"Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes
Santiago: 4-6"
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El festival de primavera había iniciado. En toda esa semana Cristian evitó hablar con Ana Elizabeth. Ella había sido advertida <<si te acercas, no me contendré>> Cristian estaba esperando ese momento en que Ana Elizabeth quisiera obstinadamente persuadirle de su fe para aprovecharse de la situación, y realmente lo deseaba, no había dejado de pensar en ella ni un segundo, se sentía ansioso y obsesionado, ya no sabía que más hacer, pero de algo estaba seguro, ya no iba a luchar contra la corriente.
Ventas de comidas, juegos, actividades deportivas, concursos, y premiaciones, fueron las actividades que conformaron aquel festival; el objetivo era recaudar los fondos suficientes para la graduación del próximo año, la sección de la tarde sería cerrada con un estupendo concierto, donde varios jóvenes con cualidades artísticas participarían en el evento.
Algunos estudiantes montaron un hermoso espectáculo de malabaristas y un divertido acto de teatro, ahora le tocaba a la parte musical, en esa parte solo había dos grupos participantes, la banda de Cristian cerraría el evento con broche de oro, por otro lado estaban Daniel y Ana Elizabeth quienes tendrían una participación sencilla.
La banda de Cristian aguardaba tras bastidores, cuando Daniel y Ana Elizabeth aparecieron para ser llamados.
Gregorio se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla —Suerte hermanita —Ana Elizabeth le respondió despeinando un poco su cabello.
—También les deseo suerte chicos —dijo cruzando la mirada con Cristian.
—Ya casi es hora, oremos —interrumpió Daniel, sujetándole de las manos. La sangre de Cristian hervía al verle tomados de las manos mientras oraban, pero se contuvo al ver a Gregorio cerca.
—Chicos, les toca —dijo patricia quien sostenía una tabla con el programa, indicándole a Daniel y a Ana Elizabeth que debían entrar.
Un piano de cola había sido colocado por los tramoyas a un extremo del escenario, Ana se posicionó frente a él, Daniel se quedó inmóvil cerca de Ana Elizabeth mientras los tramoyas terminaban de colocar los micrófonos para ellos.
En la audiencia se escuchaba un murmullo, muchos comentaban preguntándose como sería aquella participación.
—Anelis, no sé cómo te hice caso, nunca he hecho esto, solo he cantado en la iglesia, ¿Qué si sale mal? Seremos el hazme reír de toda la escuela.
Ana Elizabeth rio.
—Aquí lo importante es exaltar a Dios y dar lo que por gracia tenemos, tranquilo, todo saldrá bien, lo haremos como se ensayó —dijo colocando su mano en el hombro de Daniel, ocultando sus nervios.
Tras el telón, Cristian observó a Ana Elizabeth quien parecía temblar; presionaba las teclas desafinadamente. Cristian se preguntaba a qué grado esos dos pasarían vergüenza.
Cuando todo estaba listo, los tramoyas dejaron el escenario y las luces se encendieron, los estudiantes observaron con atención a aquellos chicos parados en el escenario.
Daniel se posiciono tras el micrófono sostenido por un largo tubo delgado que llegaba al nivel de su barbilla.
Daniel se acercó al micrófono con la intención de iniciar la introducción pero fue interrumpido por un feedback; el agudo sonido molestó a todos los espectadores y provocó nuevamente los murmullos, Daniel miró a Ana Elizabeth quien le tranquilizo con una hermosa sonrisa.
Entonces Daniel después de tomar una bocanada de aire inició.
—Tenemos días buenos, y días no tan buenos —pausó un momento mirando a todos y luego prosiguió; todos le miraban atentos—, a veces nuestros caminos están llenos de flores y otras veces de espinas, a veces hay sonrisas y otras veces lágrimas, pero déjame decirte algo, sea cual sea la situación que estés pasando, mira hacia arriba y alguien a quien le importas te dirá:
>> "No estás solo" soy el Dios de montes y valles, el Dios que esta sin importar donde te encuentres. Entonces comprenderás todo, que no importa donde estés, o que tan duro o difícil sea lo que estés enfrentando, su gracia es suficiente, porque su amor nos sostiene.
Daniel giró la mirada hacia Ana quien dirigida por su señal comenzó a tocar la música, y luego de unos segundos Daniel comenzó a cantar.
Lágrimas, aplausos, estudiantes abrazándose entre sollozos, fue el ambiente al culminar su parte. Los profesores y estudiantes quedaron encantados con el resultado en el ambiente, el mensaje que querían transmitir fue emitido de una forma hermosa e impresionante.
Cristian escuchó cada palabra de la canción, al principio su intención era contemplar el momento de su fracaso, pero terminó prendido a cada palabra, su corazón se sentía conmocionado.
Cuando la función de Daniel y Ana Elizabeth hubo terminado, unos minutos después anunciaron el cierre en forma destellante, Darks Love: El grupo de Cristian, sería lo siguiente.
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—Es, es, esto fue un fracaso —refunfuñó Máximo.
—En realidad no estuvimos mal — difirió Gregorio—. El asunto es que ya el ambiente no estaba como para nuestra música, la audiencia quedo conmovida y susceptible por la música de Daniel y Eli, y pues, nuestra letra de desamor decía todo lo contrario a lo que ellos ya habían dicho en su música.