Tu Lado Apasionado

Capitulo 19

Capítulo 19

Gregory

El rugido de mi auto resonaba en el camino hacia la mansión de Alexander Baker. Mis manos apretaban el volante por la anticipación de lo que se avecinaba.

Sabía que el cobarde estaba en su casa, había mandado a inspeccionar antes de venir, él muy estúpido estaba muy tranquilo, creyéndose intocable y seguro.

Hoy, descubriría lo equivocado que estaba. Se daría cuenta que está perdido.

Apenas llegué, la camioneta que lideraba mi equipo se estrelló contra el portón, abriéndolo de par en par. Los guardias apenas tuvieron tiempo de reaccionar cuando les llovió una ráfaga de balas desde nuestras posiciones.

A pesar de estar involucrado con los italianos, Alexander no tiene un equipo de seguridad adecuado, nos hace el trabajo malditamente más fácil.

Cuando nos estacionamos frente a la casa todos nos bajamos de los vehículos.

—¡Nick, Marcelo, Federico y Danilo, aseguren la parte trasera! Will, Fabián, Ernesto y Orlov, conmigo. Camilo, vigila la entrada. No dejen escapar a nadie. —Mis órdenes resonaron con firmeza, y mis hombres se dispersaron.

Dentro, la mansión era un monumento al mal gusto en su mayor esplendor. Retratos gigantes y muebles ostentosos llenaban el espacio como un grito desesperado por reconocimiento de poder y riqueza.

Mientras avanzábamos, escuché un sollozo.

Encontré el origen muy rápido, en la sala, una mujer con maquillaje corrido y ojos llenos de terror, se escodis entre un sofá y un mueble

—Por favor… no me mate —suplicó en cuanto me vio.

—¿Quién eres? —pregunté, apuntándola con mi arma.

—Soy Catherine, la novia de Alex. — Sentía repitan hacia él padre de mi minina y solo podía pensar, en lo mierda de hombre que es.

—La amante, querrás decir. ¿Dónde está él? —

—En su despacho… por allá. —dijo señalando un pasillo.

La dejé en su lugar, no era un amenaza y me dirigí al despacho. La puerta estaba cerrada pero cedió con una patada, revelando a Baker sacando fajos de dinero de una caja fuerte a toda prisa.

El hijo de perra se veía desesperado a mas no poder

—¿Gregory Mikhailov? —balbuceó en cuanto me vio y me reconoció.

—El mismo. ¿Esperabas a alguien más?—cerré la puerta tras de mí.

Intentó recuperar la compostura, pero el miedo en sus ojos lo delataba.

—¿Qué… qué hace aquí? —

—¿De verdad quieres que te lo diga? —

—Yo no he hecho nada para ofenderlo. —

—¿No?... Yo creo que si, sabes me llego información muy confiable sobre tus tratos con los italianos y toda la mierda que haces para ellos y también el cómo habías robado a tu esposa y drogado y a tu hija como la había amenazado y no solo eso también como habías planeado sus muertes.— Su rostro se tornó una mezcla de horror y desesperación.

—¡Es mentira! Los italianos me obligaron, yo no quería hacer nada.— es un maldito cobarde.

—¿Y también te obligaron a destruir a tu familia? —respondí, acercándome lentamente.

Saqué mi teléfono y le mostré correos interceptados que confirmaban sus crímenes. Su rostro palideció al ver la evidencia.

—¿Qué quieres? —preguntó con voz temblorosa.

—Quería que dejaras en paz a Mina y a su madre, pero sé que solo hay una forma de asegurarlo. —

El miedo en sus ojos se transformó en pánico puro, pero también había un poco de rabia.

—¿Conoces a esas perras ingratas? —

—Te sugiero que quites esas palabras de tu sucia boca cuando te dirijas a ellas, y si, conozco a Mina y a su madre, ¿Por qué crees que estoy aquí? — levanté mi arma y apunte para darle un disparo justo en la cabeza para terminar con esto.

Antes de que pudiera apretar el gatillo, escuché disparos provenientes del exterior de la mansión. Mis sentidos se agudizaron al instante.

—¡Jefe, los italianos están aquí! —gritó Will en algún lugar de la mansión.

Mi mandíbula se tensó. No era casualidad que llegara justo ahora. Lo más seguro es que el idiota de Baker los había llamado, buscando protección, cuando entramos, ¿Por qué mierda llegaron tan rápido?

El sonido de balas llenó el aire mientras el enfrentamiento se intensificaba afuera. Escuche el ruido de un disparo muy cerca de mí y el dolor fue inmediato, y caí al suelo.

El hijo de puta de Alexander aprovecho mi breve distracción, y posiblemente tomó un arma que tenía oculta y me disparó en la pierna.

La maldita bala rozo, hasta para eso es idiota, pero aunque no perforo, duele jodidamente fuerte. No pierdo más tiempo y apunto a Baker, pero el muy cobarde ya se está moviendo y mi bala choca contra la pared.

—¡Baker escapó por una puerta lateral! — gritó mientras me ponía de pie, casi de inmediato aparece Will, entrando al despacho y ayudándome a levantarme.

—¡No lo dejen ir! —rugí, apretando los dientes mientras apoyaba mi peso en Will, para poder caminar.

Mis hombres se lanzaron tras él mientras yo trataba de recomponerme.

—¡Jefe, el vehículo de Baker está huyendo hacia el oeste! — Desde afuera, Fabián gritó

—MIERDA. — grito para sacar la maldita frustración que me está jodiendo, más por dejar que me dispara un imbécil, que por dolor del disparo. No puedo permitir que se me escape.

Nos subimos rápidamente a la camioneta, conmigo venia Will, que me ayudo a subirme al asiento del copiloto, Fabián y Camilo mientras que Orlov se subió en mi coche y los demás en la otra camioneta.

Ignorando el dolor en la pierna. La persecución comenzó.



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En el texto hay: amor, secuetro, mafioso dulce

Editado: 11.01.2025

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