—¿Se vería muy mal que yo fuera novia de Den? —preguntó Daysi con un tono bajo e inseguro.
Alex apretó por unos segundos los labios, después tomó una mano repleta de palomitas de maíz, con la otra, comenzó a tomar una por una y las llevaba a su boca, mientras las masticaba su rostro se veía pensativo.
—No mal, claro que no, sería más como extraño —observó fijamente el rostro de su prima—. Imagina que tienes una mejor amiga… Imagina que Marilyn y yo de un momento a otro comenzamos a salir, ¿cómo reaccionarías?
Daysi dejó salir un suspiro y bajó su mirada hasta la taza de palomitas, tomó una manotada y la llevó hasta su boca.
Transcurrió alrededor de dos horas. Daysi y Alex estaban concentrados viendo la televisión en silencio cuando la puerta de la habitación se abrió de golpe.
—Alex —se escuchó una voz.
Los jóvenes voltearon a ver y encontraron a Enden con una amplia sonrisa en su rostro, una que se agrandó al ver a Daysi.
—¿Qué pasó? —preguntó Alex volviendo a mirar la televisión.
—Te iba a invitar a cine, pero creo que no querrás salir de esta habitación —Enden se acercó a Daysi y se acostó a su lado—. ¿Qué ven?
—La última temporada de Casa de papel —respondió Daysi.
Los brazos de Enden rodearon la cintura de la joven y se acurrucó en ella.
—Hueles muy rico —le susurró.
Daysi tragó en seco y su corazón empezó a palpitar con fuerza. Enden soltó una pequeña carcajada al darse cuenta que su novia estaba bastante tímida por su comentario.
Alex los observó por un momento, sintiendo el ambiente sumamente incómodo.
—Ay… dejen su melosería —se quejó—, uy… qué incómodo —. Volvió su mirada al televisor—, comienzo a creer seriamente que sí tienen algo.
—¿Y qué pasaría si lo fuéramos? —indagó Enden.
Alex volvió a mirarlos, ahora con gesto de fastidio.
—¿Por qué?, ¿lo son? —inquirió Alex.
Enden le dio un beso a Daysi muy cerca de los labios. La chica se impresionó y trató de rodarse un poco del joven, pero él no se lo permitió. Mientras, Alex arrugó más su rostro y volvió a mirar el televisor.
—Salgamos —sugirió Enden a Daysi—. Te ves muy hermosa para estar encerrada en este cuarto.
Daysi lo observó fijamente y volvió a tragar en seco. Enden le dio un pequeño beso en los labios y le sonrió de manera muy cariñosa.
—Ven, vamos —se levantó de la cama.
—¿A dónde van? —preguntó Alex con rostro aburrido, miró a Daysi—, hoy es día de primos, ¿cómo te vas a ir con él? Faltan dos capítulos para terminar la serie.
La chica se levantó sin saber qué escoger. Le parecía más interesante y divertido tener una cita con su ahora novio.
—Te invitaría, pero estarías de violinista —chistó Enden.
—¡Daysi! —soltó Alex enojado—, ¿en serio te vas a ir con él?
—Ay, —Daysi llevó una mano a su nuca— lo terminamos de ver después, Alex.
La mandíbula de Alex se apretó con fuerza y después soltó un gruñido mientras volvía su mirada a la pantalla del televisor.
—Lárguense, lárguense —bufó.
La mano de Daysi estaba sudada, sus mejillas se encontraban ruborizadas al pensar que Enden estaba sintiendo el sudor de su mano. Era la primera vez que caminaba tomada de la mano con un hombre, se sentía demasiado extraña.
Comieron helado mientras conversaban de los mismos temas de siempre, pero esta vez dentro de un centro comercial. A Daysi le gustaba ver la ropa en las vitrinas, pasaba minutos enteros observando ropa que al final no se decidía por comprar.
—No me quiero volver adicta a la ropa —le confesó a Enden—, las únicas veces que llego a comprarla es cuando estoy con mi madre.
—¿Cómo es tu relación con ella?
—Bien —respondió Daysi—, me sobreprotege, pero sé que es porque sabe que soy un problema.
—No eres un problema.
—Para ella sí —Daysi volteó a verlo—. Siempre quiso que su hija saliera con sus amigas, no que estuviera encerrada en su casa triste.
—Pero tú has cambiado, Daysi —Enden apretó un poco la mano de la joven—, ¿o antes habrías hecho esto?
Daysi se ruborizó por completo al darse cuenta que estaba en un centro comercial comiendo helado con su novio mientras caminaban tomados de la mano.
Terminaron viendo una película en el cine y después, al salir, Enden se acercó a una tienda nueva que se había abierto recientemente en el centro comercial.
—Enden, ya vámonos, es tarde —dijo Daysi detrás de él.
—Espera, espera —soltó el joven emocionado mientras veía unos peluches—. Mira, son los personajes de Marvel.
—Vaya… —masculló Daysi con tono aburrido.
Enden volteó a verla.
—¿No te gustan las películas de Marvel?
—Nunca las he visto —respondió Daysi—, bueno, sí unas partes, pero no, no me gustan.
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Editado: 22.01.2025