Capítulo 6
Mina.
Una semana después.
En la mañana siguiente que Gregory me había deja en mi edificio, encontré mi auto aparcado donde siempre lo dejo. Para mi alivio todo estaba dentro, incluso mi cámara.
En la oficina no me cuestionaron por que falte un día, pero ya no saque el tema de mi nota de primera plana aunque el jefe me pregunto, le dije que lo último en lo que había estado trabajando no dio los frutos esperados y que buscaría algo más, ya que solo tenía las fotos de Gregory haciendo su vida normal que por ciento tenía que borrar para dejar ir todo el tema y poder volver a la normalidad.
Todo parecía ir normal, hasta que hace un par de días empecé a notar algo que no me dejaba estar tranquila y me ponía nerviosa. Gregory había empezado a seguirme y eso no me gusta.
Sé que yo lo seguía primero, pero saber que él me sigue me hace estremecer, la primera vez que lo vi fue fuera de mi oficina, solo estaba ahí estacionado y no lo vi por los vidrios polarizados, pero era el mismo auto con el que me fue a dejar y podía sentir su mirada en mí, el no verlo no evito que me recorriera una sensación de terror pensando que quizá habían cambiado de opinión y me iban a matar pero no, solo permaneció ahí y me siguió por una cuadras antes de perderse entre las calles.
Hoy pase a mi cafetería favorita cerca de mi trabajo y aquí esta, sentado en una de las mesas, con un impecable traje de tres piezas de color azul marino, tomando un café tranquilamente, pero aun así resalta como un león rodeado de gatitos. En estos días nunca se había acercado tanto pero decido ignorarlo, puede que me esté probando, mejor finjo que no lo conozco, aunque puedo sentir su mirada en mi espalda cuando paso por su lado.
—Buenos días ¿Qué le daremos? — me dice la barista cuando llego a la barra
—Hola buen día, va a ser un café latte con miel y un rol de canela por favor. — le digo con una sonrisa.
—Claro enseguida, serian 5 con 30. —
—Bien. — cuando voy a sacar mi cartera me doy cuenta que no la traigo. —Creo que mejor me cancela el pedido, olvide mi cartera. — le digo con un poco de vergüenza.
—No va ser necesario, yo lo cubro señorita. — dice Gregory detrás de mí, dándole un billete de 100 dólares, no sentí cuando llego a acercarse tanto a mí. —Y quédese con el cambio, de propina. — le dice mientras le da una sonrisa
—Gra… gracias señor. — le dijo la chica evidentemente sorprendida y asombrada, si no supiera quien es yo también estaría babeando por este hombre que sonríe angelicalmente pero es un verdadero demonio.
—No es necesario que hagas eso. — volteo para quedar frente a él.
— Con un gracias es suficiente minina. —
—No te voy a agradecer por que no te pedí que lo hicieras. — la chica de cafetería nos trae mi pedido y se lo entrega a Gregory y este me lo da a mí.
— Como sea, aquí tienes tu desayuno, disfrútalo, para la próxima asegúrate de llevar todo ates de salir minina. —
— ¿Por qué me dices así? — le pegunto, creo que aunque le siga diciendo que no me diga así, él lo seguirá haciendo.
— ¿Minina?... Porque te queda perfecto, eres una pequeña gatita juguetona y salvaje, aparte suena un poco como tu nombre. — me da una pequeña sonrisa juguetona y siento que mi cara se calienta porque si, este hombre me está haciendo ruborizar. Maldita seas Gregory Mikhailov.
—Y si te digo que no me gusta y no te doy permiso de llamarme así, ¿Lo dejaras de hacer?—
—No. — me dice simplemente.
—Está bien, como quieras…Greggy. — creo que es un apodo o diminutivo para los Gregory, espero que se enoje o mínimo le desagrade que lo llame así, pero para mi sorpresa en lugar de ver desagrado lo veo levantar una ceja y sonreír más.
—¿Me estás dando un apodo también?... me gusta. —
—No, solo lo hice para que vieras que es molesto que alguien se dirija a ti por otro nombre, pero veo que no te afecta en lo más mínimo. — me dirijo la salida rápidamente y espero que no me siga, pero puedo sentir sus pasos cerca de mí, muy cerca. —¿Por qué me estas espiando? — le pegunto en cuanto estamos fuera de la cafería.
—¿No te gusta? —
—No. —
—Bueno solo para que veas como se siente que alguien te sigue… no es nada agradable, ¿Verdad? —
— Entonces es una clase de lección o así, porque si es así te pido que pares, me pones los nervios de punta. —
—Te pongo nerviosa. — dijo mientras daba un paso hacia mí, tuve que contenerme para no retroceder.
—Sí, ¿Quién no estaría nervioso cuando alguien que puede matarla la esta siguiendo? —
—Por favor minina, sabes que nunca te lastimaría… tuve oportunidades y no lo hice, yo diría que fue todo lo contrario, ¿Te acurdas?. — me dijo mientras señalaba su cabeza.
—Yo… lo siento por eso, pero solo quería escapar. —
—No hay rencor de mi parte y espero que de tu parte tampoco, si nos seguimos viendo quiero que llevemos un trato mínimamente cordial. —