JOSÉ
Tan frustrado como estaba fui a donde la mujer que sabe cómo quitarme las ganas, toque su puerta y de inmediato me abrió y fui a lo que deseaba, la lleve a su cama y saque la frustración que tenía.
-. Hoy estas molesto por lo que parece – dijo ella sobre mi pecho.
-. Esa nieta de Don Segundo – dije con coraje al recordar su rechazo – es una creída, pero la voy a tener comiendo de la palma de mi mano, solo que debo hacerme l buenito un tiempo.
-. No entiendo porque tanto interés en ella- la tomé de la barbilla para que me mirase
-. Tú sabes que queremos al Finca de los Dávila desde hace mucho porque siempre ellos han sido lo más grandes de estos lares, y cuando mi papa tuvo ese gran golpe de suerte pues se presentó la oportunidad de tener esa propiedad, aunque ahora esa mujercita es una piedra en el zapato.
-. Ni que fuera tan guapa – reímos, tenía lo suyo.
-. Es por la familia a la que pertenece – igual no debía explicarle nada porque ella solo era para cuando las ganas estaban por las nubes.
-. Pero igual te casarás con ella- y ahí es donde hare que pague todo lo que me está humillando.
-. Sí, pero sabes que solo lo hago porque me lo pide mi padre – debía mantenerla bajo control.
-. Ya te dije que yo si deseo algo serio contigo – me lo viene repitiendo en cada oportunidad.
-. Y yo solo te pido paciencia – y como vi que iba a comenzar con su cantaleta, me vestí como rayo, le di un pico y me fui a mi casa más calmado.
-. Pensé que te tardarías más – mi padre al parecer me estaba esperando.
-. ¿Por qué? - solo logré sentir el golpe en mi mejilla.
-. No te quieras pasar de listo conmigo – mi madre como siempre no se metía por el miedo que le tenía.
-. Ella me rechazó – le dije directo porque él no tenía idea de cuanto lo odiaba.
-. No me interesa – dijo sentándose en el sofá – no puedo creer que ni para conquistar a una mujer sirvas.
-. Tú crees que desde que conseguiste ese dinero deben respetarte – sabía que la valentía me duraría poco, pero se lo diría de frente en la calle – pero la gente del pueblo se ríe de ti porque no eres capaz de administrar bien lo que ganaste y lo que fácil vino, fácil se va – me dio un puñetazo que solo vi negro.
Y eso era verdad, Don Edilberto Torres solo se dedicaba a despilfarrar el dinero en grandes fiesta y banquetes que daba en la finca que compró, encontraba la mínima excusa para celebrar.
-. Que dolor – me desperté cerca de las 3 de la tarde mi mejilla estaba un poco morada ya que le habían aplicado crema.
-. Hijo no debiste – miré a mi madre entrar con uan bandeja con comida.
-. Espero que esté ahorrando algo –asintió – porque si no nos vamos a quedar en la calle.
-. Marleny me está ayudando – eso era bueno.
-. Bien – zanjé el tema.
SANDRA
Recibí la llamada de mi contacto y dijo que:
Todo eso necesitaba un restaurante y que le envíe la cotización.
“Qué raro que mi abuelo en 4 años hubiera tenido tan poco dinero, aquí hay mano negra”
De inmediato hice la cotización y para este fin de semana ya teníamos 20 mil más para darle al Señor Torres.
-. Abuelo – lo llamé y no me contestaba.
-. Lupe – ella vino de inmediato.
-. ¿Sabes dónde se encuentra mi abuelo? – ella se puso nerviosa.
-. De seguro en la casa de Soledad – ok, mejor lo buscaba de una buena vez.
-. Dime ¿Dónde queda? – me explico el camino y en menos de 20 minutos llegué a uan casa de dos pisos con un pequeño terreno detrás con algunos cultivos y toqué.
-. Ya va – escuche la voz de una señora – sí.
-. Dígale a Don Segundo que salga en este momento – no preguntó más porque supongo que tenía cara de pocos amigos (ero y que deseaba que le hablara bien)
-. Quien… - se le borró la sonrisa en cuanto me vio – como…
-. ¿Dónde está el dinero que te di a guardar? – se puso nervioso – me das en este instante los once mil al menos, tienes 5 minutos-lo vi entrar a apresurado, una fuerte discusión y escuché sus pasos a la puerta.
Me entregó el dinero y solo había 10 mil, tenía ganas de llorar como diablos tan rápido se fue el dinero.
-. Solo esto – no podía levantarle la voz igual era mi mayor y era su finca – me pones prácticamente de prenda (como aval para su deuda) y encima te gastas todo el dinero.
-. Pero hija entiende – no deje que me tocará.
-. Mi abuela falleció hace casi 5 años y tú mismo dijiste que nadie podía ocupar su lugar – contenía mis lágrimas por esta decepción.
-. Es que con ella tengo una hija e la Universidad- eso em cayo como un balde de agua fría.
-. Bien le pasarás una pensión de 500 soles mensual y si no está de acuerdo pues que te denuncie.
-. No puedes hacer eso es mi finca – me alzo la voz.
-. Sí, es tuya; pero la estabas levando al carajo hasta que yo llegué - me contuve – y te daré solo 700 mensual para tus gastos, de esos mismos sacarás lo que le corresponde a tu amante – me dolía que engañara a mi abuela – y todo lo que haga de la granja los ingresos y gastos los anotaré en un cuaderno para que así cuando terminemos de pagar la deuda te entregué las cuentas claras – y salí corriendo dejándolo con la palabra en la boca.
Llegué a mi cuarto y escondí el dinero, de ahí me fui a río y sin pensarlo me lancé, lloré porque era verdad que él le había sido infiel a mi abuela y estaba dándole una buena vida a esa mujer cuando a mi abuela la prohibió de muchas comodidades.
Metí mi cabeza en el agua y grité todo lo que pude.
-. ¿Te encuentras bien? – una chic a de mi edad o un par de años menor me hablaba y me asustó – oh perdón no quería asustarte.
-. Sí, estoy bien – le sonreí espero que si me haya salido porque si n le hice una mueca.