¡tÚ Eres Mi Destino! En Edición

CAPÍTULO DIEZ

Ya han pasado tres semanas desde que Julio y Ana comenzaron una relación íntima, tres semanas de puro sexo duro y excitante, donde Ana, aprendió a complacer a Julio de todas las maneras posibles, prácticamente vivía en el apartamento de él, ya que sólo se veían por la noche, ya que él se iba para el trabajo y ella para la universidad, sólo iba a la casa de Roberto a buscar ropa para cambiarse y la dejaba donde Julio.

Una noche, Ana llegó muy cansada al apartamento de Julio, que decidió darse un baño muy reconfortante. Llenó la tina y puso sales aromáticas, se desnudó y se metió cuando ya estaba al nivel deseado, se pasó la esponja con jabón líquido por cada una de sus piernas, brazos, cuello y estaba pasando la esponja por sus pechos, cuando la puerta del baño se abrió y vio a un Julio con cara de cansancio también. Él se acercó quitándose la camisa y los pantalones, luego le dijo:

- ¿hay un lugar para mí en esa bañera? – le sonrió con picardía

- ¿ummm? – ella hizo un gemido como en forma de pregunta – no se… tal vez, si me llegas a convencer con un beso de saludo – recorre la mirada por todo su cuerpo y le sonríe con coquetería – y si lo logras, tal vez te deje entrar en la bañera – se pasa la lengua por sus labios, cuando ve su masculinidad tensarse de forma magistral, se maravilló al ver que la deseaba al ver lo erecto que estaba su miembro.

- cariño, no me mires así – protesta él – ya sabes cómo me pones, “duro como el roble” jajajaja, - ríe metiéndose en la bañera y sentándose detrás de Ana, la levanta un poco para ubicarla entre sus piernas y su espalda en su fuerte pecho, la abraza y comienza a pasar la esponja sobre los pechos de la joven, muy lentamente, provocándole un fuerte estremecimiento por todo el cuerpo y la erección de sus pezones. Después se dispuso a acariciarla con las manos, iba dejando corrientes de fuego por toda su piel, comenzó a besarle el cuello, depositaba un camino de besos desde el hombro, pasando por toda la clavícula y subiendo hasta el lóbulo de la oreja, una de sus manos se aventuró por su vientre plano hasta llegar a su vello púbico logrando introducir un dedo en su vulva y tocar su clítoris. Julio sintió a Ana estremecerse por sus caricias, él estaba tan duro que sentía su miembro latir contra el trasero de la joven, ya no soportaba más; quería estar dentro de ella y saciar su deseo. Con un movimiento, la hizo sentarse en su regazo y la penetró; se sintió feliz por estar dentro de ella, era como llegar a casa.

Todos estos tres meses desde que comenzaron a salir, Julio veía que su humor había cambiado, ya no se sentía malhumorado y sonreía como un tonto enamorado. Julio la siente tensa y le pregunta.

- cariño, ¿qué sucede? Te siento muy estresada – le dice mientras le da un masaje en los hombros

- umm ¡qué rico! – le dice y da un suspiro – sí, este último semestre es bastante estresante, nos tienen con mucho trabajo y para colmo; tenemos que presentar el proyecto de grado, además de la tesis.

- ¿Por qué tienen tanto trabajo? Se supone que ya deberían estar terminando todas las asignaturas.

- sí, pero fuimos seleccionado como mejor escuela de finanzas en Latinoamérica, que nos dijeron que debíamos realizar un proyecto, donde implementemos el programa de finanzas en una empresa de turismo aquí en Santa Marta, así que… - se mueve entre los brazos de Julio, para volver a quedar a horcajadas sobre su regazo – tenemos que buscar un lugar para montar el programa y hacerlo funcionar.

- y ¿Qué pasa con la tesis de grado? – le pregunta él

- ese es otro problema que tenemos, ya que es en grupo, pero tenemos un pequeño error y no lo podemos encontrar por ningún lado y el problema no es ese… - dice mientras le da un beso en los labios – el problema es que pronto tendremos la sustentación de la tesis y debemos también hacer la síntesis e imprimir ambas y si no encontramos el error, no podemos imprimir ni la tesis ni la síntesis. Julio siente que va a explotar, por eso decide salir de la tina e ir a la cama para saciar todos sus deseos.

Después de dos horas de hacer el amor, se levantan para ver que hay en la cocina para cenar y no encuentran nada, así que Julio toma el teléfono para encargar comida. Mientras esperan, le pregunta sobre la tesis.

- si quieres, puedo revisarla, para ver si puedo encontrar el error – dice pasándole un brazo por los hombros mientras están sentados en el sofá de la sala.

- ¿tu podrías hacer eso? – preguntó esperanzada – ¿se te haría fácil comprender el tema?

- claro que sí – le sonríe – lo intentaría, porque quiero ayudarte – ella le da un beso en la mejilla.

- te lo agradecería, de verdad, porque estoy que muero de los nervios, pero ahora me toca ir a buscar el archivo a la casa de Roberto, ya que utilizo el computador de él, el que tiene en la biblioteca, aunque tengo una copia en la USB que cargo en mi morral.

- bueno, si quieres, me dejas la USB y voy revisando, mientras tú vas por el que tienes en la casa. ¿vale?

- Vale… espero que todavía no programen la sustentación – ella se levanta a buscar su morral para buscar el archivo, en eso escucha el timbre y piensa que ya llegó el servicio de domicilio donde les traen la comida. Encuentra la USB, y regresa encontrando a Julio con la comida ya lista en el comedor, le entrega la USB y se disponen a cenar tranquilamente.




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