Tú eres mi inspiración

Capítulo 16

Kate había pasado los últimos días escribiendo sin parar, pero ahora se había estancado, el bloqueo estaba allí de nuevo, sus personajes habían dejado de parlotear en su mente. Y en cambio, su agente había empezado a llamarla.

-Se supone que el borrador estaría listo- le recordó y aprovechando que no la veían, Kit revoleó los ojos.

-Estoy en ello, necesito más tiempo para la revisión – mintió descaradamente cuando estaba a mitad de novela.

-¿Más tiempo? Katherine ya pasamos las fechas establecidas con la editorial.

-Sólo un poco más.

-¿Al menos me puedes enviar lo que tienes para que lo lea?

- Te envié la primera página – se defendió.

-Sí, y es una primera página encantadora, pero es eso, una página.

-Si te gusta la primera página, te gustará el resto- terció ella.

-Katherine,esa es una teoría muy discutible.

-Solo un mes más, y estará lista, con revisión incluida- prometió y su agente emitió un gruñido que ella interpreto como una rendición.

-Ni un día más.

-También te quiero – respondió Kit antes de cortar, luego se volvió hacia su laptop y miró la página que estaba en blanco, en blanco donde deberían haber muchas palabras- ¿Qué voy a hacer con ustedes? – preguntó en voz alta a sus renuentes personajes. Se suponía que ya estuvieran en pleno romance, de hecho debieran estar en época de pasión descontrolada, pero no sucedía. Y allí se había estancado, no sabía cómo hacer que esos dos terminaran juntos, todo marchaba perfectamente bien, pero de pronto le había resultado imposible seguir escribiendo, en especial porque sus protagonistas debían llevar su relación al plano físico, pero no le salía escribirlo. No porque no lo hubiera hecho antes, había escrito miles de escenas de cama, pero con estos dos se le complicaba. La vida de escritora era difícil.

Finalmente desistió, forzarse no era buena idea, luego se notaba en la escritura. Decidió buscar ropa para su cita al día siguiente.

Tras la cita, lamentó haberse esmerado tanto, estaba enfadada, había llamado a Margarita para desahogarse y había comido un par de chocolates y aún seguía enojada.

Llamó a Blake, necesitaba contarle. Cuando él respondió sintió cierto alivio, y luego pensó que su voz sonaba extraña.

-¿Qué sucedió? – preguntó alarmada, instintivamente.

-Estoy en el hospital, uno de los trabajadores se accidentó –respondió él.

-¿Estás bien?

-Sí, estoy bien, vine a acompañarlo.

-Pero no te lastimaste, ¿verdad?

-Solo un raspón, ahora estoy esperando que lo atiendan a él.

-¿Dónde estás?-preguntó y él le mencionó el hospital- Voy para allá- dijo y cortó antes que Blake protestara.

Cuando llegó lo vio sentado, en la sala de espera, se acercó presurosa.

-No era necesario que vinieras, estoy bien.

-No parece ser verdad – observó señalando el vendaje que tenía en la frente.

-Fue solo un golpe, se cayeron unas maderas porque se rompió la máquina que las transportaba. Marco se llevó la peor parte, se fracturó un brazo, por suerte no necesitará cirugía, ahora estoy esperándolo por si necesita algo y para acompañarlo a casa – Katherine se sentó junto a él- Gracias por venir.

-No podía dejarte solo – dijo ella.

-Gracias por eso. Cuéntame cómo fue tu cita.

-No creo que sea el momento.

-Estoy seguro que lograrás distraerme.

-Dijo que mis caderas no eran suficientemente anchas, que su madre decía que una mujer debía tener buenas caderas para dar a luz a sus hijos.

-¿Lo dejaste vivir? – preguntó divertido

-Oh sí. Me dio miedo que su madre viniera a golpearme si le hacía algo –respondió Kate que se sentía algo preocupada aún, se había asustado cuando él le había hablado del accidente, se había asustado mucho.

En ese instante la charla se vio interrumpida porque salió el empleado de Blake de la consulta, él se acercó para hablar con el médico y averiguar sobre los cuidados y tratamiento que debía recibir. Luego firmó el alta y los papeles del seguro. Tras acabar con los trámites, presentó a Katherine y a su empleado.

-Además seré su chófer hoy – aseguró ella y Blake la miró sorprendido.

-¿Y eso?

-Dame las llaves de tu auto, yo conduciré. Los llevaré a casa, sanos y salvos.

-Puedo conducir , Kit- protestó él.

-Claro que no, tienes un golpe en la cabeza.

- Es solo un raspón, estoy bien.

-Si te has golpeado la cabeza no eres apto para conducir, eso lo sabe cualquiera.

-¿De dónde sacaste esa información?

-De las novelas, y las novelas siempre tienen la razón- afirmó ella y eso lo hizo sonreír, así que le entregó las llaves y la dejó conducir. Primero llevaron a Marco, y luego lo llevó a él.

-¿Y ahora cómo regresarás a tu casa? – preguntó mientras iban en camino.

-En un taxi.

- Pero no deberías.

-Deja que te cuide hoy, será un gran cambio que seas tú el que de las gracias- lo amonestó.

-Gracias, Katherine por venir al rescate – respondió y aunque sonaba a broma estaba muy agradecido de que ella se hubiera preocupado por él. Lo llevó hasta su departamento y él la invitó a subir.

-Vamos, así al menos puedo ofrecerte un café y esperas que llegue el taxi- la invitó y Katherine aceptó.

-Me gusta más tu casa con estrellas – le dijo luego de husmear el lugar mientras él preparaba el café.

-No hay comparación, es más grande.

-Creo que es que refleja más de ti, este es un lindo lugar pero se siente un poco impersonal – evaluó.

-Supongo que es verdad, puse más de mí al construir la casa.-respondió alcanzándole el café

-Es una pena que pases más tiempo aquí.

-Cuando deje de ser adicto al trabajo, viviré allá.

-¿Cómo te sientes? – preguntó de repente.

-Estoy bien, creí que habías hablado con el médico para asegurarte, mientras yo firmaba los papeles- observó y ella sonrió, no sabía que la había descubierto.




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