Tú Loba y yo Vampiro

Capítulo#72 Los Chinos.

 

Andrés se encontraba listo para irse a trabajar, Laura le arreglaba el cuello de la camisa mientras aprovechaba para besarlo y él le correspondía con pasión. Siempre sentía los mismos sentimientos y deseos por su esposa, incluso más, sentía que con cada día que pasaba la amaba más, no sabía cómo tanto sentimiento le cabía en el pecho, cada día crecía más y más. Estaba totalmente seguro que nunca se cansaría de ella, se imaginaba siendo viejitos y besándola de la misma manera.Laura se apartó de él con pesar, quería más, pero se le iba a hacer tarde a su esposo y no quería que por su causa hiciera algo que no era propio de él, llegar tarde; además hoy era un día diferente, al recordarlo le preguntó.

―¿Estás seguro de que puedes llevar a la niña?, ¿no te traerá problemas?  

―Claro que no, ya hablé con Mario, la obra ya está terminada, hoy sólo le mostraré las instalaciones a los propietarios, sabes que Mariluna no es cualquier niña cariño...

―Sí, lo sé, es un adulto en el cuerpo de una niña, pero los demás no lo saben, ni lo pueden saber...

―No te preocupes amor, todo irá bien, sabes que lleva tiempo pidiéndomelo, no me puedo negar más.

―De acuerdo, voy a ver que le hace falta para estar lista―aceptó Laura y salió del cuarto matrimonial, atravesó el pasillo hasta la habitación de su hija, era la última, estaba colocada con vista al mar, era preciosa, con un paisaje de un bosque en tres D que la hacía ver más grande, la cama amplia, con un espaldar en forma de un sol naciente, una preciosa vestimenta, bien amueblada, con cortinas verdes como las hojas. Para sorpresa de Laura ya la niña estaba lista, se  encontraba sentada frente a la peinadora, su encantador rostro angelical se reflejaba en el espejo, pero Mariluna no se miraba en él sino que observaba atentamente su extraño collar del peculiar diamante, tan azul como sus ojos y partes de su cabello. Le pasó por la mente que ese collar y la niña estaban conectados de alguna forma.  

―Buenos días hija.

―Buenos días mamá―correspondió al saludo de su madre con afecto aunque un deje de nostalgia y tristeza opacó su dulce voz, guardó su collar en el cajón, lo cerró y se volteó con ojos vidriosos―ya voy.  

Laura se imaginó que estaba pensando en su familia, sintió dolor por ella, porque perdió a todos sus seres queridos siendo tan pequeña, pero ella y Andrés estarían siempre para ella, no era lo mismo, lo sabía, una pérdida nunca se supera del todo, lo experimentó en carne propia, pero harían todo lo posible por hacerla feliz, la amaba tanto como amó a Sofía y la sentía tan hija suya como si también la hubiera llevado nueve meses en su vientre. Se acercó a la pequeña y la abrazó con los ojos húmedos.

―¿Sabes cuanto te quiero?

―Sí, yo igual los quiero mucho mamá. No te preocupes por mí, estoy bien.

Permanecieron un momento abrazadas, luego se incorporaron y se dirigieron rumbo a la salida, Andrés estaba al inicio de la escalera, tan atractivo y varonil con su traje formal, las observó acercarse con administración, sus dos mujeres eran su vida, no sabía que sería de él si alguna de ellas le faltará. Los tres bajaron juntos, una vez en el amplio comedor ocuparon sus puestos habituales y desayunaron en silencio, todo estaba listo como de costumbre, su querida empleada era muy eficiente. Cuando terminaron se despidieron de Laura y se fueron en el coche de Andrés, primero la llevó al edificio donde radicaban las oficinas, la presentó formalmente a todos sus compañeros, Martha y Mario estaban alegres de volver a verla. Todos quedaron encantados con Mariluna, los que conocieron a Sofía se impresionaron mucho por el enorme parecido físico más no lo exteriorizaron para evitarle a Andrés recuerdos dolorosos. Todos estaban felices por Andrés, la normalidad había vuelto a su vida, eso es lo que todos creían pero su vida ya no tenía nada de normal. Lo que sí era cierto es que era completamente feliz, con su rara familia pero dichoso de tenerla. Mario le informó que los empresario chinos lo esperarían en la obra a las 9:00 a.m.

