¡tÚ Eres Mi Destino! En Edición

CAPÍTULO 23.

A pesar de todo lo que sentía al ver de nuevo a Julio, Ana tenía una tranquilidad en ese momento, aunque estaba enojada con él, sabía que, en un futuro, lo iba a perdonar. Tenía el cuerpo relajado y no sabía por qué, el señor Joaquín la estaba guiando hacia la habitación de Julio y de un momento a otro, su corazón se sobre saltó acelerándose con cada paso que daba para acercarse hacia el hombre que amaba. El señor Joaquín abrió la puerta y le dio paso para que ella entrara. Ana le hizo caso y entró a la habitación, donde encontró a un señor aproximadamente de unos setenta años con ojos verdosos, se veía muy simpático, llevaba un gorro quirúrgico sobre el cabello, por ese motivo no sabía de color era.

- Hola querida, entra y comencemos – le dijo el señor. El señor Joaquín entra también y le dice a Ana

- Ana, te presento a mi padre – el señor le tiende la mano y le sonríe

- Mucho gusto señor… - el toque de su mano le hace dar calor a sus manos frías.

- Miguel Ángel Benavides, querida – el señor le guiña un ojo – pasa, niña, que tenemos que traer de vueltas a tu novio y padre de tus hijos – Ana se sorprendió y reparó al hombre que estaba acostado en la cama. Abrió los ojos al ver el rostro de Julio tan demacrado, sobre todo sus labios se venían blancos.

- ¿Qué le pasa? ¿Por qué se ve así de pálido y demacrado? – corrió hacia la cama y lo tocó, lo sintió un poco frío, pero observó que respiraba pausadamente – sintió ganas de vomitar y el señor Miguel Ángel le mostró el baño, ella se dirigió corriendo y alcanzó el inodoro vomitando todo lo que había comido.

- cariño, ¿ya te encuentras bien? – entró la señora Yolanda, se veía muy preocupada; la hizo levantar y le dijo: - enjuágate la boca y ven para que te tomes este té, verás que te sentará bien.

- es mejor que se dé una ducha y se cambie – dijo el doctor

- pero mi ropa está en el coche – contestó Ana y en ese momento entró el señor Joaquín y le dijo que él se la traía, ella asintió y volvió a mirar a Julio – ¿estará bien?

- ¡Claro que sí! Mientras estés aquí, él se repondrá – contestó el doctor Benavides – así que date una ducha y te cambias con algo cómodo o mejor, con un pijama – Ana lo miró y vio picardía en la mirada del señor, él le guiñó un ojo – sé que lo conseguirás, además, si él no regresa, morirá y te quedarás viuda y tus hijos sin padre y no querrás eso, ¿verdad?

- por supuesto que no – contestó ella un poco asustada, porque no quería le pasara nada a él. La Señora Yolanda la llevó a la habitación de Lucía Fernanda para que se duchara y se pusiera cómoda. Ana entra y encuentra su maleta sobre la cama de Fer, la abre y saca un pijama con un estampado de vaca que le llega arriba de la rodilla, no quería mostrar mucha pierna delante de los padres y abuelo de Julio, entra al baño y se da una buena ducha, sale, se seca, poniéndose a su vez el pijama, se cepilla los dientes y el cabello dejándolo suelto. Sale de la habitación y entra a la de Julio.

- Querida, ¿ya estás lista? – le pregunta el doctor Miguel Ángel y ella asiente con un movimiento de cabeza – bien, acércate y acuéstate en la cama al lado de Julio -  Ana abre los ojos con asombro, el doctor se da cuenta y le dice – es para fortalecer el vínculo de la luz del destino y puedas contactar con él, sólo acércate un poco y no lo toques, ¿vale? Ah, y tómate el té que te trajo Yolanda.

- Vale - contesta ella – ¿tengo que meterme debajo de las cobijas? – él le dice que sí, ella se sienta y levanta las piernas para recostarse en la cama y hace lo que el abuelo de Julio le dice, se acerca a él sin tocarlo.

- colócate como quieras, si deseas de medio lado, sería mejor, ya que lo puedes ver – Ana hace ese movimiento para ponerse en esa posición y se queda mirando el semblante del padre de su hijo – “bueno… sus hijos”, ya se está acostumbrando a que sean gemelos – acomódate como creas mejor y te sientas bien – el abuelo de Julio se queda mirando a la chica y ve que ya se le cierran los ojos, sonríe para sus adentro, ya que sabía que el té era un incentivo para el sueño relajante, porque tenía que hacer que ella pudiera conectar con su nieto – duerme y relájate, no te asustes cuando te encuentres con Julio, sólo hazlo volver, no dejes que vaya a otra parte, tráelo como sea, ¿vale? – ve que ella asiente, pero ya está inconsciente – se acerca y pone las manos sobre la cabeza de Ana y cierra sus ojos “Ana, despierta, ve por Julio” “Sí, ya voy” – contestó ella, él mira el reloj y anota en su libreta la hora, son las 10:20 de la mañana.

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Mis queridos lectores, me disculpo por no haber actualizado, he tenido muchos problemas de salud, que me hace no estar mucho tiempo sentada, por eso me he mantenido un poco alejada, pero estoy haciendo un esfuerzo cada día escribo un poco y así voy adelantando el capítulo.

Espero que este capítulo lo entiendan, porque es un poco complicado profundizar en lo que va hacer Ana, ya que apenas es el segundo libro, no puedo adelantar los argumentos y temáticas de los siguientes, ya que todo va relacionado con la Luz del destino y su poder.

Creo que ya se han dado cuenta que la familia tiene unos poderes que se han ido presentando poco a poco en el desarrollo del primer libro y de este.




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