—Hija, te encargo que atiendas muy bien a tu profesor y a su hermano, tengo otros asuntos que atender—le hizo una seña cómplice y se marchó, ella no entendía el comportamiento de su padre.
—Les presento a mi hermano Darién Giménez, ella es Mariluna.—habló Adrián y Meliades le estrechó la mano a continuación.
—¡Al fin te conozco!—fueron sus palabras y tanto Mariluna como su amiga lo miraron extrañadas.
—Mucho gusto.—expresó mariluna.
—Todo el placer es mío—Meliades le hizo una reverencia incluida con sus palabras a Mariluna, demaciado educado el hermano del profesor, pensó y disimuló una sonrisa, no fue la única, Sandra hizo lo mismo.
—Y ella es Sandra, su amiga y también mi alumna.
—Es un placer princesa—le dijo a Sandra y esta desvió la vista nerviosa mientras que sus manos le comenzaron a sudar.
—Igualmente—le dijo con un hilo de voz—lo de princesa no, claro—corrigió y todos soltaron una carcajada, su piel aceituna que no se la notaba al cambio de color tan fácil tomó el mismo tinte que cuando se estaba ahogando en la cafetería.
―No te avergüences princesa que aquí está tu príncipe para rescatarte, cuidarte y protegerte siempre.
―¡¿A qué estás jugando Meliades?! te recuerdo que estás aquí porque querías conocer a mi mortal, no para jugar con su amiga, si me rechaza Mariluna por tu causa te juro que te mato.―le advirtió Adrián solo a su primo utilizando su habilidad.
—No te molestes primo, yo no pensaba comportarme así pero es muy hermosa su amiga y su olor a sangre me tiene loco, está con el periodo y es muy abundante.
—Sí, lo sé; pero contrólate como lo hago yo, si estuvieras en una universidad rodeado de jovencitas donde muchas están en sus días yo no sé que harías.
—Fácil, hipnotizo a una o a varias y me las llevo para el baño.
—¡Que no se te ocurra hacerle algo así a Sandra!
—¡No!, ¡claro que no!, ella me cae bien.
—Compórtate, después no digas que no te lo advertí, te estaré observando.—le amenazó y era capaz de cumplir con su amenaza si le estropeaba todo lo que había avanzado con Mariluna ¡y Meliades lo sabía?, su primo podía ser muy peligroso si se lo proponía o si lo desafiaban. Sus advertencias nunca eran en vano. Cesaron la comunicación telepática. Adrián comenzaba a enfadarse y no quería escuchar más las idioteces de su primo. Lo quería pero a veces más quería matarlo, particularmente cuando se comportaba así. Nadie creería que le llevaba algunos siglos de edad. Meliades era muy infantil e inmaduro. Aunque no siempre era así por suerte, también había dentro de su primo un gran amigo comprensivo e inteligente. Uno con el que siempre podía contar, él lo también contribuyó a formar su personalidad, a que lograra ser quien era, por eso le toleraba muchas cosas y tenía un lugar importante en su corazón.
Adrián estaba frente a Mariluna y Meliades frente a Sandra, sin quererlo eran el centro de atención, eran las parejas más atractivas y llamativa del lugar; pero muy por encima estaba la pareja de Adrián y Mariluna, ellos resaltaban por su belleza sin igual y opuestas, era como mirar a la Luna y al Sol cortejándose,el cabello dorado y brillante de Alex eran como los rayos del sol ylos de Mariluna lanzaban tonos plateados como la Luna, lo azul de su cabello al estar cerca de los vampiros brillaban, pero como era de día sólo lo azul se veía plateado y entre lo azabache del resto, hacía que pareciera la misma representación de la noche, si había diosa de la noche seguro tendría esa imagen perfecta de Mariluna.
—Cada día está más hermosa Mariluna—le decía Qiang a Andrés, pero ese mismo comentario o parecido se había extendido por todo el salón—tenía la esperanza de que hiciera pareja con uno de mis hijos pero ya veo que no sucederá.—admitió con pensar— en nuestra cultura no permitimos miembros que no sean de nuestra raza pero con tu hija encantado haría la excepción.
—No niego que sería un honor pertenecer a tu familia pero en asuntos del corazón mi hija tiene libre albedrío.—respondió Andrés cortez pero firme. Jamás se interpondría en la felicidad de su hija, nunca sería un obstáculo cuando ella se enamorara. Ella era lo suficientemente madura para saber elegir y si de todos modos se equivocaba al menos lo intentó, él estaría a su lado en todo momento, pero eso sí: pobre del hombre que se atrevíera a jugar con sus sentimientos... Recordaba la diferencia de estatus entre él y Laura y si no hubiera sido porque él le salvó la vida a su amada, sus suegros nunca lo habrían aceptado y aún siendo tan diferentes habían sido felices, lo eran.
—Mis hijos tienen que escoger a alguien que esté a su nivel... mi hijo mayor se ve entusiasmado con esa joven, nunca lo vi así.—Andrés siguió la mirada de Qiang y vio a la pareja que conversaban animosamente, se veía química entre los dos y tenían un brillo especial en las miradas.
—Es una excelente mujer, hecha y derecha, te lo digo con propiedad, es maestra y muy buena. Lleva muchos años siendo amiga de mi hija.
—No lo niego pero no está a su altura, no como tu hija...
Andrés miró con pesar a la pareja que conversaba alejados de los comentarios del prestigioso empresario Chino. Un amor que se veía florecer ante sus ojos y que ya lo querían cortar de raíz. No se merecía esa muchacha, que tanto apreciaba él y su familia, que tenía tanbuenos sentimientos y que además era tan culta y educada, que la consideraran poca cosa; pero no podía meterse en eso, Qiang también era su amigo y solo quería lo que creía que era mejor para sus hijos, aunque estuviera herrado.
—Hija, ¿no vas a presentarle tu invitado especial a tus abuelos?—le pregunto Laura mentalmente.
—Todos son invitados especiales mamá y sí, ya lo llevo para allá.—entonces dijo en alta voz para los tres que estaban a su lado.
—Acompañedme a dónde están mis abuelos y mi madre.
Los tres la siguieron y al llegar Mariluna tomó la palabra.
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Editado: 18.05.2022