Tú eres mi esperanza [2 libro]

12-"La decepción andante de sus padres"

Cuando la directora llamó a sus padres al menor se le vino el mundo abajo, él creía que aquella relación totalmente maligna que tenían con sus padres tal vez, solo tal vez podría mejorar un poco si notaban lo cual dañado estaba su hijo, ¿Es lo que uno siempre pensaría, verdad? Pero le llegó una gran decepción cuando llegó a su casa y todo lo que solía sufrir, lo seguía sufriendo y para el triste cuento, peor eran.

 

Cuando los padres del menor fueron al colegio, fingiendo llorar por todo lo qué le pasaba a su hijo, dijeron que iban a poner cartas sobre el asunto e iban a hacer todo lo posible para que el menor se mejore y que dejase de hacer esas cosas, pero era una cortina de humo para todo lo que le esperaba una vez llegase a la casa.

 

Era obvio que mientras sus padres les lloraban por preocupación a la directora, el menor estaba con una psicóloga que según trabajaba para el colegio, ésta chica se llamaba Marisol, una señora de unos treinta y cinco años le hacía preguntas, qué eran fáciles de responder, cosa que Luka lo hacía, ya que bueno si o si tenía que hacerlo.

 

Esas preguntas eran desde

 

-”¿Hace cuánto te cortas? ¿Cuántas veces por días?¿Es verdad qué también lo haces acá? ¿Sufrís algún tipo de bullying acá?”

 

Y otras preguntas que si podía decirla, lo diría pero no se acordaba con exactitud porque esa no fue una tortura, sino que la había sido cuando llegó a su casa y sus padres los estaban esperando en la mesa de la sala con cara enojados.

 

Sinceramente, no había arrepentimiento, no había ninguna señal de que se sentían totalmente preocupados, pero ahí estaban, sentados con cara de ¿Odio? El menor tembló un poco pero con voluntad de fuerza entró a la casa, sentándose en la silla ya que su madre le había dicho que necesitaban hablar, su padre rojo del enojo no decía una palabra en todo este momento, pero el menor sabía que si abría la boca, se desataría una gran tormenta.

 

Él fue criado de otra manera, en el cuál los gritos y la violencia era la única forma en la que se podían arreglar las cosas, pero ahí estaba el menor, rezando para que eso no pase, pero el menor se arrepintió de aquellas palabras, ya que lo único que reinaba en la casa en aquellos momentos, eran los gritos de su padre Andrew, en dónde le gritaba que era un hijo de puta que se la pasaba viendo por el mismo y nunca por la familia que eran, mientras tiraba algunos platos o objetos que estaban cerca suyo, como los vasos de té que estaban tomando con anterioridad con Liz. El menor quiso hablar, quiso formular una oración pero por el miedo y el temblor de su cuerpo, frenó.

 

Pensó que no fue visto, pero su padre lo había visto y entre palabras hirientes le tomó de la mandíbula y con ello, apretando con fuerza este mientras lo miraba desafiante.

 

-”¿Qué querés decir putito? Dale que no tengo todo el tiempo del día para vos, pelotudo”.

 

Cuando su padre terminó de hablar, lo empujó contra la pared más cercana que tenían, pero nuevamente, se calló. ¿Para qué darle el gusto de qué pueda golpearlo? Si totalmente iba a hacerlo.

 

Simplemente se quedó callado, esperando a lo que pasará, que llegó al instante, su padre se sacó el cinturón y con ello comenzó a golpearlo de forma brusca, incluso se atrevió a tomarlo del pelo y arrastrarlo por toda la sala, ¿Con qué necesidad? Pues bueno, no era broma que aquello para su padre era una de las mejores formas para curar su homosexualidad y ahora, para el colmo, para que sintiera todo eso con las heridas que tenía en sus piernas y brazos, total…Según su padre, era algo que este merecía.

 

-”Ahora es tu momento de curar tu homosexual, después hablaremos de esto que te haces, hijo de perra.”

 

Su padre lo arrastró al sofá aún sosteniéndolo del pelo, el menor con tan solo 16 años estaba ahí…Soportando aquello. Algo que él no merecía, ¿Por qué seguían echándole la culpa a la victima cuando no debía ser así? ¿Por qué querían curarle de una supuesta enfermedad que él sabía que no era así?

 

-”Zorrita, tráeme papel higiénico y la crema que está en la habitación, ahora”.

 

Cuando el menor escuchó aquello, supuso lo que pasaría, era algo que su padre lo hacía desde los 15 años, cuando este había descubierto gracias a una persona de su trabajo que según, había un rumor de que el hijo de Andrew Benson, era una persona homosexual y que estaba en pareja, cuando su padre lo había confirmado, no había día alguno en el que lo sentaba en el sofá con él a ver pornografía heterosexual, según decía que viendo pornografía, iba a amar el cuerpo de la mujer y así para cogerlas siempre, porque era para lo único que servía.

 

Había veces en el que incluso su padre comenzó a tomar la actitud de masturbarse a su lado mientras miraba porno, según porque era excitante ver las tetas rebotar de las mujeres, muchas veces su padre hacía eso, porque él había hecho a dos hombres, no a uno y uno enfermo, un hombre a la mitad.

 

 

También como parte de esto, cuando su madre Liz no estaba en la casa y ellos dos sí, solía llamar a su amiga del trabajo y solían hacerlo frente al menor, con fines totalmente para formar nuevamente al menor y así, volverlo hetero. Incluso, Micaela, la chica que cogía con su padre, muchas veces se ponía sobre la mesa ratona de la sala y se masturbaban para que Luka sintiera algo y hiciera algo, pero lo único que aquello provocaba era que el menor se levantará del sofá, le pusiera una manta y se fuera, incluso una vez le había dicho algo cómo;

 

 

“Mica, esto no sirve de nada. No sé cuánto te paga mi padre, pero ten un poco más de amor propio y sal de acá. No tiene caso alguno que sigas acá, no lo vale.”

 

 

Y con ello había ido arriba, se encerró y lloró y desde este momento…Cuando su padre se enteró de lo que hizo, le comenzó a llamar cómo la decepción de la familia, que era lo único que tenía, que nunca iban a amarlo ellos y ni muchos menos otros terceros.




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