Tú eres la única

XXI

 

 

“«Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre.
¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas,
y esto lo sé muy bien!»..”

Salmo 139:13-14





 

                        Peter miró el rostro de Cristian. Se veía pálido. 

Ambos habían llegado temprano para poner las sillas y limpiar el lugar antes de la reunión de jóvenes. Cristian estuvo callado todo el rato y a veces solo tarareaba una canción en voz baja. 

—¿Estás bien? Te ves algo deprimido —Peter se quedó observandolo.

—Podría estar mejor —contestó levantando una silla y acomodándola en la fila.

Peter le puso la mano en el hombro. —Si quieres te escucho

¿Cómo le decía a Peter que Ana Elizabeth la joven más apasionada de la congregación estaba bebiendo y teniendo intimidad con un ex adicto? Jamás la avergonzaría así.— Solo estoy cansado, eso es todo.

Peter esperó un minuto para interrogarlo—¿La película va bien?

—Apenas está empezando pero sí, va bien.

—Ah…

Cristian se dirigió al frente para desenrollar la pantalla de proyección o más bien para evadir las constantes preguntas de Peter. Mientras  sacaba el equipo  de su forro se tropezó con la silla donde Peter solía sentarse, la biblia sobre ella cayó al suelo y de esta un papel doblado con el nombre del líder juvenil, se deslizó por el piso de mosaicos brillantes.

Crstian se la mostró a Peter agitándola en su mano —¿Qué es esto? ¿Una carta de amor? —levantó una ceja—, acaso de… Vanem, tal vez?

Peter entreabrió los labios y extendió la mano —Cristian… no…

Cristian abrió rápidamente el papel con la intención de leer solo unas líneas en forma de juego. Comenzó a leer en voz alta —QUERIDO PETER, TE ESCRIBE ANA… ELIZABETH —Cristian levantó el rostro y miró a Peter quién llevó el brazo que había extendido detrás de su cuello, algo incómodo.

Cristian volvió a llevar los ojos hacia la hoja con mirada de sospecha:

 

Querido Peter,

 

Te escribe Ana Elizabeth. Por medio de esta carta quiero que seas el primero en saber que voy a renunciar a todas las responsabilidades de la iglesia y eso incluye mi asistencia en tu liderazgo. Creo que estará bien si tú como mi líder le informas al pastor al respecto. Para ser aún más clara, dejaré de ser seguidora de Jesús.

 

Sé que probablemente te sorprenda e incluso te indigne mi decisión, pero si me resisto en dejar que Dios hablé a mi vida acerca del por qué de mis acciones, no hay nada que hacer. Estoy consciente de ello. No seré hipócrita al respecto. Le pedí a Dios que saliera de mi corazón porque no puedo dejar que un ser tan puro habite en un espacio contaminado y desordenado.

 

Como amiga, te diré que también rechacé la propuesta de Cristian, de la cual supongo ya sabías. Por favor, y te lo pido como amiga, cuídalo por mí y consuelalo hasta que me supere. No dejes que se aleje de Dios y ayudalo a cultivar sus dones. Él tiene demasiado para dar aunque  no lo reconozca, y él te admira aunque no lo diga en voz alta.

 

Me iré por un tiempo hasta que ponga todo en orden en mi cabeza para emprender el nuevo camino que me estoy trazando. Cuando regrese hablaremos en persona.

 

Gracias por todo,

 

Ana Elizabeth.


 

Cristian dobló el papel y lo regresó a la biblia de Peter. Volvió a la pantalla ya desenrollada para cargarla y ubicarla donde se necesitaba, sin decir nada.

El líder juvenil caminó hacia donde estaba Cristian —No creas que todo lo que he hecho por ti ha sido porque ella me lo pidiera. Siempre he visto potencial en ti y te estimo.

Cristian asintió —Lo sé —Suspiró y tomó asiento en una de las sillas junto a él. Se restregó el rostro con ambas manos —Esto me supera Peter

El moreno  se sentó junto a él —Supe que ella regresó, ¿Pudieron hablar?

—No realmente… ¿Puedes creer que ya no sea Cristiana? 

—Por supuesto

Cristian volteó a verle directamente— ¿Enserio?

Peter resopló. —Cristian, cuando eres líder te topas con muchas cosas. He tenido que disciplinar a jóvenes que frente al ojo público son intachables y han terminado siendo descubiertos en prácticas de pecados ocultos.  Al parecer se les olvida que la biblia dice que no hay nada encubierto que salga a la luz. Es por la misma razón que, aunque Ana Elizabeth se haya alejado, puedo sentir en sus acciones el temor que siente hacia Dios. No sé sus razones, pero parece que se aleja porque por alguna razón se siente indigna. Pocos jóvenes son lo suficientemente valientes para reconocer que no están bien delante de Dios. Ella lo reconoce y ese es el primer paso para cambiar. Como viste en la carta, ella sabe que está haciendo algo mal pero no está dispuesta a cambiar. Sin embargo eso es solo una etapa del proceso. Su amor hacia Dios la perseguirá hasta que se rinda en sus brazos y que lo que sea que la esté atormentando se lo deje todo a Él. 




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