ENSEÑANZAS Y DESPEDIDAS

SANDRA

Recibí la llamada sorpresiva de Estrella después de todo no perdimos el contacto nunca, ya que ella siempre es como otra hermana para mí, ahora la estoy esperando en casa ya que es mi día libre, el timbre me pone en alerta.

-. Amiga

-. Hermana – decimos al unísono

-. Parece que sigues molesta conmigo – ella hace un puchero y me rio.

-. No claro que también eres mi hermana.

-. Te voy a extrañar demasiado – le señalo para que entre y la miro extrañada porque yo también le tenía una noticia similar, pero al parecer ella se me va a adelantar.

-. ¿A qué te refieres? – necesitaba la información completa.

-. Mañana me voy a Italia para tomar mi puesto en la cadena de restaurantes de la familia – eso me trajo recuerdos.

-. Yo también me voy de la ciudad solo que en un más largo tiempo y no tengo fecha de regresó – Estrella se entristeció porque de verdad que la quería mucho y el que ella estuviera lejos no sería fácil.

-. Espero que no perdamos el contacto – advirtió muy segura.

-. Lo intentaré – la verdad quería desconectarme de todo, y eso no significaría que estaría olvidando a alguien – no es por ti, la verdad deseo poner en orden mis sentimientos y mis pensamientos – Estrella asintió triste y me abrazó, cocinamos algo de comida de paso para el almuerzo conversamos de cosas triviales y nos despedimos.

-. Al menos intenta contestarme los mensajes – asentí ya que tenía un nudo en la garganta y las palabras no me salía.

RICARDO

Estrella legaría en unos minutos espero que me traiga buenas noticas, carajo me falta valor al menos para llamarla, pero temo que al escuchar su voz quiera ir corriendo a su lado porque de verdad la extraño demasiado.

-. Primo – Estrella me saludo y la recibí con un fuerte abrazo la extrañaba – parece que, si te acuerdas que tienes familia, ni una bendita llamada en este tiempo – me reclamo y le sonreí, no había llamado a nadie porque no deseaba estar melancólico o depresivo no haría un buen trabajo.

-. Ya me entenderás vamos a casa – ella me miro mal y subió al auto, en el camino conversamos un poco y llegamos a la casa de los abuelos, le mostré su habitación y le ayudé con su equipaje.

-. Estoy muerta – se dejó caer en la cama.

-. ¿Cómo está ella? – mi voz salió en susurro no sabía si aún podía tan siquiera mencionarla.

-. Tranquila, trabajando y sacando adelante a sus hermanos – ella me respondió molesta.

-. Sabes que yo…

- . se irá de la ciudad – me cortó de pronto ella, eso me puso en alerta.

-. ¿A dónde? – ella se encogió de hombros.

-. No me lo dijo porque dijo que deseaba ordenar sus pensamientos y sentimientos – mi corazón se aceleró y sentí un calor en mi pecho que hacía mucho no sentía.

-. Pero… - sentí la boca seca y la desesperación se quería apoderar de mí.

-. Estoy segura de que ella aun te quiere, pero…. – tomó mis manos y me miró a los ojos – no creo que esté dispuesta a esperar toda la vida y si quiere irse es a olvidar.

-. No puede – sentí una lágrima que ya bajaba por mi mejilla – yo aún la amo, es solo que aún no puedo irme hasta dejar todo bien acá – me levanté y caminé de un lado a otro.

-. Antes de que hagas una zanja en el piso – me detuvo Estrella – mañana trabajaremos juntos para que en el menor tiempo posible vuelvas con ella – le sonreí porque de verdad no estaba dispuesto a perderla.

-. Descansa – le di un beso en la frente y fui a mi cuarto, tomé una ducha, me coloqué solo un bóxer y empecé a mirar las fotos de ella que estaban en mi celular.

“No voy a perderte, eres lo más importante para mí”

Besé la foto y me quedé dormido pensando en ella.

AL DÍA SIGUIENTE

-. Nos espera un día agotador primita – la saludé al llegar al comedor.

-. Lo haremos muy bien – me animó ella, asentí, desayunamos y al trabajo en cuanto llegamos a la oficina le dije que a las 5 tenía organizada una despedida para nuestro chef secundario quien nos dejaba, ella aceptó gustosa y la deje con el trabajo administrativo que ella entendía muy bien.

Fui a la cocina para preparar algunos platos ya que necesitaba distraerme y no tomar el primer vuelo para volver junto a ella, y de paso supervisaría nuestro chef principal.

-. Don Ricardo - me saludo el chef principal cuando me vio entrar.

-. Buenas con todos, hoy estaré aquí en su cocina todo el día – me miraban extraño y con algo de temor – no es nada malo a cocinar – todos volvieron a sus quehaceres.

-. Bien Alonso hoy veré tu trabajo y aparte – bajé un poco la voz – quiero que prepares un banquete exquisito para despedir a Mauricio hoy a las 5 lo dejo a tu criterio – él asintió.

-. Bien entonces empecemos, a las 3 de la tarde usted se queda como jefe de la cocina y yo empiezo la preparación de lo otro – asentí.

-. Mauricio – lo llamé ya que hoy se suponía era su día libre.

-. Dígame – lo miré con añoro ya que él me conocía desde bebé y porque no decir era un gran amigo.

-. ¿Se supone que hoy descansas? – lo miré divertido y supuestamente algo serio.

-. Hoy quiero despedirme de mi cocina, quizá y ano vuelva – lo miré con ojos vidriosos.

-. Eres bienvenido cuando desees para estar un momento en la cocina el día que desees, pero también dedícale tiempo a tu familia porque ya no podrás recuperar las anécdotas de tus hijos al menos aun no son jóvenes y puedes compartir con ellos- yo sabía muy bien lo que dolía no tener a un padre o madre presente.

-. Has madurado para ser tan joven – me dio una tierna sonrisa.

-. Tú me has ayudado mucho – era verdad él tenía demasiado que ver e este tema.

-. Bien si me permites – me hizo que bajara un poco ya que él era un poco más pequeño – si el universo o dios desea que ese amor sea para ti por más tiempo y distancia que haya se encontraran y todo será como si nunca hubieran estado lejos el uno del otro – lo abracé muy fuerte - Me encantan los abrazos de oso, aunque no es tan bonito si es que me asfixian – lo solté ya que al parecer no medí mi fuerza.