Capítulo 8
Mina.
Durante toda la tarde ya no tuve contratiempos y pude entregar mi nota y salir a tiempo para llegar a tiempo a mi departamento y alistarme para mi cita, estuve pensando mucho y llegue a la conclusión de que me voy a arreglar, pero no para Gregory, sino por mi, porque me tengo ver linda, nunca se si me puedo encontrar a un conocido a algo así. Si, definitivamente no tiene nada que ver con que voy a una cita con el hombre mas caliente con el que he convivido en mis 25 años.
Cuando entro a mi departamento, de inmediato sé que no estoy sola, hay alguien mas y de inmediato pienso en Gregory, pero cundo enciendo la luz, no es al quien veo sentado en mi sofá, veo a mi padre. El miedo y el pánico empiezan a crecer pero lo mantengo encerrado, ya soy grande, él ya no me controla.
—¿Qué haces aquí?, ¿Cómo me encontraste?. —
—Mina estúpida, yo siempre se dónde te encuentras, ¿No es ese el deber de un padre? —
—Por favor tú no eres ningún padre Alexander. —
—Déjate de tonterías, tampoco estoy aquí por gusto, créeme qué sentido tendría venir a… este lugar. — dice mientras voltea a ver mi departamento con desagrado.
—Entonces lárgate. —
—Me voy pero contigo, tu madre tuvo un accidente la muy tonta. —
—¿Qué?. — me empieza a faltar el aire. —¿Cómo esta?. —
—Viva, si no te diría que fueras a su funeral, esta en el hospital, así que necesito que la vallas a ver, no es que quiera, pero tenemos que aparentar ser una gran familia, así que vamos, no soporto estar mas tiempo aquí, ¿Cómo soportas vivir así?. — dice cuando pasa a mi lado, pero yo no le contesto simplemente lo sigo.
Dios que mi mamá este bien.
Al salir a la calle, en frente del edifico esta un auto negro esperando, supongo que estaba estacionado en algún lugar donde no lo viera, pienso mientras me deslizo en su interior, mis manos están sudando, hacia tanto tiempo que no compartía un espacio cerrado con mi padre, mientras el esta despreocupado revisado su celular.
……………………………
El viaje se me hizo eterno, en cuanto el auto estaciono me baje, y al sentir el aire frio de la noche, pude respirar un poco mejor.
Al entrar al hospital, nos dirigimos a ver a mamá, mientras seguía los pasos de mi padre, me surgieron muchas dudas.
—¿Qué le paso a mamá?
Suspira antes de contestarme.
—Se cayó de las escaleras, solo se fracturo el brazo izquierdo. —
Solo se fracturo. Que idiota.
Le voy a contestar pero antes de que lo pueda hacer se para frente a una habitación.
—¿Ella me va a reconocer? —
—Entra y averígualo. —
Cuando abre la puerta me deja pasar, me da miedo, en los últimos 6 años no la he visto tanto como he querido, nuestras llamadas son un poco más frecuentes pero aun así, no creo que me recuerde, al menos no a la primera, mi mamá sufre de delirios, y suele olvidad a personas que la rodean, cuando crecí, buscando en internet me di cuenta que eso fue provocado por un trauma extremo, Alexander dice que fue cuando tuvo un aborto espontáneo del mi hermano, pero hay algo que no me cuadra.
—¿Mamá? — la llamo en cuanto estoy a su lado, ella esta viendo a la nada, tiene la mirada perdida, verla me remueve tantas emociones, se ve tan frágil, mucho más delgada que la ultimas vez que la vi… más apagada y ahora con un yeso y moretones en su cara, se ve tan desprotegida, que no puedo evitar que mis ojos se llenen de lágrimas.
Cuando voltea a verme, me forzó por darle una sonrisa.
—Mami, ¿Cómo estás? —
—Mi… Mina. — esta vez le doy una sonrisa de verdad
—Si mami, soy yo. —
—Mi niña. — solo dice eso y empieza a llorar, la abrazo con cuidado para no lastimarla.
Después de un rato ya no la escucho llorar y se que se quedo dormida.
—Me reconoció. — cuando vivíamos juntas muy rara vez me llamaba por mi nombre.
—Lo hizo. — dijo mi padre y voltee a verlo, no parecía contento, bueno, él nunca estaba feliz.
—¿Cuanto tiempo se va a quedar aquí?
—Ya me la puedo llevar, por eso fui por ti, necesito que la cuides. —
—No tienes suficiente dinero como para contratar una enfermera. —
—Sabes que lo tengo, pero no quiero que alguien desconocido duerma en mi casa, así que va a tener una enfermera durante el día y tú vas a ir a quedarte en la noche… pero si no quieres, que se las arregle como pueda. — no hacia esto por mamá, si no por él, y también podría volver a tener el contro de una parte de mi vida. Y lo disfruta porque sabe que no me voy a negar.
—También me la puedo llevar a mi casa. — suelta una carcajada.
—Te has vuelto toda una comediante querida…— deja de sonreír —No digas estupideces, niña — se acerca a mí y me toma de la nuca con mucha fuerza. —Tu madre no sale de mi casa, entiendes, si quieres cuidarla ven mañana por la tarde ahora lárgate. — me saca a empujones de la habitación y cierra dando un golpe, espero que no haya despertado a mamá.