Tu Lado Romántico

Capítulo 34

Capítulo 34

Alice

Pasaron solo unos minutos pero para mí ya ha pasado una eternidad desde que Gregory llamo a Antón.  De repente vuelve a entrar Berlusconi.

— ¿Ya viene en camino? — le pregunta a Gregory.

—Ya, no ha de tardar mucho. —

—Perfecto, ya le dije a mis hombres que se vallan… para quedar solo él y nosotros… no sabes cómo voy a disfrutar tirar su cuerpo al mar. — le dice con una gran sonrisa, Gregory no hace expresión alguna.

—Lo que le hagas cuando deje de respirar no es de mi incumbencia. — le dice viendo lo seriamente.

—Siempre tan frio mí querido Gregory. — Gregory le iba a contestar pero se escuchó como una camioneta freno de golpe cerca de la entrada de la bodega. —Ya está aquí. —  con esa afirmación una sensación de horror me inundo que quería gritar que se fuera pero no podía.

No tardó mucho en abrirse la puerta de un solo golpe.

Antón recorrió con la mira la bodega sus ojos se posaron sobre mí y vi como una furia nació en sus ojos, pero cuando siguió mirando y vio a Gregory parado junto a Berlusconi vi como su mirada cambia aunar de total asombro y decepciona.

— ¿Qué está pasando? — pregunto Antón apretando más el arma que tenía en su mano y viendo directamente a Antón.

—Oh llegaste más rápido de lo esperado. — le dice Berlusconi

—Maldito bastado. — le dice Antón y apunta su arma hacia Berlusconi, pero Gregory alza su arma apuntando a su dirección, yo solo pude ver con impotencia como Antoni corría un peligro mortal por mi culpa.

—Yo que tu mejor me calmaba, no querrás adelantar tu muerte o la suya ¿verdad? — le dice Berlusconi mientras pasa una de sus asquerosas manos por mi cara.

—No te atrevas a tocarla maldito. — dice Antón en un susurro mientras se acerca hacia nosotros.

Las cosas pasaron tan rápido, Gregory que no había dejado de apuntar a Antón… le disparo, con la mordaza se ahogó el grito que di, cuando vi al hombre que amo ponerse de rodillas con las manos en su costado izquierdo y ver como la sangre… su sangre empezaba a fluir, mi corazón se detuvo por el miedo, no de lo que pudieran hacerme, sino de perder a Antón.

— ¿Por qué  haces esto Gregory? —

—Te atreves a preguntar del por qué, ¡Siempre he sido tu maldita sombra!, y estoy harto que el único reconocido como jefe seas tú y yo que hago igual o más cosas que tú para la organización no se me reconozca. —

— Si querías ser jefe, hubieras hablado conmigo… lo habríamos podido solucionar. —

—Hablar contigo, eres tan malditamente impermeables que nunca se puede hablar de nada… pero claro, llego alguien y todo cambio. — dijo señalándome con la cabeza sin dejar de ver a Antón. —Y todo se jodio para mí. —

—Y es donde entro yo. — dijo Berlusconi con una gran sonrisa. —Le ofrecí lo que nunca iba a tener contigo, la verdad nunca creí que iba a aceptar traicionarte, pero cuando mis hombres infiltrados en tu organización me dijeron que su relación se empezó a quebrar lo vi como una oportunidad de oro, y fue todo perfecto. —

— Ahora vas a ser un perro de Berlusconi. — le afirma Antón volteando a ver al piso, no sé si fue porque ya no quería ver a Gregory y su traición o si era por el disparo y la pérdida de sangre, sea lo que sea mis lágrimas empezaron a brotar y mis sollozos se hicieron fuertes, por un segundo pude ver como Antón se ponía tenso pero casi de inmediato relajo el cuerpo de nuevo.

— De hecho no, vamos a ser algo así como socios. — le dijo Berlusconi y volteo a ver a Gregory. —Por ciento se hace tarde para la cena, ¿No crees que ya es hora de terminar con esto? — Gregory asintió con la cabeza.

—Antes solo quiero decir algo. — dijo Gregory con la expresión  más fría que había visto, viendo a Antón. —No me culpes por esto, crecimos en este mundo podrido, donde solo importa el poder, y no importan los métodos que se tengan que hacer  para conseguirlo, la traición no es otra cosa más que un camino para llegar al objetivo  y posiblemente por todo lo que he hecho me valla al infierno, y ahí te veré a ti y no me importa de hecho me tiene sin cuidado, pero lo satisfactorio es que tu llegaras primero y yo aún disfrutare de mi vida y de lo que dejas… Adiós. —  Antón voltea a verlo y Gregory apunta esta vez sé que el tiro esta libre para ser directo en la cabeza, empiezo a moverme en la silla, tratando inútilmente de desatarme y correr hacia Antón y ser un escudo para él, pero es inútil.

Cierro los ojos esperando ese sonido maldito que indica que el disparo se ha realizado, cuando lo escucho aprieto más los ojos  que me arden por las lágrimas que empiezan a acumularse, pero siento algo cálido en la cara, cuando quiero abrir los ojos para ver que está pasando, escucho otro disparo y los vuelvo a cerrar, y esta vez escucho algo golpeando el suelo.

 

—MAL… DITOS. — Escucho a Berlusconi y abro los ojos inmediatamente y lo veo tirado casi frente a mí sosteniendo el hombro mientras una gran cantidad de sangre sale de la herida de bala que tiene, y al voltear pude ver el cuerpo inerte de Steve con un gran charco de sangre formándose alrededor de su cabeza.



#553 en Novela romántica

En el texto hay: mafiosos, romance, amor

Editado: 18.06.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.