Capítulo 2
Alice.
Aún trato de asimilar lo que Anna me dijo, pero si ella se preocupa es porque es un pez gordo que no debe de ser tocado jamás, y yo le di una cachetada.
—Eso… eso es muy grave. — susurré para mí, pero Anna también me escucho.
—No, no es muy grave, es lo que le sigue… por dios, no sé qué pueda pasarte.— puedo ver el miedo en su mirada.
—Pero… pero, ese hombre prácticamente me insulto, yo solo…—
—Se a que te refieres, pero hay cosas… más bien personas, con las que no podemos meternos, solo espero que no quiera hacerte algo.—
—¿De verdad es muy malo?— empiezo a sentir un temblor en la pierna, estoy siendo controlada por los nervios crecientes.
—Eso es lo que dicen, y la gente por aquí no habla por hablar. — me dice en un tono suave, pero que aún muestra preocupación, en eso suena mi celular.
—Es Lucas…— le digo a Anna antes de contestar. — ¿Qué pasó?.— le pregunto rápidamente tratando de no sonar preocupada.
—¿Aun estás con Anna?.— su tono de voz hizo que se me formará un nudo en la garganta.
—Si, ¿por qué?.— me retiro el teléfono y lo pongo en altavoz para que Anna también escuche.
— Mira, no voy a ir para allá, será mejor que nos veamos mañana en la universidad, solo tú quédate ahí, ¿va?.—
—Pero… ¿Por qué?… ¿Qué paso?.—
—mmmm… paso que mi amiga le dio una cachetada a el jefe… un jefe del submundo… si Anna no te hubiera sacado durante la conmoción… no sé que te hubiera pasado.— miro a Anna que también me está viendo con ojos de preocupación.
—¿Por qué?... ¿Qué paso después de que nos fuimos?.— no se pero me da miedo escuchar su respuesta, puedo sentir que es algo malo.
—Fue el maldito infierno… todo se convirtió en caos, después de un rato, Antón Mikhailov grito que fueran tras de ti a sus hombres, cuando llegaron sin ti, parecía tan enojado que podría darle miedo hasta al mismísimo demonio, y lo peor es que después pregunto que quien te conocía, y todos nos quedamos callados.— solo de imaginarlo me entra un escalofrió
—Y ¿después?.— le pregunto Anna, ya que yo estaba en estado de shock aparentemente, creo que ahora sí metí la pasta y hasta el fondo.
—No me quedé para averiguarlo… estoy tomando el camino largo a mi departamento, pero será mejor que los tres mantengamos un perfil bajo estos días, en lo que se le olvida a el jefe esto —
—Espera, ¿por qué los tres?, fui yo quien le pegó, no ustedes.—
—Si Alice, pero Anna prácticamente te ayudo a escapar y yo… bueno yo escondí información de tu identidad y paradero, si no fuera tu amigo le hubieras dicho hasta dónde vives y todo, así que estos días de la universidad a dónde vivimos, tendremos que mantener un perfil bajo, ¿vale?.—
—Si.— le contesto Anna
—¡Lo siento!... Creo que por mi culpa los metí en problemas.—
—Tranquila, de todos modos el verdadero culpable no eres tú Alice.—
—Verdad… que es ese tal Antón.— le digo mientras frunzo el ceño y pienso en ese guapo y peligroso hombre.
—No… es Lucas por invitarnos a ir a ese lugar hoy —
—Oye… yo no le dije a Alice que anduviera dando cachetadas a diestra y siniestra.—
— Ya... lo mejor será dormir y mañana hacer lo que siempre hacemos en la universidad, como si nada de esto hubiera pasado.— se pone de pie Anna y va a su baño.
—Estoy de acuerdo… nos vemos mañana.—
—Hasta mañana.— me despido de él, para luego colgar.
La verdad esto ya me esta preocupando, siempre trato de no meterme en problemas, pero cuando lo hago, lo hago a lo grande y lo peor es que cada vez son más fuertes y graves, otro problema más y creo que terminaré muerta.
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—Despierta. — escucho que me hablan a lo lejos, en un primer momento me asustó ya que vivió sola, pero luego me acuerdo de dónde estoy y de lo que pasó, y me asusto más.
—mmmmm, otros minutos más.— digo adormilada y con los ojos aun cerrados.
—Ya es muy tarde, te deje dormir unos minutos más, ya es hora de levantarse o llegamos tarde.— me dice Anna jalando las sábanas. —Ve a darte una ducha rápida y cámbiate, mientras iré a hacer el desayuno.—
—Vale…— le digo en un susurro, pero poniéndome de pie, doy una revisada rápida al cuarto y veo en una silla con ropa mía junto con una toalla de baño, lo bueno de ser amigo de tantos años es que los tres tenemos ropa de los tres en nuestros respectivos departamentos, ya que hay ocasiones en las que nos quedamos a estudiar en equipo o a hacer un trabajo y es muy cómodo tener cosas personales y no regresar tarde a nuestras casas.
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Cuando salgo de bañarme y ya cambiada veo a Anna arreglando sus cosas mientras trae una tostada en la boca.
—El desayuno está en la mesa… anda come algo.—
—Si… oye creo que sí tengo que ir a mi departamento a recoger mis cosas de la universidad.—