¡tÚ Eres Mi Destino! En Edición

CAPÍTULO ONCE

Como todo en la vida, el tiempo va girando y para los estudiantes de Finanzas Internacionales, no es la excepción, porque ya estamos a dieciocho de octubre y con todo el estrés del proyecto de turismo y la tesis, los jóvenes se encuentran ya al límite de sus fuerzas, Ana Montemayor llega a la reunión que tenía con sus amigos, ya ellos la están esperando.

- Hola chicos, buenos días – saluda Ana a sus amigos

- hola, Anita, ¿Cómo amaneciste? Saluda, Ernesto su mejor amigo. Se conocen desde que eran bebés, porque sus padres vivían al lado de la casa de ella y siempre se trataban y fueron mejores amigos desde entonces, él era muy atractivo, alto, con anchos hombros, cabello castaño claro con reflejos dorados, unos hermosos ojos azules, boca sensual y una sonrisa matadora, bueno eso sería lo que diría una mujer de un hombre apuesto sin conocerlo, pero ella lo conocía muy bien, ya que su querido amigo no le gustaban las mujeres, él se desvivía por los chicos, en especial por Ariel, que era su pareja desde hace tres años, Ariel era también muy atractivo, un buen cuerpo atlético y unos bellos ojos grises.

- hola chiquis, pelinegra – dice Abel, acercándose junto a su inseparable novia Becky – espero que estés revisando la tesis, yo ya he revisado, pero nada que encuentro el error – dice preocupado

- yo tampoco, además, no he tenido tiempo para volver a revisarlo, por culpa del programa de implementación turística – dice Ana, al momento de sentarse en su lugar – ya les traigo el lugar a donde vamos a implementarlo – abre su morral y saca su agenda electrónica y una libreta – miren, para mí es perfecto este lugar, aunque no está en el departamento del Magdalena, pero colinda con él.

- ¿Dónde queda? Pregunta Ariel rodando su silla, para quedar bien pegado a Ernesto, él le sonríe con cariño

- queda en Palomino, Guajira, a dos horas de Santa Marta – responde Ana

- ¿y cómo conseguiste ese lugar? Porque yo no he podido conseguir nada – dicen Abel y Becky

- bueno, yo le dije que iba averiguar si se podía, así que llamé a mi tía Graciela, que es dueña de un Hostal en ese lugar.

- ¡Ana Leonor Benavides!, ¿Por qué no nos dijiste que conocías a alguien con un centro turístico famoso? – gritaron Ariel, Abel y Becky

- oye amiga, no me acordaba de la tía Chela – dice Ernesto llevándose una mano a la frente, en un gesto dramático.

- ¿tú la conoces Ernesto? Preguntó Ariel, asombrado, por enterarse, que él conocía a esa señora – no me dijiste nada – le dice dolido

- cariño, no te molestes, sabes que debo conocer toda la familia, por ser vecinos de ellos – él le dice y le toma la mano con una suya y con la otra lo acerca a él para abrazarlo – mira no hay necesidad de que todos se molesten; ya tenemos el lugar para instalar e implementar nuestro programa, mira a su amiga – ¿Cómo es que se llama el hostal, Ana?

-   Se llama Primaluna Beach Hostal, busquemos en Internet, para que lo vean, es hermoso – dice ella con una sonrisa y muy emocionada. Digitan el nombre del hostal en la dirección de Google y todos observan el lugar y hay un “wow” en conjunto

- es hermoso, Anita, dice Abel – sonríe de oreja a oreja - ¿Cuándo nos vamos para allá?

- tengo que arreglar todo con mi tía y sus hijos, que son los que dirigen el lugar, porque hay que ver que tengan habitaciones, aunque…- mirándole las caras a sus amigos, les dice – creo que podemos conseguir una cabaña para todos – la cara de Abel y de Becky reflejaron la tristeza que los acongojaban.

- me imagino que somos nosotros que nos toca quedarnos aquí, cariño – le pasó su brazo derecho por los hombros a su novia, ella movió la cabeza asintiendo.

- no se preocupen por eso, amigos, que cuando el programa esté funcionando, nos vamos todos para allá y pasamos unos hermosos días de merecido descanso, ¿vale? – el rostro de ellos cambió, se alegraron de escuchar eso.

- bueno, quedé en llamar a mi tía para decirle que vamos a ir y que nos reserve una cabaña; además, debemos tener en cuenta que los días que duremos allá tenemos que pagar nuestra estadía, así que consultemos nuestros ahorros, para ver si nos alcanza, porque vamos a durar varios días allá – sus amigos estuvieron de acuerdo, así que cada uno se fue por su lado y como ya era hora de salida, Ana también se dirigió a la salida de la universidad y se alegró al ver el coche de Julio estacionado en la entrada.

- hola, cariño, ¿Cómo has pasado el día? – saluda Julio cuando ella se le acercó y se lanzó sobre él rodeándole los brazos al cuello – tengo esperando quince minutos aquí – la besa en los labios y luego se separa de ella para mirarla a los ojos. ¿Qué ha pasado?

- bueno, nos dijeron que debemos dar el nombre de la empresa donde vamos a trabajar y hasta ahora estuvimos planearnos buscar el lugar adecuado; cada uno estuvimos llamando para ver donde sería – él la ayudó a subir al auto y luego subió él – voy hablar con Roberto a ver si me ayuda, pensando con quién podemos hablar.

- ¿tiene que ser de turismo? Le pregunta Julio, pensando en ayudarla

- sí, porque el programa que tenemos es sobre el turismo, ¿por qué? – se volteó a mirarlo

- porque tengo unos amigos que tienen una cadena de restaurantes en la playa –le explicó

- ummm, parece interesante, pero nos tocaría adecuar el programa y nos tomaría mucho tiempo – respondió ella




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