Tú eres mi inspiración

Capítulo 5

"Dueño de banco" " Inversionista" " CEO" " Mafioso" habían sido las respuestas que había obtenido tras hacer una pequeña encuesta entre sus amigas. Francamente estaba intrigada, y casi como una broma hacia la situación decidió ir bien preparada, eligió el vestido negro, tacones algo más altos y se esmeró en maquillarse.

-Una chica Bond, por si me toca un espía . Aunque creo que la espía soy yo- se dijo frente al espejo. Estaba disfrutando de esta situación, era agradable cuando uno no tenía expectativas

Esa tercera cita era en un restaurante, era nuevo, algo de cocina molecular que sonaba muy futurista. La acompañaron hasta su mesa y esperó, por suerte no más de cinco minutos. Y cuando el hombre llegó, pensó que debía haber un error. No parecía alguien que debiera ir a una agencia de citas, debía estar en los cuarenta y algo, y era muy apuesto. Claro que cabía la posibilidad de que al hablar demostrara que su cerebro no estaba a la altura de su apariencia.

-Buenas noches, soy Blake Callaghan - se presentó y Katherine se presentó a su vez mientras pensaba que la voz de él también era atractiva.

Se sentó y se lo veía algo incómodo.

-¿Ordenamos? - preguntó ella porque estaba tratando de formarse una opinión sobre él.

-Me parece buena idea - respondió y pidieron la carta del menú.

Katherine leyó y pensó que quizás debiera trabajar para un restaurante, el menú parecía ser un libro de ciencia ficción con nombres rarísimos que más que tentarla, le daban ideas para historias.

-¿Qué es esto? - exclamó el hombre frunciendo el ceño y ella rió.

-No lo sé, pero no suena comestible. Como sugeriste este lugar pensé que eras habitué.

-No, me lo recomendaron, pero empiezo a sospechar que no fue tan buena idea.

-¿Qué tal la esferificación de lomo y deconstrucción de milhojas de champiñones? - preguntó ella intentando que no se le trabase la lengua.

-De acuerdo, podemos arriesgarnos con eso- asintió Blake y llamó al mozo.

Una vez hecha la orden comenzaron a charlar.

-¿En qué trabajas? - preguntó curiosa. Había tratado de adivinar desde el inicio, pero no se hacía una idea, no parecía tener que ver con números.

-Tengo una empresa de construcción - respondió él y le explicó brevemente en qué consistía.

-¿Y tú?

- En una editorial - respondió ella tratando de ser elusiva, pero él la miró con aquellos ojos dorados como si intentara ver más allá de sus palabras.

-¿Haciendo qué? - la interrogó. Y entonces, Katherine tuvo un golpe de intuición, era un sentimiento extraño, como cuando se le ocurría una idea para una historia, una buena historia. Solo que esta vez se trataba de otra cosa. Miró atentamente al hombre, era apuesto con su cabello oscuro y sus canas asomándose en las sienes. Bien vestido, elegante y educado. Y con algo masculino, casi salvaje.

- Tú no has venido a buscar una cita, ¿qué buscas? - preguntó ella.

-Tampoco tú vienes buscando una pareja - contraatacó él.

-¿Cómo lo sabes?

-Luego de las citas anteriores puedo darme cuenta, me atacaron con preguntas sobre mis últimas relaciones, y la actitud era distinta, coquetería, timidez y una amplia gamas de demostraciones de interés, pero tú solo suenas curiosa.

- Y tú eres demasiado observador.

-¿Entonces? ¿Nos contamos nuestros secretos? - la invitó.

- Tú primero.

-Debiera ser al revés, primero las damas.

-Como soy una dama, debiera guardar algunas reservas para defenderme.-refutó ella.

-Touché - respondió y entonces le contó la historia de cómo y por qué había llegado a la agencia.

-¿Entonces estás tratando de ayudarla a ella?

-Sí, pero sin mucho éxito, debiera poder investigar a los hombres que hay en la agencia, pero por razones obvias solo he logrado verme envuelto en citas con damas interesadas en cazarme.

-¿Con z?

-Eso me temo, o quizás las dos que me tocaron antes eran algo extrañas, hasta que llegaste tú, que me pareces la más extraña de todas.

-Soy escritora, quizás eso lo explique- dijo divertida, aquella cita le estaba encantando, ese hombre era muy interesante- Y ahora que lo pienso, podríamos ayudarnos.

-¿Cómo? - preguntó y esta vez, ella contó sus razones para estar en la agencia. En ese momento los interrumpieron para traerles la comida, ambos la miraron un rato antes de decidirse a meter el tenedor y probar un bocado.

-¡Es indescriptible! - exclamó Kit tapándose la boca.

-Horrible- dijo él.

- Mucho ¿Por casualidad te gusta la pizza? Conozco una buena pizzería cerca- propuso ella.

-Vámonos - aceptó Blake y llamó al mozo para pagar la cuenta, luego se marcharon y mientras caminaban hacia la pizzería le preguntó qué era lo que había mencionado antes.

-Podemos ser aliados. Quiero decir, tú necesitas información sobre los candidatos para ver si hay algo adecuado para Elena, y yo necesitaría saber sobre las mujeres que vienen a la agencia, eso completaría mi panorama y tal vez pueda salir de la página en blanco y seguir ganándome el sustento.

-¿Intercambiaríamos información? Suena bien, aunque quisiera pensarlo un poco.- dijo con cautela.

-De acuerdo, allí es- señaló ella un pequeño local con mesas en la calle.

-Debo decir que me gusta mucho más este lugar.

-También a mí - respondió ella y se dirigieron a buscar comida.

 




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