma?! –Le dijo Mateo.

-¡¿Por tu presencia?...No, qué va! ¡Puedes estar muy cerquita de mí y no logras hacer que mi cuerpo reaccione, Mateo!

-¡No me mientas, Alma! ¡Sé muy bien que mi presencia hace temblar tu esencia femenina!.. ¡Sé que deseas que me acerque aún más, que tu respiración está agitada y tu aliento se entrecorta cuando te miro así, mi amor!

-¡Para nada…Son inventos tuyos! ¿Crees que por ser médico lo sabes todo acerca de las funciones corporales?- Le replicó Alma.

-¡No es por ser médico que lo sé, mi Alma, el hecho de ser tu dueño, el hombre de tu vida me hace conocedor de tu lenguaje corporal, hermosa florecilla silvestre!

-¡Ya déjame en paz, Mateo!.. ¡Deja de hablarme de ese modo! ¡Yo no soy tuya, ni lo seré jamás! ¡Estoy a punto de casarme con otro hombre, alguien a quien conocí a los años de tu partida, me he enamorado de verdad y esta relación sí la puedo gritar a los cuatro vientos! ¡Es un hombre maravilloso y quiero estar con él hasta el último día de mi vida ¿Lo entendiste, o debo ponerlo por escrito para que lo entiendas y jamás lo olvides, primo?!

-¡Me quedó claro, prima!.. Pero lo que vas a tener claro tú es lo siguiente: ¡Jamás, pero jamás serás feliz con alguien que se casará contigo sin saber que antes de él fuiste de alguien más y que ese alguien es el hombre que realmente amas con locura! ¡Que aunque tu boca me lo niegue, tus ojos me lo confirman cada segundo que me encuentro a tu lado! ¡Tus ojos me están gritando que te robe, que te lleve lejos conmigo y que te haga mía nuevamente, mi Alma! ¡Tus ojos me imploran que te saque de esta farsa y te bese entera como aquella vez que nos dimos por completo! ¡Te quedará claro, que aunque eso no suceda, tu corazón seguirá siendo mío como lo es tu cuerpo, mi Alma!.. ¡MI ALMA, MÍA, SOLO MÍA!




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