Tu Lado Apasionado

Capitulo 27

Capítulo 27

Gregory.

La inquietud se había instalado en mi pecho desde el momento en que puse un pie fuera del auto. Algo no estaba bien. No veía a Mina por ningún lado, y se supone que ya debe de estar esperándome.

Tomé mi teléfono y marqué su número. Sonó una vez… dos… hasta que la llamada se cortó.

Maldición.

El miedo y la angustia crecían dentro de mi a cada segundo.

¿Dónde estaba mi minina?

El sonido de un mensaje me hizo mirar la pantalla con rapidez. El mensaje provenía del teléfono de Mina, pero en cuanto lo leí, un frío helado recorrió mi espalda:

——Si quieres volver a ver a Mina, lleva a Beatrice a esta dirección. Ve solo. Si no, algo le pasará. ——

Era la dirección de un parque, que no estaba tan lejos. Junto con el mensaje, venía una fotografía. Era Mina, amarrada e inconsciente en la parte de atrás de un auto.

Una descarga de rabia explotó en mi interior. Mis dedos se apretaron en torno al teléfono con tanta fuerza que me dolieron.

—Hijo de puta… —murmuré, con la mandíbula tensa.

Sabía quién estaba detrás de esto. Alexander. Ese maldito no estaba muerto, pero lo estaría, yo mismo vería exhalar su último aliento.

Sin perder un segundo, marqué a Sergei, no tardo mucho en contestar.

—Necesito que averigües todas las propiedades que tenga Alexander Baker ahora. —Mi voz era un filo de hielo.

—¿Pasa algo? —

—Ese malnacido secuestró a Mina. Averigua dónde la puede tener y dime rápido. —

—Estoy en ello. Te llamo en cuanto tenga algo. —

Corté la llamada y salí de inmediato hacia la casa, tenia que preguntarle a su madre si conocía un lugar a donde la pudieron llevar.

Al llegar, no me moleste siquiera en apagar el auto, entre lo más rápido que puede. En el comedor, todos terminaban de cenar, mi entrada abrupta los hizo girar la cabeza. No preste atención a Anton, Alice o Magi, me dirigí directamente a Beatrice.

—¿Gregory? Y ¿Mina? —Beatrice me miró sorprendida.

—¿Sabe donde demonios puede estar escondiéndose Alexander? — dije

Su confusión se transformó en miedo.

—¿De qué hablas? —

—Alexander secuestró a Mina. —Mi voz era tan grave, por la rabia.

Beatrice palideció. Sus ojos se llenaron de lágrimas y empezó a llorar, pero su reacción cambió en segundos. De repente, su expresión se tensó.

—Espera… —susurró, como si algo le viniera a la mente — Sé dónde puede estar. —

Me acerqué de inmediato.

—Dímelo. —

—Es un lugar… no lo conoce casi nadie, es... Perfecto para esconderse. Creo que fue de lo primero que tuvo Alexander cuando empezó a ganar dinero. No lo usa mucho, pero ahí… ahí hace cosas horribles.—

Me dijo la dirección con voz temblorosa. Se veía mal, pero no perdí más tiempo.

Salí de la casa y mientras me dirigía al punto, marqué el número de Sergei.

—Tengo la dirección. — le dije en cuanto contesto y colgué sin esperar a que digiera nada.

Después marque el número de Will.

—Asegúrate de que haya refuerzos cerca de la dirección que te voy a mandar, no hagan nada hasta que llegue solo vigilen. —

—Si jefe. —

Apreté el volante con fuerza, sintiendo cómo la furia se convertía en un impulso de querer arrancar la cabeza de Alexander Baker.

Si le hace algo a Mina, lo pagará caro.

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En el texto hay: amor, secuetro, mafioso dulce

Editado: 03.04.2025

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