¡tÚ Eres Mi Destino! En Edición

CAPÍTULO 26

- amor… ¿vas a ir hoy también conmigo al despacho? – le pregunta Julio a Ana mientras se está poniendo la camisa. Ella le contesta que no, porque tiene que ir a casa de su hermano Roberto, porque la necesitaba para algo – ¡cariño mío! Tu sabes que me gusta que vayas a acompañarme – hace un puchero cuando ella lo mira y se da cuenta que pone los ojos como el perrito Giordano.

- no hagas esa cara – dice ella riendo – además tengo cosas que hacer, como, por ejemplo, voy a salir con tus hermanas a comprar cositas para los bebés.

- amor de mi vida, mira, hoy es viernes, mañana no tengo que ir al despacho y puedo acompañarte a ir de compras, si por favor; además, hoy tengo una cita con una mujer que no quiero ver a solas – ya él sabía por su hermano Andrés que su ex lo iba a visitar hoy.

- ¿Qué mujer? – pregunta Ana ya con cara de pocos amigos – y ¿qué tengo que ver yo, con eso? – se cruza de brazos y lo mira furiosa

- todo que ver, mi amor, ya que pueden demandarme y necesito que me apoyes – le dice mirándola fijamente a los ojos y descubrir su reacción – además, tienes que cuidar lo que es tuyo, ¿no? – trata de no reírse

- ¿van a demandarte? Y ¿eso por qué? – se acerca a él preocupada - ¿Quién haría eso, Julio?

- bueno… no puedo contarte nada, pero, se va a poner feo todo, ya que tendremos muchos enfrentamientos; así que… - la toma por la cintura y la atrae a su cuerpo, junta su frente con la de ella y la mira a los ojos – solo quiero tu apoyo en esto ¿sí? – la besa y Ana levanta sus brazos para pasarlos por la parte de atrás de su cabeza para que no se separe ni la deje de besar – hmmm, amor, debemos irnos – trata de alejarla, pero ella no se suelta – Ana Leonor Montemayor, no sigas por ese camino, ¿sí?, porque va a pasar como en navidad – recuerda su reconciliación y Ana se ría a carcajada

- jajajaja, sí, eso fue muy incómodo, con todos allí mirándonos, me sentía abochornada.

Escena en retrospectiva

Llegamos a la casa de mis padres, casi a las doce de la noche y mi madre estaba muy enojada, porque no habíamos llegado, siendo mi cumpleaños y además de eso, era noche vieja. Cuando estamos abriendo la puerta, aparece mamá con las manos en la cintura y comienza a regañarme

- ¡Julio César Benavides Maldonado! ¿Qué son éstas horas de llegar? – en ese momento alguien grita desde la sala de estar

- ¡Se reconciliaron y estaban teniendo sexo! – don Joaquín y Roberto gritan también: ¡Lucía Fernanda!... y ella contesta – pero si es verdad, ya lo sentí – y se ríe a carcajada – y Sofi grita lo mismo – yo también lo percibo¡Laura Sofía, ¿tú también?! – esta vez fue mi madre que le llama la atención – luego nos vuelve a mirar. ¿eso es cierto, chicos? ¿ya se reconciliaron? – nosotros asentimos con cara de vergüenza y mi hermosa novia, se veía toda sonrosada, yo la abrazo para que sienta seguridad - ¡ay! Me alegro por ustedes, hijitos míos, pasen, pasen que ya casi van a dar las doce y no hemos cantado el feliz cumpleaños a Julio – entraron y todos los felicitaron, por la reconciliación y por el cumpleaños del mayor de los Benavides Maldonado. Seguimos en la fiesta, llegando la navidad con muchas sorpresas y felicidad, ya que estábamos en familia, pero no faltó que cada miembro de la familia, comenzara a molestarnos con respecto a nuestra reconciliación y ver nuestras caras felices y ruborizadas, nosotros lo aceptábamos, porque nos encontrábamos dichosos con todo lo que estaba pasando en nuestras vidas.

Fin de la escena en retrospectiva

La verdad es que la pasamos muy bien, después de todo, las cosas estaban volviendo a la normalidad. Julio se queda mirando a su mujer y siente que el corazón salta de alegría al ver la felicidad que ella tiene reflejada en su lindo rostro, la acerca más a su cuerpo, que ya está bastante excitado y sonríe pícaramente

- amor mío… te ves tan sexy así con ese vestido materno… mira como me tienes – se pega más a ella para que sienta la dureza de su intimidad – creo que debemos salir rápido y llegaremos tarde – se separan para terminar de arreglarse.

Ya en el despacho Julio le dice a Ana, que se ubique en el saloncito, al lado del despacho, que está separado por una puerta corrediza, sale y la deja entre abierta y va hacia su escritorio para sentarse en su silla. Él le advierte que no diga nada, hasta que Clara Inés le diga el motivo por el cual lo está buscando, ella asiente y se pone cómoda, toma su portátil y se dispone a trabajar en las actualizaciones del programa del hotel de su tía Graciela.

Pasa media hora y la secretaria Lauren García, entra para decirle a Julio que su cita ha llegado.

- muchas gracias Lauren, hágala pasar y le dice a Pedro que entre también – ella asiente y sale

- señora, ya puede pasar – luego llama a Pedro para decirle que el señor Juez lo necesita enseguida. Clara Inés Miraflores, una famosa modelo de ropa interior de una importante empresa internacional, entra y corre al encuentro de Julio.

- Julio, cariñito, me da gusto verte – intenta abrazarlo, pero él la corta con un grito.

- ¡alto ahí! Aleja tus manos de mí – la mira enojado – siéntese “señorita” Miraflores. ¿en qué puedo ayudarla? – él se dirige a su silla y se sienta, dirige su mirada hacia la mujer




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