Tú eres la próxima

CAPITULO XII

Las cosas no cambian, cambiamos nosotros

(Anónimos)

***

Cristian se sentía extraño. Estar entre esos chicos era un mundo totalmente diferente a lo que solía estar acostumbrado, habían más o menos diez personas en el lugar incluyéndolo. En la silla principal de la fila del medio estaba Daniel sentado.

Cristian al verle se lo imaginó como con la intención de quedarse toda la reunión mirando como un bobo sin pestañear, a la preciosa encargada del grupo. Cristian se aproximó al asiento contiguo a Daniel quien al sentir la presencia de él a su lado, se cambió de lugar de inmediato. Él, al ver que su plan había funcionado, esbozó una sonrisa.

—Disculpen la tardanza. —dijo Ana Elizabeth inmediatamente entró al salón, tenía una pilita de papeles en las manos, que colocó sobre el escritorio frente a todos—. Para los que no me conocen, mi nombre es Ana Elizabeth, me pueden llamar cariñosamente Eli o Ana, como gusten, soy la encargada oficial de este club.

Al sentir el sudor en su frente, Ana Elizabeth sacó de su bolsillo un goma para el cabello y se hizo una improvisada coleta alta, que a Cristian le pareció encantadora.

Luego de quedar en trance por unos segundos, levantó la mano de repente.

—¿Si, Cristian? —dijo señalándole con el dedo índice.

—¿Cuál es el objetivo de este club? En el formulario dice, actividades diversas.

—Sí, este club tiene como propósito ayudar a nuestros miembros a superarse a sí mismos en algunas áreas de su vida, por lo que habrán reuniones todos los días después de clases. La asistencia todos los días no son obligatorias pero deben asistir por lo menos dos veces a la semana, porque de lo contrario me veré obligada a enviar un reporte a sus expedientes académicos, es un convenio que este club está manteniendo con la rectoría.

La mayoría de ustedes no están aquí porque quieren, muchos de ustedes están aquí porque tienen malas calificaciones, o cometieron alguna infracción que les obligó a tener que participar de esta actividad, aun así, deseo inmensamente que puedan encontrar su camino y le den un sentido diferente a su vida

>>Me esforzaré al máximo para ayudarles y ustedes también deben cooperar, por eso estarán involucrados en las actividades como sea posible. Mi deseo es ayudar, no gano nada con hacer esto dirían algunos, pero lo cierto es que cada uno de ustedes me importa, aunque no lo crean, así que, pueden contar conmigo para lo que necesiten, soy buena escuchando.

—Cuándo dices "superarse a sí mismos" ¿A qué te refieres? —interrumpió.

Ana Elizabeth comenzó a repartir entre todos, las hojas sobre el escritorio.

—Esas son las actividades y los horarios que estamos sugiriendo, las actividades están sujetas a cambios en base a sus opiniones, el único día que no está sujeto a cambios es la reunión de los miércoles.

Cristian miró la hoja y sin detenerse a mirar los demás puntos, dirigió su mirada directamente al horario de los miércoles. Típico de Ana Elizabeth, los miércoles se trataría de enseñanzas bíblicas, ya Cristian estaba seguro cuál sería su día de descanso.

—Espero que puedan colaborar dando opiniones y comentarios. El próximo lunes estaré recibiendo las sugerencias para iniciar las actividades cuanto antes. Es todo chico, les agradezco que hayan venido a la primera reunión y espero que motiven a otros a asistir —sugirió Ana Elizabeth.

El salón de aquel club, que antes había estado abandonado y ahora había sido escogido con ese propósito, se fue desalojando hasta quedar Daniel, Ana Elizabeth y Cristian.

—¿Nos vamos? —dijo Daniel dirigiéndose a Ana Elizabeth y mirando de reojo a Cristian.

Cristian se levantó de su asiento y preguntó.—Eli ¿Podemos hablar?

—¿De qué se trata? —preguntó mientras organizaba los papeles que habían quedado, sin mirarlo.

— ¿Podemos hablar a so....

—¿Podemos estar a solas? Te preguntó yo —Ana Elizabeth le interrumpió levantando la mirada.

—Ok. Entiendo —Cristian abandonó el salón del club sin decir más, entendiendo completamente la indirecta.

Él no podía negar que era cierto, Cristian había cruzado varias veces la línea con ella, ya ella no podía confiar en él, supuso que incluso el concepto que ella tenía de él, había caído hasta el fondo por lo recientemente acontecido, pero Cristian no podía pensar en nadie más para hablar, ella era la única persona con quien no se sentía incómodo y con quien podría desahogarse, lo necesitaba tanto que se sentía a punto de la extinción.

El ambiente en la escuela se ponía cada vez más tenso. Al parecer personas que ya le odiaban, cada vez más, encontraban una nueva información acerca de la muerte de aquella chica para propagarla en las redes. Las cosas se estaban saliendo de control.

***




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.