Tú eres la nerd

13. ARRUINÉ EL MOMENTO

ALMENDRA POV´S:

No podía creer que me dejaran sola con Mark.

Mis manos no dejaban de sudar de lo nerviosa que me encontraba. Era un chico bastante guapo y el solo tenerlo frente a mí, sin nadie alrededor, era algo que me intimidaba.

Simplemente no podía ocultar mis nervios.

—¿Y qué quieres hacer? —preguntó, mientras salíamos de la cafetería.

—No tengo idea, ¿qué hacemos?

—Tengo un lugar secreto por aquí. —Me arrastró con él y no puse resistencia a alguna.

—Pero si eres nuevo… —dije evidentemente confundida.

¿Acaso va a secuestrarme? Porque no me molestaría.

Dios, ¡no puedo creer que haya pensado eso!

—Sí, pero ya había venido antes. —Volteó a mirarme durante pocos segundos—. Digamos que me iban a dar una beca y cuando vine descubrí un lugar secreto en este colegio —habló emocionado y me condujo hacia aquel lugar.

Mi rostro ardía por mi reciente pensamiento, y yo solo esperaba que él no lo notara.

Me dejé guiar por el atractivo rubio, quien terminó llevándome a un lugar de la escuela totalmente desconocido para mí. Quedaba por el amplio campo de la escuela, justo detrás de los vestidores de los jugadores de fútbol. Había muchos árboles que formaban un pequeño bosque y que captaron mi atención. Nos adentramos en él y a unos cuantos metros encontramos un precioso lago donde había dos lindos y pequeños patitos nadando en él. Se me hacían demasiado tiernos.

Amaba mucho disfrutar de la naturaleza. No solía estar mucho tiempo en bosques, pero cada que iba de vacaciones con mi familia tratábamos de perdernos en la maravilla de la naturaleza.

Me agradaba saber que Mark era un chico que también disfrutaba de admirar lo bello que pueden resultar los paisajes. Si era sincera, eran pocas las personas que le daban importancia a este tipo de cosas.

Hasta podía jurar que casi todo era perfecto en aquel momento: La compañía y el bonito paisaje. Junto a Mark me senté el en el pasto cerca al lago y estuvimos hablando por un largo rato mientras admirábamos todo.

Luego de un rato, llevé mi mano al bolsillo de mis jeans para sacar mi celular y poder capturar la imagen, pero fue entonces donde reaccioné. Vi de casualidad la hora y lo único que hice fue agarrar de la mano a Mark y salir corriendo de ahí.

<<Arruiné el momento>>, pensé internamente, pero ya era muy tarde para arrepentirme.

Corrimos lo más rápido que podíamos y yo aún sostenía la mano de Mark, la cual se sentía extrañamente cálida.

Dejé de prestarle atención a aquel detalle y me centré en el problema en el que estábamos metidos. El timbre de fin de receso sonó hace diez minutos aproximadamente, o eso había calculado.

—¿Qué pasó? —preguntó Mark confundido y frunciendo levemente el ceño. Se veía demasiado lindo así, debía admitirlo.

Entendía su confusión. No cualquier día una loca te lleva corriendo e interrumpe la calma del momento, pero aquello había sido necesario.

—Es que estamos tarde. — Me detuve un momento para pensar una solución.

Fue entonces cuando recordé el atajo que tenía para llegar al salón. Aquel que ya no usábamos desde que éramos niños y con mis amigos solíamos escondernos por estos mismos pasillos.

Corrimos y logramos llegar a los salones tomando el atajo. Fui por mis cosas a mi casillero mientras Mark sacaba las suyas y nos dirigimos directo al salón. Tocamos la puerta y una profesora de ojos grandes y baja estatura la abrió.

—¿Qué desean? —preguntó mientras se acomodaba los lentes.

—Disculpe la tardanza, lo que pasó es que mi compañera me estuvo mostrando el colegio y no nos percatamos de la hora. —Mark miró a la maestra esperando que nos deje pasar sin regañarnos.

—Usted debe ser el señor Pattinson. —Mark asintió —. Pasen, pero que no se vuelva a repetir. —Cerró la puerta.

Cuando nos sentamos los demás empezaron a soltar clásicos comentarios para molestarnos y burlarse de nosotros, pero en tono amical.

Yo solo pude voltear y ver la cara de enfado que tenía Valentina. Parecía que en cualquier momento iba a explotar de lo roja que se había puesto por el enojo que se cargaba.

Entendía su frustración. Ella siempre quería tener la atención de todos los chicos de la escuela, sin excepción. El solo hecho de que una chica cause mayor interés hacía que su enojo se haga presente.

Lástima que de parte de Mark no obtendrá nada. O al menos, eso espero.

De pronto se dibujó una sonrisa en mi rostro por haber hecho, de manera inconsciente, enojar a la diva de la escuela. Me alegraba y no podía ocultarlo.

"Tienes una sonrisa perfecta”, escribió Mark en un pedazo de papel y lo coloco en mi carpeta disimuladamente.

"Gracias", escribí en respuesta a su halago y él sonrió.

Podría jurar que estaba sonrojada. Diablos, este chico me ponía nerviosa.




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