Daysi quería matar a Estefanía, ¡¿cómo se le ocurrió llevar al monstruo de Yiret al grupo de lectura?!
—Vaya, tenemos dos rostros nuevos hoy —dijo el profesor bastante sonriente.
Esa no sería una buena tarde. Daysi sabía que debía soportar a Enden por aquellas dos horas, ¡¿pero soportar a Yiret?! ¡Ese era el infierno!
Yiret estaba en medio de Estefanía y Enden, sonreía amablemente al profesor y paseaba su mirada por todo el círculo de lectores que tenían un libro reposando en sus piernas. Le sorprendió encontrar a tantos jóvenes, se veían unos años mayores que ella, pero… había algunos chicos muy guapos.
Posó su mirada en un joven de piel bronceada, cabello castaño claro y ojos marrones claros, estaba sentado al lado de Daysi y conversaba mucho con ella, además, la chica de figura gruesa que vestía camiseta de anime y estaba al otro lado del muchacho, se veía bastante cercana a él.
Pasaron los minutos como si fueran eternos. Daysi quería salir corriendo de aquel lugar, así que, cuando el profesor informó que la reunión había finalizado, no lo pensó dos veces para levantarse de su silla y caminar a largas zancadas fuera de la sala de investigación.
—Daysi, —dijo Thiago caminando a su lado— ¿qué te parece si vamos a comer algo?
—No, no puedo —informó la joven—, he quedado con mi madre para ir a comprar algunas cosas. Ya tiene que estar esperándome abajo.
—Bueno, ¿y si no está? —el joven desplegó una sonrisa traviesa—, si no está esperando, la llamas y le avisas que estás conmigo, de seguro que te dejará ir.
La joven inspiró profundamente, sabía que no podría salvarse de esta, Thiago la convencería.
Enden veía fijamente hacia la entrada de la sala, sus intestinos se estaban retorciendo del coraje al ver como Thiago rodeaba la espalda de Daysi con su brazo y le hablaba bastante cerca del rostro. Quería correr hacia ellos y apartarlo de ella, pero sabía que eso sólo empeoraría las cosas.
Se levantó de la silla con desgana, dejó salir un suspiro que Yiret pudo notar claramente.
—Den —llamó la joven—, ¿ese chico qué es de Daysi?
—Se supone que es un amigo —respondió con un hueco en su corazón.
—Parecen algo más.
Una triste idea paseó la mente de Enden, ¿podría Daysi haberlo dejado por Thiago? Era consciente que antes de él, la joven sólo tenía ojos para Thiago, así que… esa podía ser una posibilidad.
Sentía la necesidad de hablar con Daysi, pedirle que fuera sincera y le dijera si lo había reemplazado por alguien más. Le daba miedo la respuesta que le diera, pero prefería eso a tener un gran interrogante en su mente.
Llevaba esperando a las afueras de la casa de la joven por casi una hora. Cuando salió de la biblioteca pudo verla conversar con su madre, ese intenso de Thiago no se le separó por un instante y habló con la señora hasta que pareció convencerla de algo y se fue con Daysi tomando el camino de la playa.
Ya estaba cayendo la noche y Enden no se había separado de la entrada de la casa, un nudo en su garganta lo estaba atormentando. Su mente le daba muchísimas ideas del cambiar tan drástico que había tenido Daysi.
Estaba sentado en el andén jugando con un pequeño palito para matar el tiempo y creyendo que Daysi no regresaría, de seguro la estaba pasando bastante bien con Thiago. Pero cuando su esperanza ya se estaba agotando, vio un auto parquearse frente a la vivienda.
Se levantó al ver que la puerta del copiloto se había abierto y el rostro de Daisy apareció a su vista.
—Ay, por Dios —balbuceó Daysi al ver a Enden observándola fijamente.
Thiago bajó del auto al ver a Enden, se acercó a Daysi y rodeó su cintura.
—No hables con él, por favor —susurró al oído de la chica.
Daysi inclinó la mirada mientras se acercaba al portón, que curiosamente, lo veía bastante alejado.
—Daysi —escuchó que llamó Enden.
—Enden, por favor —dijo Thiago—, déjala tranquila.
—Daysi, por favor, hablemos —pidió Enden ignorando a Thiago—. Necesito hablar contigo. Te juro que sólo será esta vez, por favor.
—Enden —insistió Thiago—, aléjate de ella.
—Bueno, ¿pero acaso estoy hablando contigo? —gruñó Enden—, deja de meter tus narices en lo que no te importa antes que te parta la cara.
Daysi alzó la mirada al escuchar a Enden, sabía que debía bajar la intensidad del asunto antes que aquellos se fueran a ir a los golpes. Dejó de caminar y puso una mano en el pecho de Thiago, el joven estuvo a punto de encaminarse para encarar a Enden.
—Por favor, —pidió Daysi— vete, después te llamo.
—Daysi —soltó Thiago—, ¿en serio vas a hablar con él?
—Por favor, déjame solucionar esto —insistió Daysi—. Vete, por favor.
Thiago la observó fijamente a los ojos, después, dejó salir un suspiro de resignación. Le dio un beso de despedida cerca de la comisura de sus labios en un intento por provocar a Enden.
Cuando ya estuvieron solos, Daysi dirigió la mirada a Enden y se sorprendió al ver su rostro bastante entristecido, con la nariz roja y los ojos maltratados.
#2724 en Novela romántica
#903 en Chick lit
comedia y drama, amor desilusion encuentros inesperados, primer amor real
Editado: 22.01.2025