Aquella semana Katherine había suspendido sus citas nuevamente, Margarita había sido dada de alta y se había trasladado a una nueva casa con su hermana y Belladona, ella había ayudado con la mudanza y a tener la casa decorada. Era un lugar chico pero precioso, con jardines y caudales de sol entrando por la ventana, era ideal para espantar la tristeza. Y Katherine se encargó de ayudar, llenando la biblioteca con libros amados y alentadores, y poniendo comida delicioso en el refrigerador y las alacenas.
Cuando finalmente su amiga llegó a su nuevo hogar junto a su hermana, pasaron la tarde riendo y comiendo delicias de pastelería, hicieron cantidad de chistes de humor negro sobre la muerte y los suicidios. Porque en tiempos oscuros, la risa era lo más necesario, era la vida defendiéndose, fueron fieles a aquellas palabras de Frida Khalo que decían "Reír nos hizo invencibles. No como los que siempre ganan, sino como aquellos que no se rinden".
Margarita dijo que tenía ganas de volver a escribir, aunque aún no sabía qué, tal vez escribiría sobre su experiencia reciente o quizás poesía, hacía mucho tiempo que no lo hacía pero ahora volvía a sentir el deseo de hacerlo.
Katherine la alentó y le habló sobre su progreso en lo que estaba escribiendo.
-¿Y qué tal Blake? – deslizó la pregunta su amiga mientras sorbía un trago de té. Parecía una pregunta inocente, pero Kate sabía que no lo era.
-Fue a un viaje de negocios, así que no he sabido mucho sobre él. También suspendió sus citas, volverá la semana próxima.
-Estás muy al tanto – agregó Margarita.
- Claro, nos reunimos regularmente para hablar de las citas y eso- dijo ella casualmente
-¿Qué vendría ser "eso"?
-¡Margarita!, ya ponte a escribir historias en papel en lugar de imaginarlas – protestó Katherine y su amiga sonrió.
-Lo estás usando como modelo para tu nueva historia, no estoy imaginando cosas, me remito a los hechos.
-Solo me inspiré, nada más.
-En él- sentenció su amiga con una sonrisa triunfante y Katherine mordió un brownie y se amparó en el silencio.
Ciertamente se había inspirado en él, pero es que Blake era un buen hombre, y de alguna forma, su personaje masculino se le parecía. Quizás porque no había pasado mucho tiempo con ninguno de los hombres de las citas, y sí mucho tiempo con él. Quizás porque se estaban haciendo amigos, nada más ,se dijo sin querer profundizar demasiado.
La semana siguiente cuando se reunió con Blake, las palabras de su amiga siguieron resonando en su cabeza.
-¿Por qué frunces el ceño? – preguntó él y ella levantó la cabeza sorprendida.
-No es nada, solo estaba distraída.
-Tampoco estabas comiendo – observó señalando el plato que tenía delante, era una lasaña deliciosa pero apenas la había probado.
- No tenía mucha hambre.
-¿Quieres ordenar otra cosa?
-No está bien, no te preocupes.
-Estás sospechosamente callada. Ahora cuéntame, ¿qué tal tu cita? Fue ayer, ¿verdad?
-Sí, estaba vestido de marcas de pies a cabeza.
-¿Y eso es malo?- preguntó cauteloso.
-Lo es para alguien que suele deambular en pijamas durante días. Y era demasiada marca encima, quiero decir, era mucho esfuerzo. Agradezco que fuera elegante a la cita y que se preocupe por su imagen, y estoy segura que a la mayoría le encantaría alguien así. Pero yo sentía como si fuera un cartel de neón titilando. También era aburrido – finalizó y comió un par de bocados sin mucho entusiasmo-¿Tú?
-Todo iba bien, hasta que...- dijo él y se quedó callado.
-¿Qué, qué pasó? – preguntó curiosa y él sonrió.
-Ahora pareces más tú misma.
-Nunca, nunca despiertes la curiosidad de una escritora, puede ser peligroso – le advirtió sacudiendo un tenedor frente a su cara.
-De acuerdo, estoy advertido. Todo iba bastante normal, charla usual para estos casos, etc, hasta que fue muy grosera, diría que hasta violenta con la camarera que nos atendía. La pobre chica se había equivocado en el pedido, pero la trató horriblemente.
-¿Qué hiciste?
- No la puse en evidencia, aunque quería hacerlo. Así que solo terminé la cita rápido y dejé una propina muy grande.
En ese momento el teléfono de Katherine los interrumpió.
-Lo siento, pero de verdad tengo que atender esta llamada, el jefe de este tipo es aterrador, muy poderoso - explicó ella y él la miró extrañado – "Aquí pecadora" – dijo ella respondiendo la llamada y Blake la miró más extrañado aún- "De acuerdo, usaré todos mis contactos, pero ni idea de dónde puedo llegar a conseguir un camión. Pero no te preocupes, encontraré la manera" – dijo y luego se despidió.
-Ahora has despertado mi curiosidad.
-Es mi amigo, en realidad ex primer novio y es sacerdote. No era sacerdote cuando era mi novio, quiero dejar en claro ese punto, éramos niños casi. En fin, el fin de semana, hará un festival para recaudar fondos para comedores y orfanatos .Necesita que alguien lleve al dj y sus equipos de sonido, también ha recibido donaciones, pero no tienen como transportarlas. Así que me ha encomendado conseguir un camión, porque como todo el mundo sabe, las novelistas tenemos camiones escondidos en nuestras casas.
-Puedo ayudar- dijo él.
-¿En serio?
- Tenemos un par de camiones en la compañía, puedo conducirlo yo el fin de semana y ayudar con lo que necesiten. Es por una buena causa.
-Gracias, Blake, muchas gracias.
-Parece que tu amigo te conoce bien, eres capaz de conseguir camiones- Respondió él y automáticamente en la mente de Kate apareció la cara sonriente de Margarita, con una mirada de "te lo dije".