Tú Loba y yo Vampiro

Capítulo#87 La venganza del Vampiro.

 

Maikel se transformó para quedar a la par de su monstruosa rival, quedando así una pareja de monstruos gigantes totalmente diferentes, una loba humanoide aterradora y una especie de gárgola chupacabras, peleando furiosamente a muerte; aunque a ambos les resultaba difícil hacerse daño entre sí. Él vampiro estando en su forma de hombre fue herido muchas veces por la loba, pero en la actual forma era más difícil, su piel era mucho más resistente y su fuerza física había aumentado considerablemente. La loba se lanzó con su enorme boca abierta, mostrando sus grandes colmillos blancos intimidantes, dispuesta a terminar de una vez con el monstruo, pero Maikel anticipó el ataque y haciendo un movimiento rápido la tomó por una de sus peludas manos y agarrándole al mismo tiempo con la otra mano grisácea y lisa una pata, dio unas cuantas vueltas con ella para luego lanzarla de cabeza con todas sus fuerzas, acompañándose con la velocidad del impulso, contra la gruesa pared en donde estaba una mesita de vidrio con varios objetos sobre ella. La colisión hizo que se agrietara la zona de impacto, que todo encima se rompiera y la mesita quedó hacha pedazos, con trozos de vidrios por doquier, provocando un estruendo muy intenso, no sólo el de los vidrios rotos sino un golpe seco acompañado de un potente eco retumbante de las paredes, que se escuchó en toda la mansión.

Laura quedó aturdida por el impacto y Maikel aprovechó para acercarse al cuerpo inerte de Andrés y le torció el cuello en un movimiento ágil y rápido para que no hubiera ninguna posibilidad de que quedara con vida. Sacó un papel que ya traía escrito de antemano y lo dejó al lado del cuerpo sin vida de nuestro querido Andrés. Mientras en la puerta se escuchaban los gritos de Sara llamando a sus patrones a gritos y dando golpes desesperados en la puerta cerrada debido a que Maikel, después de ingresar al recinto, le pasó el seguro. La venganza del Vampiro era irracional, pagaba su odio con personas inocentes que ni siquiera conocía, pero se llevó una sorpresa que no esperaba, se encontró con una rival muy fuerte, capaz de lastimarlo.  

Laura se removió, saliendo poco a poco de su aturdimiento, todo le daba vueltas a su alrededor y su visión era borrosa, no era capaz de distinguir nada con claridad. Maikel sospechó de que pronto se incorporaría, era fuerte su oponente, tuvo que reconocerlo, se encontraba bastante lastimado y las heridas provocadas por esa cosa se le estaban tardando más de lo normal en cicatrizar, las tenía abiertas y sangrantes y él con todo lo que le hizo no logró hacerle un rasguño externo, ni con todos los objetos filosos que le lanzó e incluso estaba tirada sobre una montaña de vidrios rotos y evidentemente filosos, hasta algunos hundidos en su pelambre y no había ni el menor rastro de sangre. Era increíble ver a la peluda y enorme criatura sobe una mesa de cristal hecha añicos y que ningún vidrio filoso haya atravesado su piel, sólo quedó aturdida por el fuerte golpe en la cabeza. 

Los gritos que se escuchaban afuera lo estaban aturdiendo, si no fuera porque estaba agotado y muy mal herido se hubiera alimentado de la insoportable y escandalosa mortal que escuchaba tras la puerta: tenía, sin lugar a dudas, las cuerdas vocales más potentes que hubiera escuchado nunca y mira que él había matado a personas, los había casado, había jugado morbosamente con sus víctimas e incluso mostrándoles sus habilidades sobrenaturales y su monstruosa apariencia ¡y ni siquiera así habían gritado tan alto! Tras lanzar una última mirada a la horrenda criatura se lanzó por la ventana de cristal cerrada, dejando el tintineo de vidrios al caer mientras él alzaba el vuelo hasta perderse en la oscuridad de la noche clara.  

Maikel tenía una habilidad que todos desconocían, su camuflaje era perfecto, tomaba el color de lo que se acercara, así fue como tardaron tanto en atraparlo después que sucedió la tragedia de sus padres. El odio que sentía por los Lobos y por los de su propia especie era letal, enfermizo, de forma adicional y sin aparente causa, a los humanos o más bien los consideraba insignificantes, indignos de ser considerados el ser superior que domina el planeta, cuando él era capaz de matarlos como si fueran moscas. Consideraba injusto el hecho de tener que esconderse cuando la humanidad caminaba libre por el mundo y hacían sus vidas libremente.

Recuerdos sobre la huída de Maikel, cuando lo sorprendió Adrián junto con Meliades y Alexia con la adolescente.

Durante su huida temió ser descubierto por Adrián, lo tuvo tan cerca en diversas ocasiones pero logró camuflajearse entre las nubes y Adrián no lo percibió. Odiaba más que a nadie al arrogante príncipe por ser el hijo de la Reina de los Vampiros, la misma que lo encerró sin tener en cuenta su dolor por la muerte de sus padres, porque tenía el privilegio y el poder y porque le daba la gana de odiarlos a todos, porque su corazón era frío y estaba envenenado de ira, rencor, maldad. Cuando vio al joven príncipe dar por terminada la búsqueda y descender a tierra, respiró aliviado, pero sólo bastó un segundo para recuperarse y volver a pensar con mente fría, calculadora y psicópata, en vez de aprovechar la oportunidad para perdérsele para siempre o al menos por un buen tiempo descendió lo suficiente hasta poder ver con claridad lo que Adrián hacía, pero manteniéndose en el aire, agitando fuertemente sus grandes alas, lo suficientemente lejos para no ser detectada su presencia. Observó que se despedía de su compañera y tomaba el rumbo de regreso por donde mismo vino. En ese momento  decidió invertir los papeles y seguirlo. Le pareció muy extraño que se regresara, algo lo hacía devolverse y él averiguaría cual era  ese“algo” y si descubría que era lo que le importaba lo iba a utilizar para dañarlo una vez más. La satisfacción que sentía al dañar al hijo de Isabel era enfermiza, su mente funcionaba como la de un psicópata, sabía que arriesgaba su vida pero no le importaba con tal de seguir lastimando al futuro rey de los Vampiros. La adrenalina lo excitaba más, correr riesgos y ganar se había convertido en la única motivación para su vida. Sospechaba que la responsable de que lo encontraran era la que dejó atrás buscándolo, se refería a Alexia, se reía interiormente de actuar contrario a lo lógica porque era algo que jamás se esperarían. 




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