Tú Loba y yo Vampiro

Capítulo#97 No quiero volver a verte.

 

Adrián la miró directamente a los ojos y lo primero que notó fue que se le habían humedecido. Toda ella emanaba luz, su pelo, su collar. Parecía irreal y estaba más bella que nunca pero en su mirada había decepción, angustia y ¿odio?, decidió ignorar esto último, no quería creer, ni siquiera pensar que ella lo pudiera odiar.

—Déjame explicarte—expresó con tono cansado, pensando que ya era hora de admitir lo que era, no tenía ni la menor idea de como lo descubrió, pero ya estaba cansado de engañarla; porque admitía que comenzó a engañarla desde el mismo día en que Mariluna le preguntó que si conocía a Maikel y él se lo negó. Sabía que su castillo se había construido con base de mentira, nada así dura para siempre, todo lo contrario, en cualquier momento todo se derrumba. La felicidad no dura para siempre cuando hay secretos ocultos, mentiras o traiciones, de cierta manera él la había traicionado. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo, parecía que un relámpago lo había azotado, cayó en cuenta de que la había perdido.

—¿Explicarme qué?—le espetó Mariluna con rabia e ira contenida, pero sus ojos relámpagueaban haciéndole pensar a Adrián que esta vez sí la había perdido para siempre. Es increíble como las cosas cambian de un momento a otro, hace poco se sentía el hombre más afortunado del mundo y ahora sin dudas era el más desdichado, y todo pasaba en una misma noche. Cuando más cerca estás de alcanzar el cielo te olvidas de los pecados que no se perdonan, que son como un estigma que llevas marcado en el cuerpo o en el alma, y de la nada una fuerza invisible te arrastra hasta el mismo infierno. «Después de todo ¿qué otra cosa podría esperar de mi mísera existencia?», pensaba desahuciado y desesperanzado, «su alma pertenecía al diablo, como dicen los mortales, era un vampiro. Una criatura oscura y maldita, una creación maligna e indigna de amar y ser amado». Aunque él se sintiera bueno y actuara como tal, no dejaba de ser lo que era y eso nada ni nadie lo podía cambiar. No obstante, a pesar de sus tétricos y sombríos pensamientos, puso todo su empeño en tratar de convencer a su amada de que no lo ocultó por maldad sino por miedo, miedo a ser rechazado, a perderla, a asustarla  y luego de saber lo que ella era en realidad, el miedo se multiplicó infinitamente. Tenía que encontrar la forma de transformar sus pensamientos en palabras; pero e allí el problema, no sabía como ni por donde empezar. Tenía la mente hecha un caos y no le encontraba ni pies ni cabeza.    

—¿Porqué lo hice?...—repitió la pregunta para sí, como para dar tiempo a organizar sus ideas—porque tuve miedo a ser rechazado... primero porque creía que eras mortal y después porque no lo eras.... y todo se fue complicando, entiéndeme por favor.—suplicó con voz dolida, con un nudo en la garganta, conteniendo las lágrimas rebeldes que amenazaban con salir y él no era débil, nadie ama a un ser débil y si se rebajaba era porque él era el que había fallado o eso quería creer.

—Te entiendo, no creas que no lo hago, pero tú sabías mi secreto, lo más lógico era que me contaras el tuyo, teníamos una relación y si decidiste continuar con mentiras es que esto que teníamos no era tan importante.  

—No hables de nosotros en pasado...

—Es que ya es pasado—lo interrumpió alterada.—¿Como crees que puedo seguir contigo si pusiste a mi familia en peligro?, y tuviste el descaro de negar queconocías al tal Maikel, te pregunté en tu propia cara y me mentiste, negaste conocer a uno de tu propia especie, ¿o ahora me vas a decir que sólo omitiste igual que cuando ocultarte el parecido que yo tenía con tu novia fallecida?, eso pude perdonártelo ¿sabes?, pertenece a tu pasado, pero el resto no.

—¡Ya entiendo porqué me mantenías ocupada recorriendo todo el continente norteamericano!—se escuchó una voz femenina y molesta muy cerca de ellos, ambos se giraron hacia la dirección de donde provenía y vieron de quién se trataba.    

Adrián se tensó desde el mismo momento en que la escuchó, no necesitaba verla para saber de quién se trataba, había escuchado esa voz desde que tenía uso de razón, no fue un niño prodigio como Mariluna pero recordaba su vida desde mucho más temprano que lo normal y Alexia fue muy maternal con él, algo impropio en los vampiros, no tanto como la madre de su novia, pero si lo suficiente para no sentirse tan solo en su infancia.

¿Nunca han sentido que después de que pasa algo malo todo lo malo se desencadena justo después de lo primero? Una sucesión de sucesos inesperados e improbables comenzaban a desencadenarse, como si se tratara de una secuencia programada de detonaciones, si pudiera rezar lo habría hecho ya sí con ello pudiera evitar que siguiera en curso éstos o más acontecimientos. Deseó con toda el alma tener el poder de viajar en el tiempo para   solucionar esto que estaba pasando, lamentablemente ese poder no lo tenía, nadie lo tenía por suerte, admitió al final, reconoció que en manos equivocadas sería una catástrofe. Primero Mariluna descubrió su engaño y momentos después aparecía de la nada su tutora, definitivamente esa no era su mejor noche. Decidió prepararse porque todo estaba pasando como mismo imaginó en sus más profundos temores, definitivamente había pisado una mina y todo a su alrededor comenzaba a explotar.

Mariluna miraba desconcertada a la chica totalmente desconocida y increíblemente atractiva que los miraba molesta. Ahora entendía muchas cosas que se le habían pasado por alto, a lo mejor nunca quiso ver lo que siempre estuvo tan claro; él, su padre, su hermano, Maikel y ahora esta aparecida olían diferentes a los humanos y claro ahora sabía el por qué. Estuvo todo el tiempo cerca del enemigo y actuó como estúpida por ni siquiera sospecharlo; pero no iba a dejar que escaparan más vampiros con vida, su raza estaba en este mundo para eliminar a los vampiros y tal como si le hubieran instalado un chic en el cerebro programado para eliminar al objetivo y para cambiar a modo de combate ante los vampiros, se transformó en lobo y atacó a la recién llegada. Se lanzó a morderle el cuello con furia pero Alexia reaccionó y se movió rápido esquivándola, sin embargo ya Mariluna había anticipado su movimiento y levantó un muro de tierra tan compacto que parecía roca sólida y Alexia se estrelló contra el y cayó quedando en el suelo aturdida.    




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