Laura llevaba más de un mes sintiendo los mismos síntomas del estómago entre otros como malestar general, debilidad, cefalea(Dolor de cabeza), mareos. Las nauseas eran cada vez más insoportables. Trató de ocultar su afección lo más que pudo pero le fue imposible. Estaba preocupada, algunos se parecían a los síntomas que presentó durante el embarazo de Sofía pero muchísimo más agravados. Sabía que era imposible que estuviera embarazada, pero no se explicaba que más podía ser, Mariluna le había dicho que los lobos no se enferman. Salió a la farmacia y se compró tres pruebas de embarazo, por suerte sí habían ya que en estos tiempos es raro que haya lo que buscas o necesitas y que te vendan la cantidad que pidas, lo que sí eran muy caras (pero los que tienen pueden), además corrió con suerte de que no eran por número de cédula, algo que se volvió ley en este país (osea los productos “supuestamente” regulados y tan necesarios,{porque son los productos de primera necesidad}, y que normalmente no aparecen en los estantes de ningún establecimientos. Muchas veces o casi nunca, para algunos NUNCA, la mayoría de las veces no lo puedes comprar porque no les toca a su número de cédula, [el último número que termina tu cédula]. Lo que se resume que únicamente compras a la semana dos tristes veces, y cuando al fin te toca ya no hay lo que no pudiste comprar ese día, que sin cola o con muy largas colas, y que verdaderamente necesitabas). Laura ni su familia se vieron afectados por esta crisis, pero eso no significaba que le era indiferente, sufría por las necesidades de los menos favorecidos. No podía hacer nada al respecto, aunque a veces se le antojaba comerse a unos cuantos responsables de dicha situación.
Llegó presurosa a su morada, estacionó su auto en el garaje y entró a la mansión, atravesó el gran salón y subió las escaleras de caracol, al estar en la segunda planta no se dirigió a su dormitorio sino que entró en uno de los que permanecían vacíos, cerró con seguro y caminó hasta el baño. Su rostro denotaba ansiedad, esperanza, confusión; leyó las instrucciones del producto con detenimiento y luego procedió a hacer todo lo que le indicaba, paso por paso. Se sentó a esperar el tiempo apropiado, estaba nerviosa, sudaba mucho, se secó sus manos con la elegante ropa, miro la hora en su celular, se paró de golpe de la esquina de la cama en donde estaba sentada, se acercó a la mesita de noche y tomó el control de aire acondicionado que estaba encima, subió al máximo la temperatura y se volvió a sentar en donde estaba anteriormente.
Después de un rato, mirando cada detalle de la habitación para distraerse, miró de nuevo el celular. «¡Ya era hora!», exclamó mentalmente, entonces descubrió que tenía miedo de saber el resultado. Inhaló profundo y exhaló ruidosamente, se dirigió a donde estaba la razón de su tormento y casi se desmaya al comprobar el resultado.
...
Mariluna llevaba días preocupada por su madre, le preguntaba que le pasaba y respondía con evasivas, restándole toda importancia a los síntomas que tanto ella como su padre notaban pero que Laura se negaba a admitir. El sonido de su teléfono llamó su atención, era el tono de mensaje, se acercó desganada, no tenía ánimos de nada, la preocupación que sentía por su madre la consumía, de todos modos decidió ver quien era, cuando revisó comprobó que se trataba de su amiga Sandra, le alegro saber que era ella:
Hola amiga, ¿cuando te incorporas a clases?, nada es igual sin ti, te extraño mucho, cuando veo al profesor Alex dando la clase es cuando más pienso en ti. Voy a reprobar porque apenas me concentro, en química todos te extrañan, hasta el profesor Julio, siempre pregunta por ti. ¿Como sigue tu papá?
10. 31 AM Sandra
Se sintió una mala amiga, Sandra tan linda pensándola, extrañándola preocupándose por ella, hasta por la salud de su padre y ella la había olvidado por completo. Era hora de decirle que estaba de vuelta, aunque en realidad nunca se fue.
Estoy en casa, el lunes me incorporo, mi papá está bien, muy recuperado, gracias por preguntar. Yo también te extraño.
10 : 33 AM Mariluna
Y se quedó pensando en la universidad, en el día que se conocieron, en todo lo que habían compartido juntas. Era la primera amiga de su misma edad. Volvió a sonar el teléfono y se puso a leer el nuevo mensaje de texto.
Tu mensaje me ha alegrado el día!, al fin escuchar sólo noticias buenas, por mi parte te cuento, ahora que debes tener más cabeza para tus amigos, que estoy saliendo con el hermano del profesor Alexander. Me gusta muchísimo, creo que me estoy enamorando... Aún no somos nada, él es un poco tímido, quizás no a tenido una relación seria, pero es muy tierno y gentil, bastante maduro y responsable, a mis padres les agrada y estoy muy feliz. Me molesta que el profesor Alex nunca pregunte por ti, no me gusta darte esta noticia pero no te menciona ni al pasar la lista, es para que no te ilusiones con él, pero ya hablaremos personalmente, estos temas no se tratan por teléfono. Como amiga te digo que tienes muchos motivos para ser feliz, tu papá se recuperó, tu familia te adora y tienes una amiga que te idolatra, osea yo por si no lo adivinaste.
10: 40 A.M Sandra
Terminó de leer sonriendo por las ocurrencias de Sandra y enseguida escribió su breve respuesta comparado con el periódico de su amiga.
Me has mandado toda una carta, no te preocupes que yo estoy bien, en cuanto al profesor Alex tenemos mucho de qué hablar pero será en otro momento, besos y abrazos, muy pronto nos veremos.
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Editado: 18.05.2022