NARRADORA
A la mañana siguiente Selene partió a como se lo había prometido su madre y aunque estaba muy nerviosa supo controlarse ella sabía que la diosa vería cada uno de sus pasos así que no se podía dar el lujo de cometerlos.
Se despidió de su abuelo el Dios Supremo, de las musas y de su madre… para ella su padre no formaba parte de su vida y pronto sabrán por qué.
Cuando Selene llego a la manada de la familia Real a la cual pertenecía el Omega, paso muy bien desapercibida pues nadie podía olerla así que pensaron que era una simple humana… en lo profundo del bosque la diosa hizo aparecer una cabaña con todas las comodidades para su hija.
A los dos días de haberse instalado la joven empezó a repasar todo lo que aprendió y se dio cuenta que necesitaba saber cuáles eran los gustos del chico y demás cosas que eran esenciales para buscarle una pareja, así que como toda la deidad que era se transformó en una hermosa lechuza blanca como la nieve y ojos negros como la noche, en esa forma seguía al Omega sin que el sospechara que lo seguían.
Así paso ocho años sin tener existo alguno, con cada cosa nueva que descubría de él, más lejos estaba de encontrar la compañera ideal para el chico.
Una noche se dirigió al mar ese imponente que se alzaba ante ella pues reconocían a la diosa, camino hasta dar con una gran roca en la cual se sentó y sumergió sus pies en las aguas… Selene estaba tan concentrada contándole todas sus penas al mar que no se dio cuenta que alguien la observaba, y siguió platicando con esa parte de su vida.
SELENE
Decidí ir a caminar por la playa que se encontraba a unos kilómetros de mi cabaña, al llegar el imponente azul me recibió y aunque aún no perdone a mi padre me gusta hablar con él eso de alguna manera me llenaba de paz y es lo que necesito.
Camine sin rumbo hasta que encontré esa gran piedra, esa piedra en la que mis padres se conocieron hace más de tres siglos, esa donde la gran Diosa de la Luna sufrió por amor… decidí sentarme y meter mis pies en el mar, y quise desahogarme como lo hacía cada que podía, aunque sabía que mi madre de seguro me escuchaba, pero me daba igual en estos momentos así que empecé a hablar con él no sabía si me escuchaba, pero al menos sacaría todo eso de mi corazón.
Selene: Sabes Azul(mar) le pedí a mi madre que me permitiera bajar y buscar una pareja para uno de sus hijos que está sufriendo, pero ya han pasado ocho años y cada vez que estoy a poco de encontrarla descubro algo que me aleja de mi objetivo… crees que hice bien al pedirle tal cosa a mamá.
Aunque no sé si me escuchas me siento en paz cuando me desahogo contigo, ante mi madre no puedo pues se lo que me dirá, pero como nunca recibo respuesta de tu parte se me hace más fácil sacar toda esa carga de mi corazón.
Quizás algún día pueda perdonarte el a ver tomado esa decisión hace años, pero por el momento todo sigue igual yo seré lo que ella desea y tu bueno quizá ni te importe.
Luego de eso me quede en silencio con mis ojos cerrados y deje que mis lágrimas cayeran a las aguas, pero sentí una marida sobre mi así que decidí abrir mis ojos y mirar de quien se trataba, casi me da algo cuando vi a un gran lobo negro como la noche y sus ojos carmesí encendidos acercarse a mí con su mirada fija en mis ojos esmeralda brillantes por las lágrimas derramadas.
El animal se acercó a mi hasta quedar frente a frente con muy poco de distancia, y fue cuando lo entendí… nunca iba a encontrar a la pareja perfecta porque todo este tiempo fui yo, acaso mi madre está loca sabe que debo volver, ¿porque hacia esto?, ¿cuál era su propósito?, oficialmente no sé qué está pasando o pensando mi madre.