Tú Loba y yo Vampiro

Capítulo#2 El disparo.

Capítulo 2 El Disparo.


Andrés marcó discretamente, con dedos temblorosos un número e informó la situación lo más rápido que pudo, luego cortó y sin pensarlo se dirigió en dirección al sujeto y a ella, que comenzaban a caminar muy juntos. Cualquiera que no hubiera visto lo que él precenció, pensaría que sólo se trataba de una pareja normal que se marchaba, apresuró el paso dando grandes zancadas y tocó al tipo por el hombro en señal de saludo y sin pensarlo bien lo abordó antes de que se la llevara de allí. No tenía ningún plan, solo se dejó guiar por el instinto. Puso cara de quien lo conoce de toda la vida y le habló tratando de ocultar el coraje que sentía y el ligero temblor de sus manos, no tenía miedo por él, sinó por ella, miedo de que el arma que se escondía debajo de su blusa se fuera a disparar por accidente, ni siquiera sabía si tenía el seguro o no:

―Hola amigo ―se sorprendió de lo firme y segura que salió su voz aún con lo nervioso que estaba, pero no lo demostró en ningún momento aunque todos sus músculos estaban tensos―, ¿no me digas que piensas marcharte tan pronto?, justo cuando la cosa se está poniendo buena―. Soltó lo primero que le vino a la cabeza, tratando de ganar tiempo. El sujeto se volteó y lo observó de arriba abajo, cuando clavó sus ojos nuevamente en los de él, frunció el ceño, lo miró con desconfianza, con rabia contenida y le respondió con fingida amabilidad:

―No vez amigo ―enfatizó la palabra "amigo" con un ligero aire despectivo, señalando a Laura con un movimiento de cabeza―, que ando con mi chica y tenemos mejores cosas que hacer―. Concluyó con voz baja y fría, con expresión amenazante, como miran todos los que se creen muy malos y que se están comiendo el mundo.

Andrés no pudo evitar mirarla y lo congeló lo pálida que estaba, parecía a punto de desvanecerse. Se veía tan vulnerable, con sus asustados y cautivantes ojos muy abiertos, que pedían ayuda a gritos sin necesidad de palabras o gestos. Sintió que se le encogía el corazón por tener que verla en una situación así y sin poder hacer nada.

Esa distracción fue la que aprovecharon los agentes de seguridad para acercarse al sujeto sin que este se diera cuenta. Cuando volteó el secuestrador para continuar su camino hacia la salida, con Laura pegada a él; se encontró rodeado y apuntado por cinco sujetos armados y de tamaño y complexión robusta, capaces de intimidar hasta al más valiente. Sintiéndose amenazado sacó la pistola de su escondite, donde la tenía amenazando a la joven, haciendo que se le escapara un sonoro suspiro de alivio a Laura, y rápidamente apuntó hacia donde estaban los hombres de seguridad.

Andrés vió la oportunidad y tomó a Laura fuertemente por el brazo, cuidando de no lastimarla y tiró de su delicado cuerpo hasta colocándola detrás de él, quedando su cuerpo masculino como escudo protector entre el individuo y ella. Su acción provocó que el agresor reaccionara, girándose en dirección a él y, tal vez asustado, se le escapó una bala que se alojó directamente en el abdomen del joven; no obstante paradójicamente él siempre agradeció ese disparo, porque lo último que vio, antes de caer inconsciente, fue una carita linda, asustada y preocupada que gritaba desesperada:

―¡Que alguien lo ayude, por favor! ―al mismo tiempo agarraban al hombre que le disparó y lo esposaban mientras él se hundía en la oscuridad absoluta.

***

Al abrir los ojos en el hospital, lo primero que vio fue una silueta borrosa junto a él, que a medida que se le pasaban los efectos de la anestesia, se le iba haciendo cada vez más nítida y su asombro fue tal, al descubrir de quién se trataba, que dio un respingo y de lo brusco que fue se lastimó la herida, soltando un leve sonido de dolor, que se le escapó llamando así la atención, sin querer, de una Laura trasnochada, que estaba ligeramente soñolienta y ojerosa. Ella tenía la mirada perdida, como viajando en sus propios pensamientos, pero al escucharlo volvió a la realidad y le dedicó una mirada larga, con una mezcla de ternura, preocupación y culpa:

―¡¿Ya despertaste?! ―una vez que salieron esas palabras se arrepintió por lo estúpida que sonaron para ella, en cambio para él fueron como música para sus oídos, el asintió con la cabeza tras ver lo roja que se tornaron sus mejillas tras la pregunta.
 

―¡Me alegro mucho!―, continuó diciendo mientras le dedicaba una dulce sonrisa y él se alegraba más por lo sincera que sonaron sus palabras. En su rostro se notaban unas ojeras profundas y bien marcadas alrededor de sus lindos ojos y Andrés supo que lo había cuidado toda la noche. Sintió una mezcla de alegría y pena, claro que le alegraba saber que ese precioso ser, que estaba a su lado, se haya preocupado tanto por él; sin embargo lo apenaba mucho saber que no había descansado nada:

―Con gusto te doy mi lugar en la cama ―bromeó divertido para amortiguar ese sabor agridulce que sentía, al tener a ese ángel cuidándolo en un hospital―. Te ves peor que yo.

Comentó sincero, con pesar.

―¿Me estas diciendo fea? —espetó en su papel de ofendida, cuando era más que evidente que se esforzaba por contener su risa.

―No, ¡claro que no!, jamás diría eso, luces cansada, pero hermosa, eres la chica más bella que e visto en toda mi vida.

―Gracias... —agradeció tímidamente con las mejillas enrojecidas, «era alucinante ver lo tímida que se veía ahora, la hacía ver más hermosa, sí es que eso era posible, que cuando estaba frente a mí en la barra perfectamente maquillada, con rostro fresco y aires de princesa.», pensó fascinado, sin dejar de observarla.

―No es un cumplido, es la verdad. Aunque seguro debes de estar acostumbrada a que todos te lo digan.

―No tanto —expresó arrebolada e incómoda, aunque ni ella misma se creía sus propias palabras—. Pero no me gusta...—. Agregó. No quería causarle una mala impresión.

―Si prefieres que te digan fea... yo lo hago, con tal que no te enojes y poder seguir disfrutando de tu agradable compañía y tú hermoso rostro ―le interrumpió con marcado tono de humor, para ver si lograba ver otra sonrisa dibujada en sus moldeados y apetecibles labios.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.