Capítulo 8
Anton
_Señor Mikhailov es un placer hacer negocios con usted._ me dice el viejo con el que acabo de firmar un acuerdo para la empresa, mientras este se ponía de pie para retirarse del restaurante en donde habíamos estado cenando.
_El placer es mío._ le digo poniendo me dé pie y dándole la mano, y dando le una sínica sonrisa, la verdad tipos como este me desagradan mucho, pero hay ocasiones en las que tengo que asistir este tipo de cosas.
Cuando lo veo desaparecer borro la sonrisa de mi cara. Estos días he estado muy ocupado, el ausentarme unos días del trabajo, me ha acumulado muchos pendientes. Saco mi teléfono y marco el número de Gregori.
_¿Que paso?._
_¿Ya terminaste de lo que te encargue?._ le había pedido que diera más rondines por el territorio estos últimos días.
_Si y todo bien._
_¿Dónde estas ahorita?._ le pregunto tomando el ultimo sorbo del vino que tenía en mi copa.
_Voy para la casa. ¿Quieres que pase por ti?._
_Si._
_En unos minutos estamos ahí, es el Restauranate Flammire, verdad?._
_El mismo._
_Esta bien._ después de eso cuelgo la llamada, esperando a que llegue tomo otra copa de vino.
……………………………….
Minutos después.
Ya en la camioneta con Gregori nos pusimos en marcha para ir a la casa, pero de repente su celular suena. Tarda unos segundo en contestar, al parecer es un número que no tiene registrado.
_¿Quién es?._ le pregunto viéndolo de reojo, pero sin tomarle mucha importancia.
_No lo sé, no tengo registrado este número._ me dice mientras ve la pantalla de su celular antes de contestar, _Si?, Quien llama?._ No puedo escuchar quien está al otro lado de la llamada, pero Gregori guarda silencio por un momento. _Entiendo, gracias por la información, será recompensado._
_Quien era?._
_Era el gerente del Monk’s Good, el bar donde Alice y tu tuvieron su primer encuentro._ me dice tranquilamente.
_Y que quería?._
_Cuando la estábamos buscando le dije que me llamara si aparecía ella o alguno de sus amigos por el bar, y se me olvido decirle que ya la habíamos encontrado, como no lo sabe piensa que aun la estamos buscando, así que por eso me hablo, al parecer…_
_Hoy está en el bar._ término por él.
_Si, así es._
_Creo que hay que pasarnos por el bar antes de irnos a casa._ por unos segundo Gregori se me queda viendo con una mirada extraña, pero no me dice nada.
_Como quieras._ me dice al final. _Dirígete a el Monk’s._ Gregori le dice a el chofer para que cambie de dirección.
En estos últimos días no he tenido mucho tiempo para pensar en Alice, pero creo que hoy es diferente, lo llamare destino.
…………………………………..
Cuando llegamos a el bar el guardia nos dejó pasar enseguida, nos reconoció, nada más estacionar las camionetas en la entrada y no solo el guardia, sino también mucha gente que estaba haciendo fila, lo sé por sus miradas de incertidumbre y algunas de terror.
Una vez a dentro el ruido era muy molesto, pienso mientras me acomodo mi saco y empiezo a caminar, buscando a una solo persona, mi mirada recorre prácticamente todo el lugar y aun no la encontraba, así que sin decirle nada a Gregori o a los guardaespaldas, me dirigí asía la multitud con la esperanza de encontrar a Alice en las mesas que estaban siendo tapadas por el tumulto de personas, para mi fortuna, no tarde mucho en encontrarla, pero lo que veo no me deja muy contento.
Estaba sentada en una mesa muy cerca de un tipo que no sé quién demonios es, claramente se ve muy borracha, mucho más que cuando se atrevió a darme una cachetada, pero lo que de verdad me hace molestar es que el tipo está muy cerca de ella y no solo están compartiendo una botella de alcohol, sino que el tipo también tiene una mano en su espalda y le está sonriendo y lo que más me molesta es que ella le está devolviendo la sonrisa, quiero que me sonría así solamente a mí.
No se de donde saque ese pensamiento tan tonto, pero lo borro y me dirijo a la mesa.
_No te lo acabes, dame más._ le dice Alice a el tipo ese.
_Si se acaba podemos besarnos y así es como si bebieras lo que yo bebí._ le dice el maldito acercándose más a ella, si hace eso, es hombre muerto.
_Así no funciona, eres un tonto._ le dice Alice quitándole la botella.
Antes de que pudiera tomar otro tango se la quito de las manos.
_Oye que demonios te pasa._ me dice volteando y bajándose de la silla donde estaba sentada, pero de lo borracha que esta, se tropezó con sus propio pies y se hubiera caído si no fuera por mi, que la sostuve y la acomode contra mi pecho, rodeándola con mi brazo libre, mientras dejaba la botella que le había quitado hace unos instantes en la mesa. _Ooooh… ereeees Anton!._ me dice mientras me abraza, si fuera otra mujer la hubiera apartado al instante pero con ella no sé por qué no lo hago.