Marilyn se acercó a la pareja y les pidió tomarse una foto con ella. La joven se sentó al lado de Daysi mientras sonreía y tomaba la foto.
Era la primera fotografía que Daysi pudo tener con aquellos hermanos. De hecho, Marilyn tomó una foto de la pareja y se la envió por mensaje a su amiga.
Daysi, al ya estar en la comodidad de su habitación, observó con detenimiento la foto en la que salía acompañada con Thiago. Le pareció que hacían buena pareja.
Thiago era un joven sumamente cariñoso; la entendía, sabía escucharla y lo más importante, la aceptaba tal y como era.
Pensar todo esto la hacía sentirse muy confundida. Removió su cabeza y se acurrucó en las sábanas.
“¿Estás dormida?” Envió Thiago.
“No, aun no” respondió.
“Hoy te veías hermosa con ese vestido de baño” escribió el joven.
Daysi sintió sus mejillas acalorarse, su respiración detenerse y la emoción recorrer todo su cuerpo. Sabía que, si las cosas seguían de aquella forma, volvería a sentir lo mismo por Thiago. Era como viajar en el tiempo y estar justo en ese momento donde sólo sabía pensar en Thiago. Ese nombre, Thiago.
Cerró los ojos y soltó un suspiro. Thiago. Su sonrisa, su forma tranquila de hablarle. Sus brazos fuertes al momento de abrazarla y la dulce manera en que sus labios pronunciaban su nombre… la volvían a enamorar.
“Daysi, ¿me dejaste en visto?, ¿te ofendió que te dijera lo del vestido de baño?” envió Thiago.
“No, no…” respondió Daysi con rapidez.
“¿Te habías quedado dormida?” escribió el joven.
Aquello hizo reír a Daysi. Estuvo tan sumida en sus pensamientos que se había olvidado por completo de responder el mensaje de Thiago.
Pasaron horas conversando por mensajes, después, Daysi no pudo con el sueño y se despidió del muchacho prometiéndole que iría con él a cine al día siguiente.
Era la primera vez que Daysi tenía una cita con Thiago. Su boca estaba completamente seca y sus manos sudadas.
Veía al joven por encima de su hombro. Thiago era bastante alto, ella le llegaba un poco por debajo de su hombro. Se veía fornido, mucho mayor que ella y con un semblante serio mientras hablaba con el empleado del cine.
Daysi intentó que su boca se humedeciera un poco, pero fue imposible.
—¿En dónde crees que sería bueno ubicarnos? —preguntó Thiago observando la pequeña pantalla frente a él, volteó a mirar a la joven—, Daysi.
Ella salió de sus pensamientos parpadeando dos veces.
—Ah… —soltó—, no lo sé.
Thiago sonrió de manera dulce y volvió su mirada al frente.
—Aquí —señaló con el dedo—, en la J doce y trece.
Después de comprar las entradas, Thiago sugirió ir por unos helados mientras esperaban a que comenzara la función que habían pedido.
La pobre Daysi se sentía bastante tímida mientras paseaba la pequeña cuchara de plástico por la copa de helado. Quería ser igual de extrovertida con Thiago, pero era imposible ahora con el trato diferente que él comenzaba a darle.
Cuando se encontraron en el centro comercial la tomó de la mano y así caminaron hasta el cine. Se sintió como la novia de Thiago. El ambiente lo sentía muy diferente al que hubo en la playa.
—¿Qué sucede? —preguntó Thiago.
Daysi alzó la mirada y lo observó fijamente.
—Lo siento —se disculpó.
—¿Te sientes mal?
—No, no es eso —respondió.
—¿Entonces?
—Es que… —tragó en seco— Thiago, no lo sé… hoy te he sentido…
Thiago se acodó con vigor sobre la mesa y desplegó una amplia sonrisa, algo que produjo una fuerte palpitación del corazón de la joven. Las mejillas de Daysi se ruborizaron por completo.
—¿Diferente? —inquirió Thiago.
—S-sí… —respondió la joven—, no lo sé… Me confunde muchísimo.
—¿Por qué?
—Parece como si fuéramos algo.
El muchacho soltó una pequeña carcajada y después humedeció sus labios.
—¿Te hago una confesión?
Daysi lo miró con intensidad.
—Siempre me has gustado —confesó—. Cuando te vi por primera vez, ¿recuerdas? En la feria de la playa —Daysi acentuó con la cabeza—, ese día me pareciste una joven hermosa. Fue la primera vez que me vi tan fijamente con una chica, me pareció que tuvimos muchísima química. Esa tarde te busqué por toda la playa, quería acercarme a ti, pero estabas con tus padres. No te pude olvidar, pensé “ojalá pudiera volver a verla” y después, estabas ahí, en ese aburridísimo grupo de lectura al que debía verme obligado a ir por mi hermana. Para mí fue algo increíble.
Deseaba conquistarte, no me interesaba nuestra diferencia de edad, tampoco que en ese momento tuviera novia, sólo sabía verte de lejos y pensar en cómo acercarme a ti. Pero un día te apareciste con Enden en el grupo y supe al instante que, aunque podían no ser en el momento novios, estaba pasando algo entre ustedes. En ese momento me pareció que Enden era un buen chico al que le gustabas mucho, además, te cuidaba muchísimo de mí. Por lo mismo decidí apartarme de ustedes. Pero ahora —la miró fijamente— que sé lo que sucedió entre ustedes y que tengo oportunidad de estar contigo, no te dejaré ir. Te conquistaré, Daysi, te voy a enamorar.
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Editado: 22.01.2025