Tu Lado Apasionado

Capitulo 22

Capítulo 22

Mina

Después de bailar un poco más, y tomar más mojitos, nos fuimos del bar, la verdad disfrute mucho más de la salida de lo que imaginé que haría.

El trayecto de regreso, íbamos los 4 juntos y en la camioneta transcurría en silencio. Anton estaba al volante, Alice iba a su lado, y yo estaba en el asiento trasero junto a Gregory.

A Lucas y Anna los habían llevado a sus casas unos guardias en otra camioneta y frente a la camioneta donde íbamos nosotros iba otra camioneta con más guardias liderando el camino.

Las luces de la ciudad pasaban fugaces por las ventanas, y aunque me esforzaba por mantener mi atención en ellas, sentía la presencia de Gregory como una sombra cálida y agradable a mi lado.

Decidí romper el silencio. Esperando que fuera un buen momento para lo que iba a decirles.

—En mi última asignación en el trabajo me pidieron que les hiciera una entrevista. —solte sin más, mi voz salió más tranquila de lo que esperaba.

Anton levantó una ceja, mirándome brevemente a través del espejo retrovisor, mientras Alice giraba en su asiento con los ojos brillando de emoción.

—¡Oh, eso es increíble! —dijo Alice, dando unas palmadas en el aire—. ¿De qué será la entrevista? —

—Sobre la empresa y su éxito en el mercado. Nada comprometedor, claro —aclaré, tratando de que no recordaran que quería exponerlos en el pasado.

—¿Tú qué opinas, Gregory? —preguntó Alice, mirandolo.

—¿La quieres para ya? —preguntó Gregory, girando su cabeza hacia mí. Sus ojos se entrecerraron, pero no parecía molesto, todo lo contrario.

—Bueno, cuando ustedes puedan. Si es que quieren claro. —

—Pensé que nos ibas a empezar a seguir y tomar fotos. — me dio una sonrisa.

—Nop, ya no hago eso. —

—Entonces sí, por mi está bien. — dijo sin apartar su mirada de mi.

Anton tardó unos segundos más en hablar.

—¿Qué tipo de preguntas serian? —

—Cosas sencillas como sus inicios, su enfoque en el mercado, cómo manejan la competencia… —Mantuve mi tono neutral. —Ya saben esas cosas, aún tengo que prepararla, pero ese sería el enfoque. —

Anton asintió lentamente, como si estuviera evaluando algo.

—De acuerdo. Puedes hacerla. — por un momento deje de respirar.

—Gracias… a los dos… aunque si no pueden los dos, uno de ustedes puede hacerlo. —

—Yo quiero estar presente. — dijo Gregory.

—También. — dijo Anton concentrado en la carreteara.

—Que genial. — dijo Alice celebrando como si acabara de ganar la lotería, mientras yo suspiraba aliviada y un tanto sorprendida.

…………………....

Ya en la mansión, nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones. Me prepare para dormir y me recosté en la cama, pero el sueño no llegó.

Después de dar vueltas durante un par de horas, me levanté en la oscuridad. Tal vez un vaso de agua me ayudaría.

Bajé a la cocina, tratando de no hacer ruido. La casa estaba sumida en un silencio casi inquietante.

Tomé el agua y deje el baso en fregadero y regresé a mi habitación. Subí las escaleras con pereza, pero al doblar el pasillo, noté una figura frente a mi puerta, que me altero un poco.

Era Gregory.

Estaba de pie, con los brazos cruzados y su mirada fija en la puerta cerrada de mi habitación, parecía como si estuviera resolviendo un rompecabezas imposible. Me acerqué con cautela.

—¿Qué haces aquí? —pregunté, sorprendida de encontrarlo fuera de mi habitación y a estas horas.

Él se sobresaltó ligeramente, pero su expresión se suavizó al verme.

—Podría preguntarte lo mismo. ¿Por qué no estás durmiendo? —

—No podía conciliar el sueño. Bajé a tomar agua —respondí, acercándome a él un poco. —¿Y tú? —

Gregory bajó la mirada hacia el suelo, como si le costara encontrar las palabras. Finalmente hablo.

—Tampoco podía dormir. Salí a caminar un poco, pero… mis pasos me trajeron aquí. —

Un silencio cargado de tensión cayó entre nosotros. Mi corazón latía con fuerza, y algo en su mirada, ahora fija en mí, me hizo sentir como si el aire en el pasillo se hubiera vuelto más denso.

—¿Querías algo? —murmuré, mi voz apenas un susurro.

Él dio un paso hacia mí, cerrando la distancia entre nosotros. La sombra de la luz tenue del pasillo hacía que sus rasgos se vieran aún más intensos.

—Aunque te acababa de ver… Quería verte o simplemente saber que estabas bien. —confesó. Sus ojos descendieron a mis labios y luego volvieron a encontrarse con los mis ojos.

Mi respiración se detuvo por un instante.

—Gregory… —empecé a decir pero antes de que pudiera terminar, él inclinó la cabeza hacia mí.

Fue lento, como si me diera la oportunidad de detenerlo, pero no lo hice. Mi corazón martilleaba mientras la distancia entre nosotros desaparecía, hasta que sus labios tocaron los míos.



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En el texto hay: amor, secuetro, mafioso dulce

Editado: 11.01.2025

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