¡Hola! Nuevo capítuloooo del librooo...
Solo pasaba para decirles que estaré actualizando los miércoles y sábados a partir de ahora.
Esperaré sus comentarios sobre este cap. Disfrútenlo :P
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CATALINA POV´S:
Mi trasero, casi inexistente, cayó sobre el suelo generando un leve dolor en aquella parte de mi cuerpo.
Al instante, me levanté con la intención de irme y no provocar problemas, evitando a toda costa enojarme por algo tan simple; pero este descarado aparte de hacerme caer, me reclamó por interrumpir su camino.
—¿Acaso no ves cuando caminas? —preguntó con mala cara y el ceño fruncido.
Fijé mi atención en él, era un chico de ojos verdes, cabello rubio y piel clara. Sus facciones me permitieron darme cuenta de su enfado.
<< ¿Él estaba enfadado? Vaya ironía. >>
—¡Tú fuiste el estúpido que venía a toda velocidad!
Mis ganas de no enfadarme y mantener mi postura desaparecieron. Es que con gente así no se puede ni vivir tranquila. Ahora solo tenía ganas de darle un gran golpe.
—¡Cata! —Almendra se acercó a mí, con evidente preocupación.
—Hola —saludó el estúpido a mi lado, guiñándole un ojo a la rubia.
<< Encima quiere coquetear con mi mejor amiga. Vaya estúpido. >>
—Hola. —Almendra sonrió tímida y giró su mirada hacia mí—¿Qué te pasó?
—Este estúpido vino en su skate y me hizo caer —fruncí el ceño, sin quitar mi mirada del ojiverde.
El tonto estaba haciendo una escenita, se le caía hasta la baba por Almendra.
—¡Cata! Ven, vamos a clase —Ryan llegó corriendo y me tomó de la mano.
—Vamos —dije avanzando con Ryan a la puerta principal y tratando de olvidar mi enojo con aquel idiota—¿Almendra? —pregunté al ver que mi amiga se había quedado atrás y parecía estar más concentrada en su conversación con el chico ese.
—Avancemos, ya vendrá.
Decidí hacerle caso a Ryan y dejé de mirar a mi otra amiga. No me gustaba la idea de dejarla sola con ese chico, pero no quería tarde a mi segundo día de clase, además del hecho que ella había pasado de nuestro llamado.
Ryan y yo entramos al salón, en el cual, por suerte, no se encontraba aun el profesor. Luego de varios minutos apareció Almendra y se sentó con nosotras. Estaba a punto de contarnos los detalles de su conversación con el tipo de afuera, pero el profesor llegó y, para mi mala suerte, él presentó al tonto que chocó conmigo como "el alumno nuevo".
—Hola, mi nombre es Mark Pattinson, soy de Carolina del Norte y vine a este colegio porque a mi padre lo transfirieron aquí, además de que en mi otro colegio no me soportaron y me botaron. —Encogió sus hombros, mostrándose tranquilo. Como si la expulsión de un colegio fuera algo de todos los días.
—Y los comprendo —susurré para mí misma, pero todos me escucharon y algunas carcajadas estallaron en el salón.
No lo niego, se sintió bien decir aquello.
Mark me retaba con la mirada, mientras que yo solo sonreía angelicalmente. Almendra parecía querer matarme por mi comentario, lo que me molestó e hizo que mi desagrado por el rubio aumentara.
Este chico estaba haciendo que mi amiga se ponga en mi contra y eso no lo permitiré. Nunca.
La clase terminó luego de casi una hora y nos tocó el curso de arte, donde se trabajaría en parejas. Lamentablemente, el profesor las escogió por lo que me tocó con mi persona favorita de toda la escuela: Valentina.
Detesté esa clase por completo. Cuando me enteré que tendría que soportar a la rubia, supe que sería la peor parte del día.
El trabajo del curso se centraba en retratar a nuestra pareja, así que terminé dibujando a una bruja horrible con vestido y tacones rosados.
Cuando se lo enseñé a Valentina, ella solo chilló y me miraba con enojo; sin embargo, a los demás les gustó mucho mi dibujo, incluso al profesor, quien dijo que tengo mucha imaginación. Valentina se quejó varias veces, pero nadie le prestó atención a sus reclamos.
[…]
Tomé mi bandeja, donde se encontraba mi comida y me senté en la que consagramos como nuestra mesa. No había alguna etiqueta que la hiciera nuestra, pero ya nos estábamos acostumbrando a comer allí.
—Hola, Antony —saludé a Antonio mientras le daba un beso en la mejilla y me sentaba a su lado.
Había algunos cursos que no nos tocaba juntos, por ello no lo había visto en toda la mañana.
—¿Y Almendra? —preguntó Ryan, mientras miraba la cafetería.
—Pensé que estaba con ustedes —habló mi mejor amigo, frunciendo el ceño.
—Ahí viene.