Tú eres mi esperanza [2 libro]

9- "Estado de culpabilidad"

Cuando los dos mayores se sentaron con el menor en la mesa de la cocina a tomar el té y a comer, se miraron sin decir nada. Intentando averiguar qué palabras exactas podían, Luka podía notar como Edward varias veces quería abrir la boca para decir algo, pero fallaba en el momento.

-”Yo conocí en parte lo más triste de lo qué te pasaba, pero nunca creí que era tan así, cielo. De verdad ahora mismo me siento mal conmigo mismo por no poder ayudarte antes”.

Aquello que expresó con tanto sentimiento William, le hizo sentir mal. Pero sin embargo, no respondió. Y cómo era masoquista, se preguntaba. ¿Harían lo mismo su madre Liz y Andrew si se hubieran enterado de esto? ¿Habrían abrazado a Luka con fuerza hasta querer unir aquellas piezas rotas? ¿Le habrían dicho que todo estaría bien y le hubieran dado unos buenos abrazos y unos besos? Aunque quisiera mentir, sabía que no era así. Sabía que la vida no era así, sabía que sus padres no eran así, pero ¿Por qué deseaba tanto qué en algún momento hubieran sido así?

Tal vez el menor se quería mentir con el hecho de que tal vez, Liz no lo mostraría y escribiría una carta de ello, preguntándole al menor si estaba bien o si necesitaba hablar, tal vez. Pero no era así.

Sus padres arruinaron su vida en parte, y ahí estaba el menor pensando en esos problemas en vez de pensar en cómo podía solucionar para no pensar más en ello.

Miró la taza humeante de té mientras suspiraba, pensando qué sus otros padres en vez de abrazarlo y entenderlo, estos dirían qué estaba loco, que si veían que el menor hace eso nuevamente, en vez de pegarle cómo se lo merecía…Lo iban a encerrar en un psiquiátrico. Tal vez, el menor quería pensar que eso era por qué ellos no sabían cómo hacerlo, tal vez esa era la razón. Pero no sabía qué hacer, no podía pensar en otra cosa.

Alzó su rostro y miró a sus padres verdaderamente y sonrió cuando estos buscaban las manos de su hijo, este soltó una risita mientras se levantaba y se sentaba en las piernas de William, como algo que comúnmente hacía cuándo se sentía mal.

“-Lu, sé que la vida que has tenido no era algo que esperabas, sé que es difícil y cuán difícil fue todo eso. Pero no sigas con eso, sé que es un acto egoísta lo que te pido. Pero todo estará bien, no estás solo en esta batalla. Nos tenés a nosotros, nosotros somos tus padres ahora, pero más allá de eso, somos tus amigos, tus compañeros de toda la vida. Queremos que confíes más en nosotros y nos cuentes cuándo estés así. No queremos perderte”.

Aquellas palabras hicieron que el menor se pusiera triste entre los brazos del mayor, asintió cada palabras mientras lo miraba y miraba a su otro padre.

-”Perdón por haber dicho qué no entendían mí dolor, sé que también la pasaron mal en su adolescencia”.

Creyó que le dirían que no, pero estos asintieron mientras tomaban las manos del menor, sonriendo en su burbuja de amor familiar. Los tres se acercaron y se abrazaron.

-”No vamos a minimizar tu dolor, sé que estás pasando por mucho, pero sí. Nuestra adolescencia no es linda, y sé que también la estás pasando igual. Me recuerdas a mí yo de 16 años también, Lu.”

Y es que en parte tenían razón, a pesar de que no lo decían o que el mismo Luka lo dijera, él era parte del grupo LGBT+ y sus padres también, era obvio que iban a ser “Blancos” más del bullying, simplemente por sus gustos, pero si ellos pudieron juntos, no estaría mal decir que ahora siendo tres iban a poder con más.

De verdad el menor se sentía como si hubiera encontrado su serendipia en sus padres ahora, como si este hallazgo a pesar de haber sido accidental con ellos, les ha dado suerte y viceversa. Los tres estando en este momento en dónde más se necesitaban, los dos mayores viendo crecer a Luka mientras los acompañaba, y así es dónde debió ser las cosas desde un momento, porque tal vez, todo era distinto.

A pesar que el menor se sentía realmente culpable por no contarle en ese momento todo lo qué pasó en Australia, le dolía. Pero él de verdad no sabía cómo hacerlo sin ponerse a llorar, tal vez no había contado todo, tal vez no había vivido el todo, tal vez le falta más dolor que vivir…Pero en la secundaria, vivió el infierno que no muchos pueden salir ilesos, a pesar que salió de ahí, lo hizo con cicatrices que posiblemente, lo dejarán marcado de por vida.

 

 




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