Tú eres el hombre que anhelo

Prólogo

Helena

La primera vez que vi a alguien hacerse una prueba de embarazo, esa persona esperaba ansiosamente un resultado positivo. Cuando descubrió que sí, que estaba embarazada, saltó de felicidad y lloró durante horas. Esa persona era mi prima, a quien ayudé amablemente con una prueba casera que luego confirmó con análisis de sangre.

La segunda vez no me interesaba tanto el resultado, pero Celeste se veía tan devastada que, a pesar de conocerla poco, la abracé cuando comenzó a llorar. Su llanto y la manera en que se aferraba a la idea de ese bebé me hicieron sentir pena por ella. Desde ese momento, sentí la necesidad de ayudarla y apoyarla. Ella parecía perdida, tan devastada que no sabía cómo consolarla.

Nunca he tenido muchas amigas, a pesar de ser muy sociable. Considero a muy pocos mis amigos reales, así que incluso a mí me sorprendió lo fácil que bajé la guardia con Celeste Beckett, quien se convirtió en mi alma gemela. Adoro a esa mujer y a la pequeña hermosura que me llama tía Helena.

Ahora me encuentro en la misma posición que ellas, esperando los resultados de una prueba que no me atrevo a hacer, porque a diferencia de ellas, no tengo idea de qué quiero hacer cuando descubra el resultado.

Nunca me he sentido tan perdida como ahora. Siempre he sabido lo que quiero en la vida, hasta que llegó él, arruinándolo todo de una manera que ningún hombre había logrado. Cambió mi mundo por completo. No sé qué haré con todo lo que me hace desear, porque me hace querer cosas que no puedo tener. Tengo responsabilidades, tengo muchas cosas que resolver.

Sin embargo, cada paso que doy me trae de vuelta a Carter.

Carter, ese hombre de quien ahora estoy esperando resultados. Si estoy embarazada, será de él, del primer hombre al que he amado. Nunca pensé que yo, Helena Davies, caería por un hombre. Siempre jugué con ellos, siempre los tuve en la palma de mi mano, hasta que me topé con el único que me hizo cuestionar muchas cosas.

Y por esas cuestiones que me hice y no me hice, ahora muerdo mis uñas con ansiedad mirando los minutos que parecen eternos. Respiro hondo cuando suena la alarma que Celeste puso. Miro a mi mejor amiga con terror en mi expresión, pero ella solo me da una sonrisa tranquilizadora, se acerca y me abraza, dándome calor con su cuerpo.

—Haremos lo que tú quieras que se haga. Estoy aquí para apoyarte en tus decisiones—Asiento despacio, tratando de reunir un poco de valor, pero siento mis piernas temblorosas cuando me acerco a las pruebas y las miro.

Las lágrimas se deslizan antes de que pueda controlarlas y Celeste se acerca a mí, mirando lo que veo.

—Positivas... estoy embarazada—susurro.

Estoy embarazada, pero ahora tengo un prometido que mi padre eligió para mí, tengo responsabilidades en otro país, pero estoy embarazada, embarazada de Carter.




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