El fin de semana, Blake cumplió con su palabra, condujo él mismo el camión y ayudó a transportar tanto el equipo de quienes musicalizaban como las donaciones, incluso él mismo donó varias cajas con alimentos.
Y Kate como para no perder la costumbre, hizo de las suyas.
-Mi socio en el crimen, Blake – lo presentó a Nick- Y él es mi ex novio – completó la presentación haciendo que el sacerdote se ahogara repentinamente por la impresión.
-No lo dice, en serio. Yo...
-Lo sé, eran niños. Me contó la historia. Tampoco soy criminal – aclaró Blake extendiéndole la mano. Nick la estrechó con firmeza.
Blake se quedó al evento ayudando en todo lo que podía y fascinado de ver otra faceta de Katherine, parecía estar en mil lados al mismo tiempo, también se notaba se sentía cómoda pues conocía a la gente de allí.
En ese instante se encontraba en el pequeño escenario, haciendo de presentadora.
Nick se acercó a él y le dio un café, estaba atardeciendo y empezaba a refrescar.
-Pensé que te vendría bien, y que sería mejor que una cerveza.
-Gracias. Y no imaginé que hubiera cervezas aquí.
-Kit las trajo la última vez que vino de visita, tampoco sé cómo se le ocurrió. Muchas veces pierdo el ritmo a cómo trabaja su mente – dijo divertido señalándola.
-Debe ser su parte de escritora – comentó Blake.
-Es probable, esa imaginación loca que tiene, aunque por suerte su corazón es mucho más equilibrado, es generosa y solidaria – sentenció y Blake tuvo la sensación extraña de que Nick sonaba paternal e incluso como si le hiciera alguna advertencia sobre Katherine.
-Lo sé, es muy buena persona.
-¿Has leído lo que escribe?
-Una novela, de espías y romance.
-No leas sus cuentos de ciencia ficción nunca, son raros.- Sentenció el sacerdote
-La ciencia ficción es rara.
-La de ella mucho más – comentó con un leve escalofrío y Blake rio.
-¿Siempre ha escrito?
-Sí, desde chica. Pasó por varios géneros, ya te digo a ciencia ficción no fue su mejor etapa, luego tuvo una etapa de género policial que tampoco recomiendo, y finalmente llegó al romance. No he leído mucho, por obvias razones, pero creo que es lo que mejor le queda, puede expresar mejor a emociones y llegar a la gente. De alguna forma, expresa su verdadero yo cuando escribe, creo que eso es un don, y también que la hace frágil. La lastiman fácilmente.
-No voy a lastimarla – dijo Blake con seriedad y Nick lo miró igual de serio. Daba la sensación de que ambos acababan de descubrir algo, de que la charla casual había derivado a otro terreno.
-Me alegra saberlo – asintió el sacerdote y le sonrió amablemente.
Ella se les unió un rato después.
-Nunca volveré a decir que no sabes organizar fiestas – molestó a Nick.
-Gracias por toda la ayuda – respondió él.
-No hay problema, solo háblale bien a tu jefe de mí- pidió guiñándole un ojo y Nick soltó casi un bufido, luego ella se volvió hacia Blake- ¿Comiste algo?
-No aún – respondió señalando el vaso vacío de café que tenía en la mano.
-¡Un café! Eso no es suficiente. Vamos, te compraré algo, y de paso dejaremos más dinero en manos de este muchacho. Venden unas buenas hamburguesas en el puesto de comida.
-Acepto – respondió y luego miró al sacerdote - ¿Vienes?
-Vayan solos, yo comeré luego – respondió casi divertido y dándoles un leve empujón a ambos para que se marcharan.
Katherine compró la comida en uno de los puestos de comida que se habían armado, y luego buscó un banco en el jardín, lo que demostraba que conocía muy bien aquel sitio.
-¿No estás cansada? – preguntó Blake, durante el tiempo que habían estado allí, la había visto ir de un lado para el otro, sin parar.
-No, creo que necesitaba esto. Los escritores no somos muy activos, quiero decir mi trabajo es sentarme a escribir, pero cada tanto hace bien cambiar el ritmo, y dejar descansar a mi mente. Además es por una buena causa, y puedo molestar a Nick, eso es un plus.
-Es agradable verte así.
-¿Así?
-Sí, pareces más tú misma.
-¿De verdad? Es extraño, no me conoces hace tanto para saber cuándo soy yo misma.
-Estos días, después de lo de Margarita te veías agobiada. Ahora te ves enérgica y traviesa, aunque también creo que es porque te sientes cómoda aquí. Y, aunque suene extraño, es una sensación, de que eres más tú misma estos días.
-Tienes razón, me siento mucho mejor ya, y también es cierto que me gusta este lugar. No soy religiosa, pero suelo venir a molestar a Nick cuando tengo problemas, y me gusta el lugar, los jardines y la paz que suele haber. También conozco a la mayoría de quienes vienen aquí.
-¿Tu nuevo libro va bien?
-Va encaminado, también ahora que he vuelto a escribir me siento más libre. Supongo que no escribir es como cuando a ti te va mal con un negocio o no puedes resolver bien un contrato.
-¿Me dejarás leerlo?
-¿Al libro? – preguntó sorprendida.
- Claro.
-¡Ni en un millón de años!- exclamó, el héroe de su nuevo libro se parecía tanto a él que moriría de vergüenza si se enteraba.
-Lo compraré cuando lo publiquen, eso evitará que espere un millón de años – respondió Blake.
-Estoy en problemas- exclamó en voz alta.
-Acabas de aumentar mi curiosidad tremendamente, no puede ser tan malo.
-No lo es. Quiero decir espero que no lo sea, creo que será uno de mis mejores libros.
-¿Entonces?
-Oh no lo sé, acabas de confundirme. No había pensado que lo leyeras, pero supongo que lo harás. Y ahora no sé cómo seguiré escribiendo...- dijo seria.
-Katherine, me gusta como escribes, quiero decir lo que he leído hasta ahora. No deberías avergonzarte, y soy sincero, me gustaría leer este libro.
-Lo sé, pero...
-Jamás me burlaría, o haría críticas dañinas.