Se dirigieron para el lugar,lo acompañaban el arquitecto, un ingeniero ambiental, los proyectistas, calculista, computista, Procurement manager, gerente de proyectos, gerente de construcción, inspector de obras, Mario como coordinador de obras (Jefe o gerente de obra), gerente de mantenimiento, consultor de normas técnicas, electricista, maestro de obra, gerente de proyectos, ingeniero acústico, albañil; un representante de cada una de estas disciplinas, y Andrés como encargado de la construcción (gerente de construcción).Era un edificio empresarial que tenían bastante retrasado pero él logró culminarlo dentro de la última fecha establecida para su culminación. Llegaron al lugar y poco s minutos después llegaron los chinos, eran quince señores, de estatura promedio en esta raza asiática, con sus facciones características, algunos ojos aumentados de tamaño por espejuelos con aumento, se saludaron cordialmente, posteriormente entraron por la puerta principal doble de cristal ahumado. Le mostraron a los propietarios asiáticos y a sus acompañantes, que por cierto eran ingenieros, todas la áreas del edificio, explicándole todo lo relacionado con la seguridad y condiciones, etcétera. Mariluna los seguía de cerca, escuchándolos hablar, el que daba mayormente todas las explicaciones era su padre y a los chinos lo oían atentamente, aunque tenía la impresión de que estos no lo entendían mucho, hubo uno que al parecer no dominaba el español y le preguntó al compañero del lado, discretamente que le explicara cual eran las oficinas de la gerencia, Mariluna no pudo aguantarse y le dijo en su idioma donde estaban y además le aclaró todo lo que el papá les había dicho hasta el momento.  

A Andrés, y a todos los presentes en general, se les cayó la quijada y se quedó con la boca abierta. Él no sabía que su hija hablara chino, menos se esperaba que lo hiciera con tanta fluidez, los Chinos comenzaron a conversar con la menor, al principio se quedaron impresionados y en silencio, pensaron que ni los niños de su país hablaban su idioma tan bien a tan corta edad, pasada la impresión conversaron animadamente con ella, después de un rato conversando de quien sabe qué, pensaba Andrés, que no conocía absolutamente nada de ese idioma, la niña se giró hacia él y le dijo que siguiera hablando que ella sería su traductora y así lo hicieron. Todos los compañeros de trabajo de Andrés, los que anteriormente fueron mencionados por su cargo,en un inicio pensaron que era un juego de la niña, haciéndoles creer que hablaba chino pero al ver la conversación que se desarrollaba entre ella y los Chinos y que estos le respondían en su idioma, les quedó evidente que sí lo hablaba, cuando la niña se giró a su padre ofreciéndose como traductora todos la aplaudieron efusivamente, incluyendo a su asombrado padre, que se recuperó lo más pronto que pudo y trató de disimular, aparentando que ya lo sabía para no levantar sospechas, luego tendría que hablar seriamente con Mariluna, si de verdad quería permanecer en el anonimato no podía volver a cometer una imprudencia de esa magnitud, sí de verdad quería que nadie se diera cuente de que que era diferente tenía que contenerse, y él no quería que nadie se diera cuenta de lo que en verdad era ella, el solo hecho de imaginar lo que podría pasarle lo aterraba, tenía que evitar escenas públicas de ese tipo sin lugar a dudas. Los chinos también se le unieron en lo aplausos. Mariluna se puso roja al percatarse de que metió la pata, pero ya no había marcha atrás, lo hecho, hecho está.




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