Capítulo 11
Gregory
Nos avisaron que encontraron a 5 de nuestros hombre los habían encontrado muertos en la madrugada, por eso me fui sin decirle nada a Mina y desde entonces no había parado de rastrear o intentar rastrear a los posibles culpables, hasta ahora no había encontrado nada.
Mi teléfono suena y cuando lo saco veo que es Anton
—¿Qué pasa? — le digo nada mas contestar.
—¿Has encontrado algo? —
—No, tal parece que los hijos de puta se metieron a su alcantarilla y no van a salir. —
—No creo que sea del todo cierto, una maldita rata se metió a una de las bodegas. —
—Demonios… ¿Qué hizo? —
—Nada, por fortuna los que estaban de guardia lo detuvieron, pero el muy imbécil traía explosivos, supongo que su objetivo era exportar la bodega con todo dentro. Necesito que averigües quien lo mando y que sea rápido. —
—Está bien, ¿Lo llevaron donde siempre? —
—Si. — y con eso me cuelga
—Vamos a la mazmorra — le digo a Will, y rápidamente cambia de dirección. Él sabe a dónde tiene que ir.
La mazmorra es un almacén que he destinado únicamente para hablar con los hijos de puta que se meten con nosotros.
…………………………
Cuando llegamos rápidamente voy a la entrada, que es una puerta pequeña negra en comparación al almacén, que, tiene paredes altas y sin ventanas, para las personas normales esto es un almacén de cereales, con cereales.
Al entrar saludo con la cabeza a los guardias y me dirijo al sótano, que es donde ocurre toda la magia roja.
El sótano es una habitación escura y húmeda donde el aire se siete pesado y denso, como si el mismo sótano supiera lo que iba a suceder.
Mi mirada se enfocó en el hombre firmemente amarrado a la silla de madrea vieja , cuando cerré la puerta la silla crujió cuando el pobre bastado de movió con desesperación, no podía verme porque tenía los ojos vendados, su respiración se agito, sabía que estaba en peligro y completamente a mi merced.
—¿Creías que podrías entrar a nuestro territorio y mandarlo todo a la mierda? — le pregunte acercándome a él y pude escuchar su respiración irregular, su cuerpo se puso tenso. —¿Crees que te van a salvar?, o ¿Salir ileso? —, susurré, acercándome a su oído, disfrutando de su miedo. No respondió pero se que se estaba lleno de terror, lo podía ver temblar más y s sudor se mesclaba con la sangre que tenia en la cara.
Me acerque a la mesa que tenia en una esquina y saqué el soplete, lo encendí, y el rugido del fuego llenó el aire eliminando el silencio. Por un instante solo mire el fuego y ajuste la intensidad de la llama.
Me dirijo de nuevo a el hombre amarrado, lo suficiente para que lo sintiera un poco del calor, cuando la punta del soplete casi toca su piel, se empezó a mover desesperadamente tratando de soltarse, era inútil ya que estaba perfectamente amarrado.
—No te muevas bastardo— lo sujete para que dejara de moverse, —Lo único que lograras es caerte y no estoy de humor para jugar contigo en ele suelo. —
—Por favor… señor perdóneme. —
—Oh, si hablas, por un momento creí que eras mudo. — camino para posicionarme tras de él, y luego pongo el soplete directamente en si nuca, casi al instante suelta un grito lastimero, retiro el soplete cuando noto una laceración de tamaño considerable y el olor a carne y cabello quemado llega a mi. —Bien ahora que sabes que te puede pasar si no contestas mis preguntas, comencemos. — doy la vuelta para quedar frente a el y le quita la venda de los ojos. —¿Primera pregunta quien te mando? — no contesta y me ve fijamente con una mezcla de miedo y dolor.
Vuelvo a acercar el soplete, pero esta vez lo pongo en una de sus manos, veo como mira con terror y grita cuando el fuego toca su mano. Cuando lo retiro el dolor es claro en su expresión.
—Mira tú y yo, sabemos que vas a morir, pero puedes morir rápido o puedes hacerlo lento y doloroso, la segunda opción es muy mala para ti… así que yo te recomiendo que me cuentes todo lo que sabes. ¿Estamos de acuerdo? —
—S… Si. — me dice casi en un susurro.
—Perfecto… ¿Quién te mando a explotar nuestra bodega? —
—Yo solo cumplía órdenes. —
—¿De quién? —
—Lucky. —
—¿Quién mierda es Lucky? —
—Mi… jefe, yo solo soy un repartidor de él. —
—¿Qué reparten?. — le pregunto aunque ya se la respuesta.
—Drogas… en los antros de la zona. —
—Ese Lucky ¿Es el distribuidor principal? —
—No, él también es un repartidor, alguien mas se las da. —
—¿Quién? —
—No se. —
—¿Dónde puedo encontrar a Lucky. —
—No se, él nos cita en diferentes lugares para darnos la droga. —
—Exactamente ¿Cuáles eran tus ordene ordenes? —
—Solo tenia que… llevar la mochila a esa bodega, no sabia que había una bomba ahí, lo hice por el pago, lo juro. —