Capítulo 26
Alice
Al llegar a el restaurante, puede confirmar que si era un lugar elegante, pero a diferencia de otros lugares donde preguntan a nombre de quien está la reservación, en nuestro caso había un mesero en la puerta que nos guio a nuestra mesa, no pregunto nombre ni dijo nada, solo pidió que lo siguiéramos.
—Les dejo las cartas, en un momento vengo a tomar su orden.— nos dice mientras se aleja.
— ¿Qué quieres comer?.— Me pregunta Anton sin abrir su menú, yo por mi parte lo abro.
—No sé, ¿qué crees que es rico?.—
—Los cortes de carne son buenos.—
—Entonces un corte de carne será.—
Cuando volvió el mesero Anton pidió por los dos, no se que pido ya que lo pido por el nombre del platillo, unas ves que llego el mesero con nuestra comida también lo hizo con un vino que sirvió en las dos copas puestas en la mesa, cuando se retiró solo vi a Anton.
— ¿Qué pasa?.— me dice mientras sujeta su copa y toma un trago.
—Aún estoy tomado medicamentos, no puedo tomar nada de alcohol.—
—Mierda…— murmuro en lo que llamo otra vez al mesero y ordeno un jugo de naranja fresco.
La comida iba tranquila y la verdad me sentía bien, solo que la mirada de Anton me hacía sentir nerviosa.
— ¿Por qué me miras tanto?.— le pregunto de repente.
—Solo es que me gusta verte comer, sabes no eres como las demás mujeres que conozco, que no comen ni un bocado de lo que estas comiendo.—
— ¿Me estás diciendo que como mucho?.— le pregunto mientras le sonrió
—No lo digo de mala forma, si no que me parece fascínate, me gusta.—
—Bueno tengo pocas cosas que me hacen feliz, y la comida es una de ellas y como dice mi mamá, hay que enseñar las curvas, que para enseñar huesos vamos a tener mucho tiempo en el panteón.—
—Estoy de acurdo con tu madre, las curvas que he visto me han parecido más que fascinantes.— me dice mientras me ve con ojos penetrantes y me da un escalofrió por todo el cuerpo y aunque no me pueda ver, puedo sentir que me he puesto roja de vergüenza ahora que recordé lo del incidente de la toalla y yo frente a Anton desnuda.
—Yo… creo que hay que comer porque se va a enfriar y puede que ya no este rico.— le dije volviendo a comer si atreverme a verlo a los ojos.
………………………….
El resto de la comida ya dijimos nada, solo quería comer rápido para ya no estar tan cerca de él, pero se me olvido que para regresar a la mansión me tenía que ir con él. Afortunadamente para mi era hora de tomar mi medicina, una que me daba un poco de sueño que voy a aprovechar para dormirme durante el viaje.
……………………….
Mi plan funciono, ya que Anton me despertó cuando llegamos a la casa, pero si me di cuenta de que a pesar de que había dormido recargada para el lado de la ventana, estaba recargada en su hombro. En cuanto fui consciente de esto me separe de él y baje rápidamente de la camioneta. Pero él también se había bajado y veía detrás de mi.
—Tu actitud me lastima Querida Alice.— me dijo aunque pude notar su voz burlona.
Yo le iba a contestar pero en eso se abrió la puerta de la casa y dejo ver a un Gregori un poco enojado.
—Valla ¿ya llegaron?.— nos preguntó en tono seco y frio.
—Sip, veras fuimos a comer.— le dije con una sonrisa
— ¿A comer?... ósea que si tienes tiempo para ir a comer pero no para encargarte de la organización… CARAJO ANTON!.— le grita de repente, haciendo que me sorprenda.
—Modula tu tono Gregori.— le contesta Anton alzando un poco la voz y dándole una mirada fría.
—Sabes que estoy harto y cansado, así que si tienes tiempo ve y encárgate de la organización que para eso eres la maldita cabeza no?.— le dice cuando pasa por su lado y se va.
—¿Todo bien con Gregori?, parecía diferente.— le pregunte después de verlo irse a toda prisa en su auto, también note que mas guardias habían visto la escena.
—No te preocupes por cosas innecesarias, todo está bien.— me dice mientras toma mi cara entre sus manos. —Pero tengo que ir a ver por qué se esta comportando así.—
—Bien… con cuidado.— le digo un tanto preocupada.
—Ahora ve a dentro y descansa.—
—Ok.—
Y así también Anton se va, supongo que a alcanzar a Gregori. Al entrar a la caza veo a Magi con cara de preocupación.
—Todo bien Magi?.—
—No lo sé Alice, todo esta muy raro.—
—A que te refieres—
—Gregori nunca se había comportado así, nunca le había reclamado nada a Anton, es muy raro su comportamiento.—
—Si, yo también lo noto y eso que no hace mucho que lo conozco, tú debes conocer mejor su comportamiento.—
—Conozco a esos dos desde que eran unos niños, solo espero que todo se arregle.—
—Entonces desde cuando trabajas para los Mikhailov?—