En el apartamento de Julio, él se sentía mal por la noticia del embarazo de Ana y por las dudas que tuvo sobre ella. Al escuchar el choque que tuvo, no se sentía tranquilo, ya que no sabía que le había pasado a ella y a su bebé, a nuestro bebé.
- tengo que hacer algo, estoy preocupado por ella, ¡Dios! ¿qué fue lo que hice?, ¿Por qué fui un idiota celoso? Sin darle la oportunidad de explicarse. ¡Yo y mi mal genio! – toma de nuevo el celular, para marcarle a Ana, a ver si le contesta, pero, Nada. Está apagado. Va al baño para darse una ducha rápida, se cambia, toma sus llaves y su teléfono, sale de su apartamento, para buscar su coche, saca su celular para marcar un número.
- ¿Valencia? Necesito que hagas algo por mí – fueron sus palabras al jefe de sus guardaespaldas. – averigua qué ha pasado con Ana Montemayor. Quiero que te encuentres conmigo, para que busques una ubicación – llega al sótano, para encontrarse con su guardaespaldas en su auto –
- Señor, ¿dígame en qué puedo ayudarlo? – le pregunta Valencia
- Ana, ha desaparecido, esta mañana bien temprano me llamó, no sé de dónde, porque era las cinco y media de la mañana, me dijo algunas cosas que sólo atañen a los dos, pero de un momento a otro, se escuchó un ruido como de choque, seguí escuchando y la oí quejarse y luego escuché a un hombre hablar, después dijo que llamaran a una ambulancia… - hizo una pausa y siguió – no sé, pero creo que por los nervios, ella perdió el control del coche - lo miró – quiero que la ubiques por medio del GPS o por el chip de rastreo que pusieron la gente aquella que creían que ese era mi coche, sabes que nunca se le quitó después de que terminamos, ¿cierto? ¿lo puedes activar?
- no señor, nunca se lo quitamos y creo que sí, lo puedo activar para que solo nosotros lo sigamos – dijo – déjeme ver – toma su teléfono y digita algo en él y espera unos segundos, se escucha un silbido y presiona una tecla, para encontrar la dirección dónde se encuentra el auto de Ana – listo, señor; ya lo encontré, mire, señor … - Julio mira la pantalla – eso parece un taller de mecánica a las afuera de la ciudad, vamos – y salen hacia el lugar que les indicó el GPS.
Al llegar al lugar, encuentran que hay varios talleres de mecánica y observan un poste que se ve doblado y abollado; Julio miró detenidamente los talleres y se detuvo en uno en especial. TALLER AUTOMOTRIZ HERNÁNDEZ Y FLIA. Se quedó pensando en el apellido al del señor Rafael, pero hay muchas familias con ese apellido…
- Señor, la señal indica que es en ese taller, donde está el auto de la señorita Montemayor – Valencia le muestra el celular y asiente cuando se percata que es cierto, dice:
- vamos entonces, a investigar – dice Julio un poco más tranquilo – se dirigen a la entrada del taller, ven a un chico limpiando un Jeep con mucho entusiasmo, se acercan a él y le preguntan.
- hola, chico, hazme un favor. Quiero hablar con el administrador o dueño del taller – dice Valencia. Julio se queda observando el lugar, donde ve muchos coches desarmados y algunos hombres trabajando en ellos, en eso ve salir de una oficina, el mismo tipo que estuvo en la boda de Fer y Roberto, vaya, vaya, si el primo tiene un taller, eso quiere decir que debe saber dónde está Ana. Piensa.
- Luis me dice que desean hablar conmigo – dice Héctor cuando está cerca de ellos – él reconoce a uno de ellos –Fiscal Benavides, ¿en qué le puedo colaborar?
- te vi anoche en el matrimonio de mi hermana y Roberto – le contesta él con el ceño fruncido –
- ah, sí. Verdad que estabas allí – contesta Héctor – solo demoré un rato, ya que tenía otros compromisos – sonrió un poco – fui a felicitar a mi primo por su matrimonio y conocer a la joven novia – se dirigió a su oficina y les hizo señas para que lo siguiera – ¿en qué puedo ayudarlos?
- quiero saber, ¿dónde está Ana? – fue la pregunta directa de Julio - ¿qué pasó con ella, después del choque?
- ¿Cómo sabes que tuvo un choque? – preguntó asombrado
- yo estaba hablando con ella, cuando sentí que chocó – explicó él -quiero saber, ¿qué le pasó? ¿Dónde está?
- ¡con que eras tú! – dijo Héctor – bueno, sólo fue un rasguño, pero mi primo la llevó al puesto de salud aquí cerca, pero no han regresado – se quedó mirando a Julio.
- y ¿Quién es ese? – dijo un poco enojado
- Carlos, él es médico, pero quería llevarla al puesto de salud, para hacerles algunos exámenes y estar seguros que no le pasó nada grave a ella y a... – Julio lo interrumpe
- al bebé. Dijo asintiendo – sé que está embarazada – dio un largo suspiro – ella me alcanzó a decir que esperaba un hijo mío. – Héctor asintió – pero quiero saber ¿Dónde queda ese puesto de salud? Quiero llevarla a la clínica y ver que están bien ambos.
- no se preocupe, Carlos se encargará de ella por ahora. Porque no creo que ella quiera verlo en estos momentos – Julio puso mala cara, sentía cómo que quería explotar del coraje, por las palabras de ese tipo, y ¿Quién es ese tal Carlos que tenía a su pelinegra? Sale del lugar con grandes zancadas con un humor de perros.
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Queridos amigos lectores, espero estén bien y se esté cuidando de este virus y que cuiden a su familia. Quiero disculparme porque no he actualizado, he tenido dificultades para concentrarme, ya que mis malestares de la columna han seguido y mi estado mental está un poco decaído, pero he realizado este pequeño capítulo, y espero les guste.