Samantha
Mis padres me acompañan primero a la recepción donde nos atendió un señor muy amable, y luego a mi habitación. "206". El lugar donde voy a dormir los próximos cinco años es bastante acogedor, es pequeño pero lindo.
Una gran ventana de aproximadamente metro y medio está del lado derecho de la habitación. Hay una cama, un armario, un escritorio, un estante, un pequeño sillón, un espejo, una lámpara y una puerta. ¿Una puerta?. Ah si, el baño. Es un baño pequeño y sencillo pero es suficiente.
- ¡Me encanta mi habitación! - chillo - Me imagino estudiando aquí o mejor aún, me imagino leyendo aquí. ¿No les encanta?
- Si hija, pero ahora tenemos que hablar.
Hay no, es el momento de "la charla". Respira, respira, respira.
- Bien.
- Hija, ya hablamos de esto pero mejor te lo repito una vez más. Sabes que ahora, en la universidad y aquí en la residencia hay chicos, hombres. No te digo que no tengas novio o que no te relaciones pero solo te pido que te enfoques. Recuerda porqué estás aquí. Se que eres responsable y confío en ti.
- Gracias mamá. Te prometo que me enfocaré.
Mi padre por fin habla.
- Carmen querida, creo que es tiempo de que Samantha ordene su habitación y explore un poco la residencia.
- Tienes razón querido, nosotros ya nos vamos. Cuídate mi amor y recuerda lo que dije.
- Si ma, no te preocupes. Prometo llamarlos seguido.
- Más te vale. - Dice mi padre riendo.
Abro mis maletas y ordeno mis cosas. Empieza a nublarse así que me cambio para estar más abrigada al momento de explorar el campus. Me pongo unos jeans, una blusa blanca, un abrigo marrón y unos botines negros. Retoco un poco mi labial y me deshago la cola.
Abro la puerta y no puedo evitar ver otra abierta a un lado de la mía. Creo que el momento de hacer amigas a llegado. Camino lentamente hacia la otra puerta y toco. Un chico de cabello marrón casi negro, ojos color caramelo, tez clara, alto, delgado pero no flacucho, yo diría que mas bien fornido y vestido muy formal abre la puerta.
Gabriel
Estoy guardando unos libros cuando escucho que alguien toca mi puerta. Voy rápidamente y me encuentro con una chica delgada de tez blanca, pelo rojizo y ondulado, y unos ojos verdes esmeralda. Está vestida mucho mejor que la mayoría de estudiantes y al parecer le sienta bien lo de la moda. Debe estudiar diseño o arte.
- Hola, mucho gusto. Soy Gabriel. ¿En que te puedo ayudar?
Parece que se quiere reír pero responde en mi mismo tono.
- Hola, el gusto es mío. Soy Samantha. Estaba camino a explorar el campus pero al salir de mi habitación que está a un lado noté tu puerta abierta y me dio curiosidad. Es mi primer año y creí que era una oportunidad de hacer amigas así que toqué y apareciste tú. No sabía que los pisos eran mixtos.
- Yo tampoco tenía idea pero escuché que asignan las habitaciones intercalando un hombre y una mujer.
- No le encuentro sentido pero bueno. ¿Quieres acompañarme en mi exploración?
- Vale pero espera que me abrigo. Aparte, tengo que comprar ropa un poco más común. Me siento como raro vestido tan formal.
Samantha chilla y empieza a dar saltitos.
- Primero me encanta tu estilo y segundo, ¿Puedo ayudarte a elegir ropa? La verdad me fascina la moda.
- ¡Claro!
Salimos de la residencia al rededor de las cinco de la tarde. La chica que tengo a lado me da mucha curiosidad y espero que podamos ser amigos.
- Y..... - al parecer duda un poco antes de preguntar pero puedo ver en sus ojos como la curiosidad le gana a su inseguridad - ¿Que estudias?
- Economía y finanzas. ¿Tú?
- ¡Yo estudio lo mismo! ¿En que año vas?
- Este es mi primer año.
- El mío igual. Creo que tenemos varias cosas en común.
- Para ser sincero, por cómo te vistes pensé que estudiabas diseño o arte.
- ¿Enserio? La verdad detesto la idea. Soy bastante buena con los números así que me decidí por esta carrera.
- ¿En que tienda puedo comprar ropa? - Cambio de tema. Al parecer se molestó por mi comentario. ¡Pero claro! La juzgué por su forma de vestir. Soy imbécil.
- Depende de tu presupuesto.
- Mil. - dije casi en un susurro.
- Bueno Bueno. Al parecer mi compañero de piso es millonario. - dice mirándome con una sonrisa desafiante. Yo solo pienso: Si supieras la verdad Samantha.
- No, solo que quiero comprar todo de una vez.
- Está bien - dice restándole importancia - podemos ir a Wicks o a Downt.
- Ok. - es lo único que respondo.
El resto del camino lo pasamos en un silencio incómodo hasta que al fin llegamos al centro comercial. Nos decidimos por Downt.
- Aquí encontraremos toda la ropa que necesites - me explica.
- Vale. ¿Por donde empezamos? - digo al ver la cantidad de tiendas.
- Vamos por partes. Primeros polos, luego pantalones, luego casacas y así sucesivamente. Te recomiendo que empecemos con lo más caro para que al final no falte dinero.
No quería presumir pero por eso no había problema.
- Del dinero no te preocupes. Tengo bastante ahorrado. - Miento. O bueno miento a medias creo.
- Bien entonces vamos por los zapatos y la mochila para la Universidad.
Entramos a la tienda Adidas y compramos dos pares de zapatillas de deporte y unas blancas de vestir. Luego vamos a Converse y compramos un par negro. Por último pasamos por Nike y compro un par más para correr. Caminamos medio centro comercial y entramos a Gucci. Quiero una mochila.
- Espera. - Samantha me detiene - ¿Tienes idea de cuánto cuesta una de esas mochilas?. Si quieres ropa más normal, con esto no conseguirás tu objetivo. - dice señalando la mochila de la vitrina. - Por ser de la nueva colección debe costar unos $ 2000. - Tiene razón. Suspiro cansado, asiento y la sigo a una tienda de mochilas más corrientes.